Museo virtual de la mujer combatiente

Andrés Actis
10 MIL KM
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4 min readOct 24, 2021

Antes de que te cuente la historia de hoy, habilito un asterisco. El fin de semana pasado, la jueza argentina María Servini de Cubría, la única magistrada en el mundo que investiga los crímenes del franquismo, procesó al exministro Rodolfo Martín Villa (87 años) por su participación en el plan represivo de la dictadura española.

La noticia, como imaginarás, fue celebrada por todos los colectivos de Memoria que, desde hace décadas, luchan por poder sentar en el banquillo de los acusados a los responsables de un genocidio que goza de una escandalosa impunidad. La resolución de Servini de Cubría es histórica: es el primer procesamiento contra un alto mando del franquismo. Sí, el primero en 85 años. Increíble, pero real.

Para la jueza argentina, Villa -exministro del Interior- es uno de los responsables de cuatro homicidios “producidos en un contexto de crímenes contra la humanidad”, entre los años 1976 y 1978.

Rodolfo Martín Villa, hoy a sus 87 años (elDiario.es)

Tres de ellos ocurrieron en una matanza que te conté en este newsletter. El 3 de marzo de 1976, la policía nacional de Vitoria (País Vasco) protagonizó la mayor cacería de la Transición, como se conoce al período que va desde la muerte Francisco Franco (20 noviembre de 1975) hasta la celebración de las primeras elecciones democráticas pos dictadura (15 de junio de 1977).

En medio de una huelga general, las fuerzas de seguridad irrumpieron en la parroquia de San Francisco, donde se celebraba una masiva asamblea de trabajadores. La feroz represión terminó con la vida de Pedro María Martínez Ocio, Rotulado Barroso Chaparro y Francisco Aznar Clemente.

Según las pruebas recabadas por Servini de Cubría, Villa fue el “cerebro” de estos crímenes. La magistrada dictó prisión preventiva (no efectiva) y un embargo de sus bienes hasta cubrir una suma de mil ciento treinta y cuatro millones de pesos argentinos, equivalente a casi diez millones de euros.

Nadie ha contado sus historias

Hace algunos meses, dos investigadores españoles crearon un espacio “histórico, visual y educativo” sobre la participación de las mujeres como combatientes en la Guerra Civil. Lanzaron el Museo Virtual de la Mujer Combatiente (MVMC), un gráfico y potente archivo que recopila la vida y el legado de estas (olvidadas) mujeres.

El proyecto se basa en la investigación de las mujeres que formaron parte de unidades de combate durante el conflicto que enfrentó a las organizaciones del Frente Popular y el Gobierno de la II República con los militares sublevados y sus aliados, entre 1936 y 1939.

No se trata de una mera “romantización” de la figura de estas combatientes, sino la puesta en escena de una inédita documentación, de fichas biográficas ninguneadas cuando se recuerda a quienes pusieron la piel y el cuerpo para evitar el ascenso del fascismo a España.

(https://www.mujeresenguerra.com)

Los investigadores Gonzalo Berger y Tania Balló trabajaron con archivos nacionales e internacionales que contienen documentación militar de la época. También con registros de carácter provincial o municipal, además de aportes de archivos familiares o privados.

El museo virtual tiene:

  • Más de 3200 mujeres combatientes documentadas.
  • Datos inéditos sobre su afiliación, encuadramiento y destino.
  • Nuevos datos que rompen con mitos y proponen un cambio en el relato oficial sobre la participación de la mujer combatiente en la guerra de 1936.
(https://www.mujeresenguerra.com)

“Más de 100 desaparecieron en los frentes. Miles fueron presas, exiliadas, maltratadas, despreciadas, olvidadas. Son las luchadoras de la guerra civil española, combatieron contra el fascismo y nadie te ha contado sus historias. Ya es hora de que las conozcas”, invitan los historiadores a este recorrido virtual.

(https://www.mujeresenguerra.com)

Algunos datos sobre estas milicianas antifascistas:

  • Sus edades se situaron entre los 14 y los 67 años. La franja de edad más documentada se ubicó entre los 20 y los 30 años.
  • Los orígenes sociales de las voluntarias se corresponden con todos los estratos: algunas eran analfabetas y otras tenían formación superior; se habían divorciado, estaban casadas o eran solteras; podían relacionarse exclusivamente con cuestiones domésticas, ser profesionales cualificadas, trabajar en las fábricas, ser campesinas, o realizar trabajos temporales sin cualificación.
  • La miliciana, una vez incorporada en una columna, marchaba al frente con el resto de la unidad en igualdad de condiciones. Combatieron, mayoritariamente, en primera línea. Cinco de cada diez voluntarias combatieron con el uso de armas.
(https://www.mujeresenguerra.com)
(https://www.mujeresenguerra.com)
(https://www.mujeresenguerra.com)
(https://www.mujeresenguerra.com)

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Andrés Actis
10 MIL KM

Periodista y Licenciado en Comunicación Social (Rosario, Argentina). Máster en la Agencia EFE. Ex Clarín. Editor del Newsletter "10 mil km". Hoy en Madrid.