Desafíos para el cambio sistémico: perspectivas desde realidades Latinoamericanas
Escrito por: Johanna Luz Shorack y Juan Andrés Ortiz Villa
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La frase “cambio sistémico” se ha convertido en un término recientemente popular en ciertos espacios en Latinoamérica y aún muy ajeno y desconocido en otros. Pero, sin duda alguna, la perspectiva sistémica no es algo inventado recientemente y se encuentra muy presente en nuestros sentipensares latinoamericanos.
Este artículo explora el cambio sistémico desde personas que lo viven, sienten y piensan desde esta región, con el objetivo de explorar aquellas perspectivas críticas y preguntas profundas que emergen de realidades de inequidad, multiplicidad en las formas de organizarnos, nociones otras del tiempo y las crisis del presente. Aquí, daremos lugar a sus voces a partir de testimonios escritos y en video de sus entrevistas, que nos convoca a sumar a la conversación a partir de preguntas como:
- ¿Cuáles son las tensiones que emergen de pensar en la intersección cambio sistémico-equidad-liderazgo colectivo en contextos latinoamericanos?
- Ante escenarios de racismo, opresión, inequidad y otras formas de violencia estructural, ¿Cómo se navega la tensión entre el “tiempo social” que toma el proceso de llegar a un consenso entre distintos actores y la urgencia de atender derechos y necesidades apremiantes hoy?
- ¿Qué hacer con el legado colonial en la distribución de poder que sigue perpetuando la inequidad, una baja o nula movilidad social y la explotación desmedida de nuestra riqueza biocultural?
Las personas que formaron parte de esta indagación han dedicado su vida a procesos para transformar la realidad en diversas partes de México, Colombia, El Salvador, Guatemala, y Honduras, principalmente. A continuación, estas personas que han dedicado su vida a generar un cambio en distintas áreas y sectores de la sociedad te cuentan un poco de su camino:
Darío Castillo Sandoval
Economista con estudios de posgrado en Desarrollo Rural y en Planificación Territorial y Desarrollo Local. Fue Presidente Ejecutivo de la Confederación de Cooperativas de Colombia y director de la Red Unicossol, organización dedicada al desarrollo del sector solidario en Colombia. Más allá de su trayectoria en gestión, docencia e investigación, se autodenomina como un enamorado, apasionado por la economía social y solidaria como propuesta de un nuevo sistema que atiende las inequidades estructurales derivadas de la degradación de nuestras redes de relacionamiento en un sistema económico que privilegia el individualismo y la acumulación de la riqueza.
Mauricio de la Puente
Urbano de origen. Ha vivido varias décadas en distintas comunidades en México dedicadas a la pesca, caza, recolección, agricultura, sal y otras actividades, todas en contextos de conflictos asociados a la fragmentación y degradación del territorio. Su camino le ha llevado a participar de distintas experiencias de restauración de lenguajes ancestrales en procesos de regeneración del territorio. Para él, es evidente que la conciencia que tenemos de la degradación del entorno natural no es la misma que la que tenemos de la degradación del entorno semiótico y que para trabajar por la sostenibilidad nos corresponde tener una mirada del mismo orden de complejidad con el sujeto que tenemos interactuar, en donde podamos enunciarnos en términos sistémicos, porque no podemos hacer política pública basada en metáforas y mucho menos en metáforas simples que no pueden reflejar la complejidad real del sistema.
Jose Peñate
Desde joven ha buscado la transformación del vecindario y de las estructuras que cometen mucha injusticia y que generan pobreza. Esto lo llevó a formar parte de las luchas del Frente Farabuno Martí por la Liberación Nacional en El Salvador, su país natal, y posteriormente a continuar su labor por el amor al prójimo como líder dentro de la organización Cambio Interno. Se ha dedicado a acompañar a jóvenes pandilleros y encarcelados en California, a trabajar en comunidades en condiciones de extrema vulnerabilidad en las periferias de Tegucigalpa, Honduras, y más recientemente al acompañamiento con migrantes en la frontera entre USA y México.
Pamela Carmona
En su trayectoria de casi 10 años en ONGs impulsoras de los derechos humanos y ante una serie de decepciones por la brecha entre su discurso y la realidad, se convirtió en creadora de contenido con su proyecto Autonomías, enfocado en dar vida a historias poderosas que generan conciencia y fomentan el cambio social. Es activista, anarquista de corazón y ferviente creyente de que la autogestión va a salvar a la humanidad y al planeta. Facilitadora en sociocracia y de procesos de construcción de comunidad y participación activa.
Dora Maria Ruiz Galindo
Maestra, madre de 5 y abuela de 8. Es fundadora del Centro Educacional Tanesque, habiendo estudiado Psicología y especializándose en Educación, en su búsqueda por buscar la equidad a través de apoyar el desarrollo de habilidades, destrezas y empoderamiento en el otro como caminos para hacer sus proyectos de felicidad. Lleva 50 años en este andar, trabajando con comunidades campesinas e indígenas con una apuesta por una educación intercultural pertinente frente a un sistema de educación pública homogeneizante en un país que alberga 68 pueblos originarios.
Sergio Atehortúa Gómez
Abogado y politólogo que, en su camino por entender y reconciliar las condiciones de inequidad y violencia en Colombia, trabajó en la Alta Consejería Presidencial para el Posconflicto. Asimismo, estuvo junto a la OIM y la Agencia Nacional de Tierras en zonas afectadas por el conflicto, en la estrategia de formalización de la propiedad de la tierra de poblaciones campesinas. Posteriormente, trabajó en la Corte Constitucional analizando la política pública para entender cómo garantizar los derechos de los desplazados internos forzados que buscan soluciones duraderas a uno de los conflictos armados más prolongados del mundo.
Branly López Quemé
Ajq’ij (Contador del Tiempo) maya en Iximulew (Guatemala). En la búsqueda de significados y reafirmación de la espiritualidad en la Cosmología Maya, recuperando antiguos rituales y conocimientos dolorosamente destruidos por más de 500 años de colonización. Se dedica a integrar la espiritualidad maya en todos los aspectos de la vida: la identidad individual, interpersonal, comunitaria, el trabajo y el ámbito público. Algunos de los proyectos que ha participado incluye: cómo un gobierno local puede abordar problemas sociales desde las emociones y la vida energética de las personas en Holanda, el arte para mover conciencias, sentires y pensamientos en torno al agua en Quetzaltenango, Guatemala, y la película, DraMAYAma, que investiga la espiritualidad Maya desde su conexión a rituales astrológicos y en los Templos Dravídicos del Sur Védico de la India. Branly es artista, gestor cultural, economista, y actualmente está a cargo del arte en el Centro Intercultural de Quetzaltenango.
¿Qué tienen estas personas para decirnos?
Acompáñanos a navegar desde esta diversidad de visiones las implicaciones de pensar la intersección entre equidad, cambio sistémico y liderazgo colectivo en contextos de profundas heridas derivadas de la colonialidad y el conflicto, pero también desde la inspiración de formas otras de ser-estar en el mundo y con los otros, en la labranza de un presente más solidario y empático.
Principios orientadores para facilitar procesos de cambio sistémico en un contexto latinoamericano…
Navegando las tensiones
Recibir los testimonios de las personas entrevistadas nos abrió la puerta a distintas maneras de entender y llevar a cabo transformaciones en la realidad representando y honrando la experiencia y las aspiraciones de distintas subjetividades que son tan dignas como la nuestra propia. Poco a poco, a medida que escuchábamos sus palabras, se hicieron visibles tensiones entre valores que, en principio, parecieran irreconciliables, pero cuya integración genera efectos más poderosos que decidirse por sólo uno de ellos.
Solemos tender a ver las situaciones desde una perspectiva excluyente: es lo uno o lo otro. En algunos casos es útil (como elegir entre 2 metodologías o embarcarse en un nuevo proyecto o no) partiendo del principio de que, al final, todo se reduce a decidir entre alternativas incompatibles. Esta forma de pensamiento hace que reforcemos nuestras preferencias y, en su iteración, nuestros sesgos de un valor sobre otro. ¿Pero, qué pasa cuando esta necesidad de elegir se basa en una falsa elección? En donde no podemos discriminar un valor porque, al ignorarlo, se reduce la calidad del que sí elegimos. Eso fue lo que sucedió en este proceso: nuestras preferencias y supuestos sobre lo que debemos privilegiar para transformar la realidad social, política y ambiental de nuestra región se vieron retadas por otros valores emergentes que nos indicaban que estábamos viendo la solución de un sólo color.
Para ello, resultó útil procesar estos hallazgos bajo el marco de las polaridades (Johnson, 1992; CoCreative, 2020), que permite hacer explícita la interdependencia entre valores que en principio parecieran ser mutuamente excluyentes mediante un proceso sencillo: resaltar los resultados positivos que ofrece enfocar nuestro trabajo a partir de ambos valores, así como los resultados negativos de enfocarnos en uno sólo sin tomar en consideración el otro. En cualquier caso, optar por sólo uno inevitablemente resultará en procesos improductivos y perjudiciales para las partes. Por el contrario, apalancar las virtudes de ambos permitirá trascender la polarización y lograr soluciones en donde las distintas necesidades y preferencias se atienden equitativamente.
Tensión 1: Honrar el pasado y Construir el futuro
La herencia colonial y sus dinámicas de poder las encontramos vivas en cada aspecto y escala de la cotidianidad, como lo es la colonialidad del poder, el ser y el saber (Rincón et al., 2015; López, 2022). Enfocarnos en ¨construir el futuro¨ sin honrar el pasado es arraigar más el pensamiento occidental y deslegitimar las cosmovisiones, legados y sistemas de conocimiento autónomos, y apropiarse de ellos sin necesariamente reconocerlos cuando sí se contemplan. También es perpetuar las estructuras y creencias violentas de racismo, patriarcado, y dominación. Vamos a repetir el pasado o vamos a recorrer caminos muy largos para llegar a ideas, conclusiones o incluso tecnologías desarrolladas en el pasado.
¿Cuáles son las voces, conocimientos y saberes que se escuchan, visibilizan, comunican y validan? ¿Cuáles no? Este es un espacio de disputa a la hora de hablar de equidad.
“Si tú te vas a los orígenes de por qué hay pobres y por qué hay ricos, te vas a dar cuenta que hay decisiones de política económica, de política pública, de reglas de juego, que han hecho que esto sea ineficiente, en el caso como Colombia y en muchos países de América Latina….Por eso creo yo que, si me preguntas qué hay que cambiar, yo creo que hay que cambiar las estructuras para que la gente sea más feliz. Te lo resumo en esa forma.” (Darío)
Esto levanta preguntas muy importantes para personas que nacemos con privilegios: ¿Cómo puedo asumir mis privilegios, no desde la culpa, sino de una forma que abone a un bienestar más allá del mío? No es suficiente reconocer mis privilegios si no estamos eso cómo me puede llevar a vivir de manera más justa con los demás seres.
Doris nos comparte cómo responde a ésta disyuntiva. Nace como hija de hacendados con un linaje indígena, y nos cuenta que decide dedicar su vida a ¨buscar la equidad a través de apoyar el desarrollo de habilidades, destrezas o empoderamiento en el otro para que el otro pueda hacer su proyecto de felicidad, no hacerlo nosotros, sino que los otros puedan caminar hacia su propio proyecto, o sea, que piensen por cuenta propia. Para mí es algo no negociable.¨ Específicamente trabaja con comunidades vulnerables y jóvenes para que logren sus proyectos de una vida digna y autónoma. Su apuesta por la educación desde la interculturalidad honra el pasado (legado, tradición, identidad) con la mirada hacía construir el futuro.
¨Tenemos que asumir y tratar de entender, ponernos en el zapato del otro, y no nos nace a los que tenemos oportunidades, ¿Qué tienen que hacer uno para ponernos en los zapatos del otro? En la ciudad dicen tomar una foto, en las comunidades dicen: cambiar de lugar.´los conquistadores nunca cambian de lugar´. Esto es lo que hace la interculturalidad en esta lucha por la equidad…Y es más fácil trabajar con las comunidades que con la gente con oportunidades porque no quieren ver para el otro lado.¨ — Doris
Al reconocer nuestro propio papel en un sistema que genera sufrimiento y desigualdades, nuestro trabajo requiere reconocer y conservar lo heredado que sí genera bien para todas y cambiar lo que no.
Tensión 2: Sanar y Resistir
Para construir un futuro de bienestar para que honre el pasado, es necesario tanto sanar los traumas sistémicos como resistir ante las dinámicas de opresión, marginación y degradación, no sólo a nivel individual, sino desde lo relacional y sistémico.
Ante el sufrimiento, existe la inquietud de cómo sanar plenamente: ¿Cuál es el riesgo de querer sanar individualmente sin la conciencia del trauma colectivo histórico?
¿Y qué sucede si resistimos sin la conciencia de sanar?.. José nos comparte sobre su experiencia de jóven revolucionario en la guerra en su país (El Salvador) por los derechos de los pobres, ¨Logramos muchas cosas, pero la gente sufre. Es un precio muy alto, yo puedo decir que fracasó ese proyecto, colectivamente fracasamos. En mi corazón me cambió mucho la frase de monseñor Romero: personas nuevas para una sociedad nueva. No era sólo cambiar las estructuras sino que teníamos que cambiar también nosotros.¨
Darío nos compartió el caso del cooperativismo en Colombia que resisten la violencia y la inequidad en la distribución de la riqueza: “En donde hay cooperativas, la guerra no llega y, si llega, no se amaña”, mientras reivindican la naturaleza relacional de la especie humana (ver 1, 2 y 3): “Hay una cantidad de vacíos en el mundo que no se van a resolver sólo por la fuerza del mercado (…) Se necesita cambiar la visión del ser humano en su relacionamiento con el otro ser humano. Se necesita entender que hacemos parte de un barco en donde todos compartimos riesgos, donde todos compartimos ganancias.” Así mismo, José trabaja actualmente no sólo en transformar la realidad de la gente en condiciones de pobreza y violencia sino también para transformar la conciencia de las personas. Se dedican a la formación de líderes locales en éstos territorios con valores basados en la espiritualidad y con un corazón de servicio por su comunidad.
Podemos decir en las palabras de Vijayakumar (2023), que los sistemas contienen trauma porque son relacionales y por lo tanto requieren una sanación sistémica. Y que los sistemas que más requieren sanar son los que más presentan resistencia. Podemos ver tanto en el trabajo de José como en el de Darío, cómo se dedican a sanar las dinámicas relacionales entre personas, apostando así a un cambio de comportamiento de mayor orden.
Tensión 3: Individualidad y Colectividad
¿Cómo puedo formar parte como individuo de la sanación de heridas históricas y de la resistencia a su perpetuación, desde el entendimiento que éstos son procesos colectivos?
Partiendo desde el caso de que muchas de las personas que venimos de grandes ciudades de latinoamérica vivimos desde una cultura dominante que privilegia la individualidad (Luja Portilla et al., 2015), ¿Cómo podemos integrar una vida más colectiva? ¿Qué implica y qué tipo de liderazgo se requiere para esto?
En algunas comunidades mayas en Mesoamérica, para liderar hay que pasar por varios roles de servicio en donde se recorren todos los puestos hasta que la comunidad reconoce las habilidades desarrolladas y una actitud de servicio. Muchas de éstas comunidades indígenas viven desde la comunalidad:
“La comunalidad para los pueblos originarios de México, desde la perspectiva Maya es armonía consigo mismo, su familia, su comunidad, la naturaleza y con Dios. Esto es la buena vida, y han luchado juntos para tener esto. Y a esto le podría llamar yo liderazgo colectivo. Las autoridades no son que alguien pone o vota, sino que han pasado por todos los pasos de servicio. Esto se ve también en la guelaguetza en Oaxaca: tú por mí, mí por ti. Y uno lo ve: primero faltan al trabajo que al servicio de la comunidad. Eso que hemos perdido es un ejemplo que tiene la comunalidad en Latinoamérica, y que tenemos que rescatar. Podemos hacer otras comunidades. Hoy en día no podemos caminar solos. Tenemos que aprender a cómo se hace” — Doris
Frente a lo que se requiere de nosotros como individuos para asumir una vida donde mis propios beneficios se derivan de una apuesta por el colectivo, Darío nos comparte: “Si no hay una visión de vulnerabilidad, la posibilidad de cooperación se hace frágil, (…) [Tiene que haber] capacidad de convencer a la gente de que eres capaz de ganar más si cooperas, convencer de la ganancia de la cooperación. Cuando el beneficio esperado de la cooperación es mayor, la gente coopera. Cuando es menor o igual, la gente prefiere no cooperar (…) el exceso de ego es un gran problema, no permite que la gente coopere. La gente no va querer ceder su poder: la gente mata y come del muerto.”
Ante esto, Branly nos comparte qué es la identidad desde lo relacional:
La invitación es a vernos y hacer sentido de nuestra vida y propósito dentro de la colectividad, bien sea aprendiendo de la herencia viva de la comunalidad indígena o nuevas formas de asociarnos como las cooperativas o desde conectarnos más profundamente a las redes a las cuáles ya pertenecemos, como lo pueden ser el flujo del agua de la cuenca o las redes de cuidado que nos sostienen. Y liderar desde allí.
Tensión 4: Atender necesidades urgentes y Ponernos de acuerdo
The Times are Urgent: Let’s Slow Down Bayo Akomolafe
Las tensiones mencionadas anteriormente se entienden dentro de la delicada realidad de que éstos procesos colectivos, de sanación y resistencia y de honrar el pasado para una construcción más inclusiva y justa del futuro, son procesos que requieren tiempo para suceder y, sobre todo, para ponernos de acuerdo en cómo queremos que sucedan. ¿Pero, cómo se hace ésto ante las apremiantes necesidades urgentes? Según nos cuenta Pamela, con estructuras donde se garantiza la equidad en la toma de decisiones y el liderazgo de en las soluciones:
Podemos decir entonces que dedicar el tiempo en ponernos de acuerdo y asumir nuestro poder para autogestionar nuestras necesidades de forma colectiva, organizarse y ponerse de acuerdo, es una inversión que permite la inclusión, la apropiación de un proceso y el beneficio de todas las partes.
Por su parte, Mauricio destaca el valor de la urgencia: “Creo que la urgencia de tomar decisiones sobre a qué se compromete cada quién, vuelve las cosas más eficientes y para ello, cada red de toma de decisiones tienen que obedecer al ritmo del sujeto sobre el cual toma decisiones o por lo menos al ritmo al que cambia ese sujeto”. Sin embargo, no podemos ignorar la complejidad de la que somos parte, en donde “vas a tener que atender tanto ese tiempo social, o sea esa diversidad de tiempos sociales generacionales con una serie de urgencias que también tienes que atender (…) Cuando tenemos nada más una línea histórica donde hacemos una sola cosa en la red, se generan unas tensiones o se exacerban las tensiones porque coinciden en tener la necesidad de tener una urgencia y mantener un tiempo.
Para ello, propone, mejor manera de apalancar esta tensión es la polirritmia, que implica desarrollar la capacidad de gestionar nuestra atención y la calidad de nuestra presencia, para ser tan eficientes como efectivos, como nos comparte Mauricio:
Conclusiones
La integración de todas estas tensiones generan condiciones para un cambio sistémico tanto más ágil como más profundo.
De sus principales intersecciones como condiciones para el cambio sistémico es que todas de una u otra forma procuran nutrir la calidad de las relaciones humanas y para hacer de todo proceso una experiencia más plena y enriquecedora, en donde cada persona es responsable tanto del proceso como del resultado de nutrir la continuidad de las redes que cuidan de nosotros, de nuestra comunidad y de nuestra tierra. Es así, una de las maneras en que se intersecta el cambio sistémico y el liderazgo colectivo. Cuidar las redes es sanar el tejido.
Si bien las 4 tensiones exploradas aquí son clave, hay muchas otras que debemos navegar para sintonizar cada vez mejor nuestra práctica con la compleja realidad de los sistemas vivos. Ante una herencia de imposiciones culturales que privilegió el pensamiento racional y cartesiano sobre otras formas de conocer, un ejemplo de otras tensiones a reconciliar es la de Sentir y Pensar (ver sentipensar).
La colonialidad del pensamiento nos dice que las tensiones son en realidad contradicciones y que una es mejor y digna de imponerse sobre la otra. Por eso la importancia de las pluralidades, de integrar las polaridades, permitir y darle su respeto y espacio a múltiples realidades. Un mundo donde existen múltiples mundos y dónde apostarle a una vida más comunitaria (o cualquier otra forma de vida no normalizada por el sistema dominante hegemónico) no tenga que volverse una defensa por la existencia.
Bibliografía
- CoCreative. 2020. Hands-On Polarity Thinking: Leveraging Difference for Innovation. CoCreative.
- Johnson, B. (1992). Polarity management: Identifying and managing unsolvable problems. Amherst: Human Resource Development.
- López Cardona, D. M. (2022). Injusticias epistémicas y colonialidad del poder. Aportes para pensar la descolonialidad desde América Latina. Estudios de Filosofía, (66), 79–96. Epub September 01, 2022. https://doi.org/10.17533/udea.ef.348383
- Portilla Luja, M. D. L. M., Maldonado Reyes, A. A., & Villar García, M. G. (2014). El individualismo como elemento que influye en la vida y la configuración de la ciudad. Revista Legado de Arquitectura y Diseño, (15),59–71. ISSN: 2007–3615. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=477947303004
- UNAM. 2010. Pregunta. Los pueblos indígenas de México: 100 preguntas. (s. f.). https://www.nacionmulticultural.unam.mx/100preguntas/pregunta.php?num_pre=3
- Rincón, O., Millán, K., & Rincón, O. (2015). El asunto decolonial: conceptos y debates. Perspectivas, 3(5), 75–95.
- Vijayakumar, S. (2023). Decolonising our Approach to Systems Change.(Link)