Ciberacoso: ¿Cómo abordamos esta problemática?
“El bullying es cuando alguien se burla de mí y no quiere jugar conmigo”.
“El bullying es cuando te discriminan porque vienes de otro país y no te dejan jugar por eso”.
“El bullying es cuando te dicen que eres discapacitado, cuando te golpean y otro se ríe; es cuando no se disculpan y después tú te sientes mal por eso”.
Esas fueron las respuestas que recibí de mis sobrinos de 10 y 5 años, cuando les pregunté qué representaba para ellos el Bullying; dos niños que han experimentado en carne propia lo que significa ser acosado por ser diferente o por el simple hecho de ser y estar. Así como pasa con ellos, pasa con muchos niños y adolescentes que han tenido que enfrentar situaciones de violencia que afectan su día a día sin poder contar con las herramientas adecuadas para abordar esta problemática que cada vez se hace más insostenible.
Cuando le pregunté a mi sobrino de 10 años (a quien a su corta edad le ha tocado experimentar cambios importantes como migrar de su país y empezar en una escuela nueva con una cultura distinta), cómo le hacía sentir el acoso que recibe y las palabras hirientes de otros; su respuesta fue: “a veces te hacen sentir que no vales nada”. Fue desgarrador escuchar eso y me hizo sentir impotente ante un monstruo que se hace cada vez más grande. Sobre todo ahora, en esta era digital, en la que el aumento del uso de las tecnologías es proporcional al aumento del ciber acoso en las escuelas.
El anonimato, la viralidad y la suplantación de identidad son parte de los mecanismos que llegan con las tecnologías, y hacen cada vez más complicado abordar la problemática del acoso, ya que es una forma de violencia más difícil de percibir. En los últimos 2 años, en Chile, las denuncias por ciber acoso o Cyberbullying han aumentado en un 56%, y en la medida que aumenta el uso del Internet y los dispositivos digitales, esta cifra puede seguir incrementándose, resultando más difícil para los padres y adultos proteger a los niños de las numerosas amenazas que están presentes en la Web.
Cuando quise indagar un poco más y pregunté a mis sobrinos si ellos sabían la diferencia entre Bullying y Ciberbullying, su respuesta fue contundente: “es lo mismo que cuando te hacen bullying, pero ahora es por internet”. Para ellos es bastante obvio que los efectos que tiene el acoso físico y verbal no se minimizan por el hecho de que exista una pantalla entre el agresor y la víctima, ya que estamos hablando del mismo monstruo, solo que ahora su alcance es mayor, es masivo y viene con una variante que representa uno de los mayores riesgos del Internet, el anonimato.
En este caso, la mejor defensa contra el cyberbullying es la prevención, y es ideal que los padres y profesores jueguen un rol activo en el proceso, supervisando y participando en las actividades de los niños en el ámbito digital; generando espacios de formación donde los niños puedan comprender que la acción comunicacional digital es tan valiosa como la presencial; haciendo uso de software de seguridad que permita bloquear el acceso a contenido inapropiado en línea; así cómo fomentando el uso adecuado de las redes sociales y aprovechando las funciones y herramientas que estos servicios brindan para actuar frente a una situación de acoso, como los canales de denuncias y los centros de seguridad de redes como Twitter, Instagram, YouTube, Snapchat, TikTok, así como el centro de prevención del bullying de Facebook.
Estar conscientes de que existen estas herramientas y hacer uso de ellas puede hacer una diferencia en la lucha contra el ciberbullying, el cual en los casos más extremos puede llevar al suicidio. Asimismo, es importante estar informados sobre los canales de denuncia y las leyes que existen para proteger y regular el cyberbullying a nivel local.
