Hoi An, la ciudad de los farolillos

De Hue a Saigon o cómo el tiempo vuela sin que te des cuenta

Tamara Lucas
2 geeks, 1 city
Published in
7 min readFeb 7, 2016

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Después del paquete de experiencias Halong Bay fuimos para el centro y sur de Vietnam. Vamos a ser sinceros… no lo habíamos preparado nada y todas nuestras elecciones después de Halong Bay fueron fruto de un par de conversaciones de WhatsApp, la lectura de un par de rutas que encontramos haciendo una búsqueda rápida en Google y el deseo irrefrenable de Fanego por ir a ver la casa de la locura después de leer lo que Rubén y Lucía escribieron en este post.

Hue, fue corto pero intenso

Llegamos a Hue de buena mañana tras 15h en tren nocturno (hora arriba, hora abajo… que ya nos bailan los números). Calor, buen tiempo y un montón de taxistas dispuestos a hacer caja con nosotros nos esperaban en la estación. Un guesthouse que superó nuestras expectativas a la vista del precio pagado y un staff que nos recibió con la mejor de sus sonrisas nos hizo empezar bien el día.

Nos habían dicho que con un día teníamos para ver Hue y ese consejo que seguimos. Paseamos por la ciudad, vimos el mercado diario, el mercado nocturno y la ciudad imperial.

Lo mejor sin duda… El restaurante del hombre sordomudo. Ya no solo porque 2geeks1city lo diga, sino porque lo dicen en todas las guías de renombre, rollo la Lonely Planet (como bien se preocupan en mostrarlo en varios carteles que adornan el local). Curioso que el dueño sabe en qué página de Lonely Planet le referencian y si te ve con ella, no dudará en enseñártelo. Fuera de esto, se come estupendamente en este sitio.

Pancake típico del sitio del sordomudo

Tan estupendamente que comimos y volvimos para cenar. Las recomendaciones del “chef” sin duda fueron un éxito: nido de crispy noodles con verduras y pancake con gambas y salsa de cacahuete (ya que los nombres en vietnamita no nos los aprendimos) fueron un plus que mejoraron aun más nuestro paso por Hue.

A la mañana siguiente marchamos para HoiAn en bus… pero con esa sensación de… vaya… nos hubiéramos quedado un poco más.

Hoi An, donde estuvimos como en casa

Los que habéis hablado con nosotros después de haber pasado por HoiAn… sabréis que este sitio nos gustó especialmente. No porque sea una ciudad llena de farolillos. No porque sea una ciudad de postal. No porque por la noche se ilumine y sea aún más cuqui… Nos gustó porque estuvimos como en casa. Lo que iban a ser 3 días se convirtieron en 5 maravillosos días en una villa apartada del centro, con una habitación amplia, cómoda y terraza con jardín.

Nuestro hogar en Hoi An

Hay que decir que la chica que llevaba el sitio debió de flipar un poco con esta pareja que salía tan poco, no usaba las bicicletas y andaba con sus portátiles arriba y abajo todo el rato. La mayor parte del eBook de WeChat se concibió y nació aquí. Hubo tiempo también para algo de turismo por la ciudad, para ir a My Son a ver las ruinas que recuerdan al Libro de la Selva y dar un paseo por la playa, aunque eligiésemos el día menos soleado de los que estuvimos por allí.

El Libro de la Selva en Vietnam o las ruinas de My Son

Lo más curioso de nuestro paso por HoiAn fue encontrarnos con una de las chicas que hizo con nosotros el desierto de Gobi en Mongolia… ¿quién nos iba a decir a nosotros que pasaríamos de tomarnos unas cerves en un Ger a tomárnoslas en una terraza de HoiAn?

Nha Trang, de rusos y masajes fueron estos días

Llegamos a Na Trang un día x a las 5am en bus nocturno después de cenar patatas y unas magdalenas en el área de servicio en el que hicimos parada técnica. Nuestro cuerpo nos pedía un upgrade y no estábamos en situación de decir que no. Después de dejar las mochilas en el hostal que casualmente estaba al lado de la parada del bus nos fuimos a hacer tiempo hasta poder entrar en la habitación.

Paseamos por la playa mientras grupos de hombres y mujeres, algunos bien entrados en edad, hacían sus ejercicios matutinos. Vimos amanecer en la playa. Era el momento de irse a desayunar… ya habíamos hecho el tiempo suficiente. Buscamos el sitio con pinta de que nos servirían unos huevos benedictine… y ahí que entramos. Como veréis no hay mal día para nosotros que no se arregle desayunando unos “decentes” huevos benedictine y un buen capuccino.

Ya decaía el alma, estábamos cansados y todavía nos quedaban 3h hasta poder entrar en nuestra habitación. Íbamos cargados con los portátiles y la playa no era una opción en ese momento. Se nos encendió la bombilla… y nos fuimos al spa que encontramos en Tripadvisor que no tenía malas recomendaciones y unos precios asequibles. Os adelanto que antes de irnos para Da Lat… volvimos a por otro masaje.

Quitando este inicio de estancia… la ciudad es un Benidorm para rusos en playas vietnamitas. La playa es aceptable, si andas lo suficiente encuentras trozos de playa alejados de las zonas de hamacas y sombrillas para rusos. Los sitios de comida, todos tienen el menú en vietnamita, ruso e inglés (y por ese orden), y encuentras precios de todo tipo.

No creo que repitiésemos Na Trang si volviésemos a Vietnam pero fue un sitio estupendo para hacer una parada y disfrutar de la playa unos días.

Da Lat, la casa de la Locura

Únicamente hicimos parada en Da Lat para la Casa de Locura. Y sí… es una locura de casa. Es un sitio al que volveremos y volveremos para dormir en la casa de la locura. Por lo que nos intentaron vender en el guest house que nos quedamos Da Lat ofrece todo tipo de packs de aventura, menos aventura y aun menos aventura, para ver en un día desde cascadas hasta todos los sightseeings culturales de la ciudad… pero nosotros solo estábamos allí para ver una cosa y eso hicimos.

Mientras hacíamos tiempo ara nuestro bus nocturno a las 2am a Ho Chi Minh City… descubrimos la cafetería más hipster y molona de todo Da Lat y en ella que pasamos la tarde entre cafés con coco y limonadas dulzonas.

Saigon o Ho Chi Minh, sin mucho que decir…

¿Qué decir de Saigon? Personalmente me entusiasmó por la comida, y creo que a la otra mitad de 2geeks1city también, pero la ciudad en sí tenía poco que ofrecer. Un paseo matutino hizo que viésemos todo lo que teníamos que ver… por eso de poder decir que lo habíamos visto, y el resto de días los pasamos entre entrevistas para 2geeks1city y descansando antes de partir a Camboya. Eso sí, hay que ir a ver los Cu Chi Tunnels, ya sea en una experiencia enlatada con parada para comprar artesanía local o por tu cuenta (si es que es posible… nosotros ni lo intentamos). Optamos por experiencia enlatada contratada el día anterior en el hotel, en 10 minutos y sin regateos innecesarios.

Como he dicho antes, la comida nos enamoró en Saigon. Dos sitios fueron nuestros preferidos. Un puesto callejero al que nos llevaron los chicos de BaoLau.vn a comer noodles con rollito y carne y el “Yen’s”, que tenía una comida local espectacular. Ensalada de papaya, spring rolls fritos o frescos, noodles fríos para mojar con salsa de pescado… se me hace la boca agua solo de recordarlo (#gordipackerso los únicos que se van de viaje y vuelven igual que se fueron, o más gordos).

Zumos de limón a los que confieso soy adicta

En resumen, nuestro viaje del centro al sur de Vietnam se nos pasó volando. Cuando quisimos darnos cuenta… estábamos en Ho Chi Minh pensando en cómo salir del país para ir a Camboya… ¿Ya? ¿Cómo podía volar tan rápido el tiempo? Ahora echando la vista atrás y recordando todo lo que hemos hecho, no parece que fue tan poco tiempo, pero la sensación de qué voló… está ahí.

Nota: esta publicación en Medium cubre el lado más “emocional”, “humano” y “cercano” de 2geeks1city, el proyecto / blog con el que estamos recorriendo Asia para entender cómo la transformación digital y las startups influyen en la sociedad, las empresas y las personas en general. Si te ha gustado, pásate a visitarnos y suscríbete en www.2geeks1city.com

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Tamara Lucas
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