El Clash Royale mola un puñao

Álvaro Bohórquez
2016-juegos
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2 min readMar 13, 2017

Lo mío con los juegos free-to-play va por rachas. Me pasa con el Hearthstone y con otros cuantos. Me engancho por días o semanas y luego los dejo pasar durante meses. El último que ha vuelto a mi es el Clash Royale, la pequeña maravilla de SuperCell, la empresa escandinava (comprada por los chinos) creadores de ese otro éxito arrollador que nunca me llamó lo más mínimo: Clash of Clans.

Por si no conocéis este Clash Royale, se trata de una especie de tower defence en la que juegas con un mazo de cartas que te has elaborado. Éste se hace abriendo cofres que te regala el juego y tardas X tiempo en abrir o pagando por las cartas. Se puede jugar bien gratis (dependiendo del nivel al que quieras llegar, desde luego) y no es un juego que te ponga muchas trabas para seguir disfrutándolo sin pagan un solo euro. Aún así, es uno de los que más ingresos generan en las tiendas digitales. ¡Y puedo entender por qué!

Como decía, se trata de un tower defense (tal vez ofense) en el que hay que destrozar las tres torres rivales en un par de minutos. Partidas muy cortas que buscan estrategias rápidas. Lógicamente, cuanto más avances en el juego, tendrás mejores cartas y podrás batir más fácilmente a tus oponentes. Pero que nadie se asuste, hay 11 arenas distintas para competir y para acceder a ellas tienes que tener cierto número de trofeos que se consiguen (y pierden) en partidas de las arenas anteriores. Así siempre se aseguran que los competidores tengan un nivel similar. Mi experiencia en el juego me dice que se ganan casi las mismas partidas que se pierden y eso mola mucho. Engancha el ganar y el perder para tratar de mejorar las partidas. Puedes tener tres mazos distintos para ir cambiando la estrategia y puliendo tus habilidades.

Respecto a las cartas, se pueden mejorar con oro en el juego y con cartas que te van saliendo en los cofres. Así puedes ir con ciertas cartas potenciadas y el rival tiene otras distintas. Ahí entra la estrategia a la hora de jugar. No hay demasiada (al menos en los niveles en los que me muevo), pero es más que suficiente para lo que proponen desde SuperCell.

A este le están dando de lo lindo.

Animo a probarlo a todo el mundo, un juego sin complejos, entretenido, gratuito y que engancha. No tratan de ocultar que quieren sacar pasta con el jueguico, pero no te joden para conseguirla. Y se agradece.

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Álvaro Bohórquez
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Blogger adicto. Escucho podcasts. Exinfluencer. Acabé Periodismo, pero no he pagado el título. Hago cosas relacionadas con la mercadotecnia en un polígono.