paula susaeta
40 polaroids
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3 min readSep 14, 2014

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Una habitación propia en el S. XXI

Quizás di por hecho que se entiende lo que este subtitulo quiere decir, y muy probablemente no sea una buena idea. Es más, confirmo: sé que es una mala idea. Dar algo por hecho genera frustración y apatía ante lo cotidiano extraordinario.

Esa frase encierra la clave de este lugar (la palabra blog no me acaba de gustar, de hecho he llegado a escribir que esto es un anti-blog, y en muchos sentidos, lo es). Pero esa historia se irá contando sola.

Una habitación propia (A room of one´s own) es el título de un libro de Virginia Woolf con los textos de dos conferencias que impartió en octubre de 1928 en Cambridge. Según cientos de ensayos, reseñas y entradas es un texto básico el pensamiento feminista, y lo es. Woolf habla de las necesidades de una escritora para ser escritora (una habitación y dinero) de las dificultades que deben afrontar las mujeres escritoras y de una historia de la literatura construida esencialmente con palabras de hombres.

Pero creo que el en S. XXI (si, ya estamos aquí, debería notarse) es mucho más que eso, sin olvidar su importancia en ese contexto.

Visto desde hoy creo que es un texto básico más allá del género, sobre la autonomía y la independencia. Sobre la identidad y el reflejo de la identidad en el mundo y las herramientas para cumplir los sueños (me niego a llamarlo objetivos, tanto como me niego a cambiar por algo menos instrumental la palabra herramientas).

No he querido volver a leerlo al decidir arrancar 40 polaroids. El texto ha vuelto a mí por lo que me ha quedado de aquella lectura. Lo leí hace muchos años, creo que hay que leerlo, y quizás incluso releerlo para evitar perder el norte en tiempos convulsos. Si, creo que estos lo son. Y si, creo que seas lo que seas, hombre o mujer o similar, te vendría bien leerlo.

Me gusta haberme dado cuenta al intentar encontrar algún dato sobre el texto que se publicó por primera vez en 1929 en Hogarth Press, la pequeña editorial que tenía con su marido. Me gusta pensar en la sociedad de 1929, donde se hundió con estrépito la carcajada hueca y la ansiedad frenética que caracterizan las épocas de bonanza económica extrema, y en cómo pudo ser recibido ese texto en ese contexto. Me gusta pensar en qué pasaría hoy si fuera un texto obligatorio de la ESO, y que hay algún profesor al que le parece lo suficientemente importante como, para en un ataque de individualismo, dedicarle un rato con sus alumnos. Pensar que un padre o una madre lo regalen a un hijo. O que pueda ser de esos libros subrayados que se pasan de mano en mano. Un libro es una revolución y actúa contra el tiempo, siempre espera y siempre vuelve.

Al pensar en 40 polaroids la frase salió sola: contaba exactamente lo que quería decir. Tanto para quien sabía del trasfondo como para quien no. El tiempo, el espacio, la función. Contaba todo lo que pretendía contar.

Esto es una habitación propia en el S. XXI, porque quiero que la memoria no me falle, quiero ser consciente de lo aprendido y de lo pasado, de cada paso dado y de los que quedan por dar, de estar en aquí sin olvidar la historia que nos trajo aquí, y consciente de lo que pretendemos de mañana.

Bebé , junio 2014.

Ahí es donde encaja la duda de Antecedentes (lo siento, me resisto a llamarlo post): saber si somos capaces de admitirnos entre los privilegiados. Intentar ser coherente y un poco bueno (si, he dicho bueno), tener los ojos muy abiertos porque todo está cambiando mucho y para siempre, y mejor ser de los que hacen que de los que esperan.

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paula susaeta
40 polaroids

Writing. Staying foolish, staying hungry. A room of one´s own in the XXIst century