De certificaciones ágiles y otras yerbas
Hoy el negocio de “hacer transformaciones digitales” ha abierto un mercado ambicioso, suculento económicamente y en ese contexto proliferan una suerte de “ofertones” en certificaciones ágiles, packs 2 x 1, diplomados agile y cuanto curso ágil se pueda inventar.
Dándole una doble lectura a esto, la responsabilidad muchas veces es del cliente, que porque vieron a “pepito” haciendo transformación, quieren lo que “pepito” tiene y pepito tiene personas con “estrellitas”, no importa que no tenga experiencia, se requiere “las estrellitas”.
Aclaremos algo, la certificación ágil no asegura el éxito de una transformación digital.
Uno de los valores más importantes de la agilidad a mi parecer es la mejora continua, y es ahí donde se caen muchos profesionales certificados, se quedan con la “estrellita” y cuando tienen que aplicar no tienen herramientas propias o no saben adaptar, buscar, preparar material.
Hoy la principal queja y fracaso de la agilidad, va de la mano con la exigencia de certificaciones innecesarias muchas veces y no nos enfocamos en la experiencia.
Pagamos por “estrellitas” no por mejora continua.
Pagamos por moda, no por el aporte de valor.
Pagamos por que nos digan como colaborar, no por real colaboración en un equipo.
Pagamos para que el resto se adapte a “nuestra forma” y no hacemos el cambio cultural profundo que requiere.
Y cuando todo por lo que pagamos que no es poco, no funciona, la sentencia implacable es “la agilidad no sirve” o la certificación es mala !
Todas las certificaciones del mundo no sirven de nada si quien la realiza guarda el diploma en pdf para enviarlo cada vez que se lo pidan.
Un recordatorio: La Agilidad se aprende en la práctica y se enriquece con la teoría. No al revés.