El superpoder de pedir ayuda

Regina Cabal
3 horas hábiles
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2 min readNov 27, 2017

Soy una “superwoman”. Soy buena en mi trabajo, soy una mamá divertida y hago ejercicio. Al menos eso creía hasta que colapsé. Y me di cuenta que es imposible hacerlo todo. ¿Cómo lo hacen esas mujeres que tienen tres hijos, trabajan en un despacho y se ven perfectas?

Tienen un “súperpoder”: saben administrar la ayuda. No sólo se trata de tener ayuda. Todos tenemos una mamá, una hermana, una vecina o algunas ayuda contratada; pero de nada sirve sin saber cómo acomodarla.

Y esto cambia dependiendo la fuente de ayuda:

El marido. Clave = claridad. Por ejemplo; tenemos una junta en la mañana temprano. Le pedimos ayuda al marido para que lleve a la niña a la escuela y la mañana termina siendo caótica…no aparece la mochila, faltan las zapatillas de ballet… Es muy distinto decir “ayúdame a llevar a la niña a la escuela” a “prepara la mochila, ponle el uniforme, péinala, dale de desayunar y lleva a la niña a la escuela”.

Tu mamá / tu suegra. Clave = agenda y paciencia. Establece días para que la suegra o tu mamá se encarguen de tus hijos una tarde y tú cuentes con ese tiempo. Considera que lo que harán es jugar y consentir a tus hijos, no esperes que los regañen o eduquen…así que paciencia.

La vecina. Clave = coordinación con su disponibilidad. Con ella necesitarás cuadrar muy bien tus tiempos ya que no tiene el mismo compromiso que un familiar. Ten claridad sobre sus tiempos disponibles para saber cuándo pedir la ayuda.

Ayuda doméstica. Clave = planeación. Para poder delegar la ida al mercado, la preparación de la comida y la limpieza se necesita al menos una hora a la semana para armar la logística. Esa hora invertida se convertirá en una semana altamente eficiente.

Mi mamá feliz cuidando a su nieta mientras hago una llamada

Es normal que como mamá quieras hacer y controlar todo. La realidad es que no se puede.

En lugar de querer abarcar todo a medias, escoge qué es lo que prefieres tú hacer, tus prioridades y deja que los demás ayuden a su manera. Aprende a soltar. Lo harán diferente pero lo harán bien. Recuerda que una mujer feliz es una mejor mamá.

La ayuda además tiene otras ventajas como el que tus hijos aprenden al convivir de cerca con más gente y reciben más amor.

Administra la ayuda y tu lugar de “supermujer” siempre va a estar.

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