El malestar en la cultura Resúmenes de los capítulos

Bookey. Es
5 min readMar 9, 2023

El malestar en la cultura Capítulos 1–2 Resumen y análisis

Un famoso escritor mantiene correspondencia con Freud acerca de la religión, insistiendo en que la fuerza central detrás del sentimiento espiritual es un sentimiento “oceánico”, “una sensación de eternidad, un sentimiento como de algo ilimitado, ilimitado”. Freud no puede encontrar tal sentimiento dentro de sí mismo; adivina que debe ser “un sentimiento de conexión indisoluble, de pertenencia inseparable al mundo exterior en su conjunto”.

Normalmente, el sentido de sí mismo, o ego, de una persona se siente “brillantemente delineado”, aunque hay una excepción importante: “En su apogeo, el estado de estar enamorado amenaza con borrar los límites entre el ego y el objeto”. Las personas enamoradas a menudo sienten que son uno con su amada. Otras situaciones también pueden causar este desenfoque, “casos en los que partes del propio cuerpo de un hombre, incluso partes componentes de su propia mente, percepciones, pensamientos, sentimientos, le parecen extraños y no pertenecientes a él mismo”.

Al principio, un bebé no tiene sentido de sí mismo ni del otro, pero pronto aprende que algunas cosas “se vuelven temporalmente fuera de su alcance, entre ellas lo que más desea, el pecho de su madre, y reaparecen solo como resultado de sus gritos de ayuda”. . Mediante el funcionamiento del “principio del placer”, aprendemos a rechazar las cosas que causan dolor, distinguir entre las fuentes internas y externas de dolor y placer, y manipular nuestro entorno de acuerdo con el “principio de la realidad”.

El malestar en la cultura Capítulos 3–4 Resumen y análisis

Los humanos modernos a menudo culpan a la civilización por el sufrimiento humano. Los exploradores descubren pueblos primitivos que parecen más felices que los europeos actuales y desean que la humanidad regrese a una era aparentemente más simple. Otros apuntan a las neurosis que impone la modernidad: la ciencia y la tecnología han mejorado la salud de las personas y les han brindado comodidades, pero estos desarrollos no las han “hecho sentir más felices”. Por ejemplo: “Si no hubiera ferrocarril para alivianar las distancias, mi hijo nunca hubiera salido de casa, y yo no necesitaría el teléfono para escuchar su voz”. Es difícil ponerse en el lugar de quienes nos precedieron, por lo que no podemos saber realmente cuán felices fueron o cuán duros los golpearon sus privaciones. En resumen, no hay seguridad de que las civilizaciones pasadas sean mejores o peores que la nuestra, concluye Freud.

En cambio, para avanzar en esta cuestión, primero debemos definir “cultura”: es “todas las actividades y posesiones que los hombres usan para hacer que la tierra les sea útil, para protegerlos contra la tiranía de las fuerzas naturales, etc.”. así como “regular las relaciones de los seres humanos entre sí”. La cultura moderna ha logrado tanto que se convierte, para un individuo, en “un cumplimiento directo de todos, o de la mayoría, de los deseos más queridos en sus cuentos de hadas”.

El malestar en la cultura Capítulos 5–6 Resumen y análisis

Algunas personas responden a la represión de los instintos sexuales por parte de la sociedad volviéndose neuróticas; otros reaccionan emparejándose y entablando relaciones románticas intensas en las que “no se deja lugar a ningún interés por el mundo circundante”. Aún así, la sociedad persiste en tratar de aprovechar las energías sexuales. Una forma es a través de la directriz de “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Esta instrucción crea problemas: Freud señala que “mi amor es valorado como un privilegio por todos los que me pertenecen; es una injusticia para ellos si pongo a un extraño al mismo nivel que ellos”; el desconocido, por su parte, “no me muestra la menor consideración. Si le sirve de algo, no duda en herirme”. Por lo tanto, cumplir con tal llamado ético es invitar a otros a hacer el mal. Freud cita la historia para probar su punto de que “la crueldad agresiva suele estar al acecho de alguna provocación […] y revela a los hombres como bestias salvajes para quienes la idea de perdonar a los de su propia especie es ajena”. Se refiere a la invasión mongola, el saqueo de Jerusalén y la Primera Guerra Mundial. Así, la advertencia de amar al prójimo puede servir para reducir el salvajismo intentando lo contrario, aunque “nada está tan completamente en desacuerdo con la naturaleza humana original como esto”.

El malestar en la cultura Capítulos 7–8 Resumen y análisis

Cuando se enfrentan a su propia agresión y destrucción, los humanos a menudo internalizan el instinto, o lo envían “de vuelta al lugar de donde vino, es decir, dirigido contra el ego”. El resultado es la “conciencia”, que “ejerce la misma propensión a la dura agresividad contra el yo que el yo hubiera querido tener contra los demás”. La conciencia se manifiesta como un “sentimiento de culpa” y “la necesidad de castigo”. Esta es una función principal del superyó, la parte de la mente que, en nombre de la sociedad, vigila al ego “como una guarnición en una ciudad conquistada”.

La sociedad quiere que los egos individuales reconozcan ciertos pensamientos y acciones como malos. No todo acto de este tipo será malo para un ego dado: “[O] por el contrario, también puede ser algo que desea, que le daría placer”. Una persona aprende a evitar ciertos comportamientos por una simple razón: “Si pierde el amor de otros de quienes depende, perderá también su protección contra muchos peligros” y también puede ser objeto de castigo. Incluso pensar en hacer algo malo da lugar a remordimientos de conciencia, ya que la intención también puede ser motivo de rechazo y castigo.

Temas de El malestar en la cultura

EL INDIVIDUO VERSUS EL GRUPO

El tema principal de Civilization and Its Discontents es la tensión entre los seres humanos individuales y las sociedades en las que se organizan y viven. El propósito básico de la cultura y la civilización es generar beneficios para todos, pero este resultado requiere cooperación. Mientras tanto, cada persona tiene sus propios deseos y anhelos fundamentales que perseguir, y muchas veces esta búsqueda conduce a enfrentamientos con los demás.

El objetivo principal de una cultura es desviar las energías de las personas hacia actividades grupales útiles, incluido el trabajo conjunto para construir comunidades prósperas. Los humanos también necesitan reproducirse, por lo que se organizan en parejas y luego en familias para mantener a sus próximas generaciones. Una sociedad trata de coordinar a las familias para que se apoyen entre sí en lugar de entrar en conflicto.

En el proceso de desviar las energías humanas hacia la cooperación, una sociedad puede recurrir a la intimidación y las amenazas para mantener el control de las personas, intensificando así la lucha entre los deseos individuales y el compañerismo. Los valores del grupo, en su mayor parte, se alinean con los valores personales, pero donde no es así, los individuos pueden descubrir que están en guerra consigo mismos. A veces, esta batalla estalla en un conflicto abierto, un resultado que la sociedad quiere evitar.

Para Freud, esta tensión entre los deseos individuales y grupales es interminable, aunque se puede lograr el progreso hacia la armonía.

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