Los 12 Principios de la Permacultura que en realidad aplico para todo

Gaucho Zen
Gaucho Zen

--

Los climas entre un lugar y otro pueden variar, los tipos de suelo también. Las condiciones de un lugar a otro cambian.

Lo que no cambian, lo que se mantiene, son los principios que podamos concluir.

Los 12 principios de la Permacultura son una serie de lineamientos a tener en mente a la hora de hacer un diseño de un terreno que busque ser auto- sustentable.

Estos 12 principios fueron creados por David Holmgreen, co-creador del concepto “Permacultura”.

1 — Observar e interactuar:

“La belleza está en los ojos del observador”

Es común llegar a un nuevo terreno y querer empezar a construir y hacer cosas desde el primer día.

Esa es la forma de pensamiento linear y industrial.

En permacultura, debemos primero observar el lugar que nos rodea, no solo para generar una conexión con el lugar, sino para comprender lo que está sucediendo alrededor.

¿Qué lugares son más secos?

¿Qué lugares son más calurosos?

¿Por donde sale el sol en invierno y que recorrido hace durante el resto del año?

Preguntas de éste tipo es lo que buscamos responder.

2- Capturar y guardar energía:

“Seca el pasto mientras que brilla el sol”

Cuando pretendemos minimizar nuestro uso y dependencia del petróleo, es necesario aprender a aprovechar los recursos energéticos renovables de la naturaleza.

A la hora de crear un nuevo diseño, debemos entender que fuentes de energía el lugar nos puede dar, como minimizar pérdidas innecesarias y como almacenarla cuando no la estamos necesitando.

3- Obtener un rendimiento:

“No puedes trabajar con el estómago vacío”

Si bien intentamos diseñar y planificar a largo plazo, no podemos olvidarnos de lo que vamos a necesitar a corto plazo.

Trabajar con el estómago vacío es difícil. Por eso es importante aprender a iniciar cosas que den un resultado rápido y a corto plazo (menos de 6 meses) que nos permitan lograr un mínimo de comodidad para trabajar.

4- Auto-regulación y retro-alimentación:

“Los pecados de los padres se castigan en los hijos hasta la séptima generación”

Para que los sistemas generados se mantengan funcionando como queremos, es necesario desalentar actividades que generen efectos negativos.

Por ejemplo, podemos juntar toda los residuos y desecharlos en el contenedor para que el camión de basura lo levante y lo tire en un basural, o podemos clasificar nuestro residuos, usar lo orgánico para el compost, y reciclar lo que pueda ser reutilizado por alguien más y convertir lo que antes era un problema a solucionar en un beneficio para la huerta.

5- Usar y valorar los servicios y recursos renovables:

“Dejemos que la naturaleza siga su curso”

En la naturaleza, por diseño, se encuentra abundancia y muchas veces sucede que gastamos valiosos recursos y energía en querer modificarla.

Por ejemplo, puedes pasarte una tarde entera rastrillando y barriendo tu predio sacando hojas caídas. O puedes simplemente dejar que las hojas caigan, se acumulen y “mulcheen” (composten) el terreno y tengas un lugar más fértil en donde iniciar tu bosque de alimentos.

6- Dejar de producir residuos:

“Evitando producir residuos, se evita generar carencia” — “Más vale prevenir que curar”

La mejor forma de manejar nuestros residuos es: NO GENERARLOS desde un comienzo.

Por ejemplo, clasificando orgánico de no orgánico podemos reducir la cantidad de residuos que generamos a la mitad.

7- Diseño de los patrones a los detalles:

“El árbol no deja ver el bosque”

La naturaleza sigue ciertos patrones que tienden a repetirse. La forma del espiral, o los fractales por ejemplo.

No podemos ponernos a hacer un diseño perdiendo de vista el sistema en el cual está involucrado, es decir,el ambiente que lo rodea.

8- Integrar más que segregar:

“Muchas manos alivianan el trabajo”

Poniendo las cosas adecuadas en los lugares adecuados, las relaciones se desarrollan entre esas cosas y se complementan para darse apoyo.

9- Usar soluciones lentas y pequeñas:

“Cuanto más grandes, más dura la caída.” — “Lento y seguro se gana la carrera”

Venimos de la mentalidad del mundo industrial, de la mentalidad “más grande, más rápido” es mejor.

No es que esa mentalidad tenga nada de malo, solo que cuando intentamos aplicar esa mentalidad al mundo natural, la propia naturaleza nos enseña a ser pacientes y a avanzar con cautela.

10- Usar y valorar la diversidad:

“No pongas todos tus huevos en el mismo canasto”

Las fuerzas de la naturaleza son impredecibles, y virtualmente todo lo que hagamos puede llegar a ser destruido o morirse. Puede pasar. El secreto no está en evitar que eso suceda, el secreto está en generar sistemas independientes que reduzcan la vulnerabilidad.

11- Usa los bordes y valora lo marginal:

“No pienses que estás en el sendero correcto sólo porque es un camino conocido”.

En los límites está la oportunidad.

Por ejemplo, las olas que podemos surfear se geneneran en la costa, el límite entre el continente y el océano.

En el límite del bosque crecen especies que en el interior no crecen.

En el borde de un río crecen árboles y plantas.

En la superficie de las hojas se genera la fotosíntesis.

Cuando hacemos un diseño en permacultura, debemos aprender a “agarrar ojo” para detectar un borde, frontera o límite con potencial de generar algún resultado productivo que nos beneficie.

12- Usar y responder creativamente al cambio:

“La visión no es ver cosas como son sino como serán”

Las cosas en el mundo cambian.

El clima, las estaciones, los momentos económicos y sociales son ejemplos de circunstancias que probablemente no podamos influenciar o cambiar y no tiene sentido intentar cambiar lo que no podemos.

No podremos afectar la forma en que va a romper la ola, pero si podemos elegir como surfearla.

--

--