Al agua pato

Hace ya un tiempo que tenia ganas de contarles como es que natación se convirtió en el deporte elegido por Milo.

Como habrán visto todos los viernes Milo asiste a su clase — Nivelito 1 — en Sport Club Almagro, junto con varios chicos de su edad.

Llegamos a Sport Club de la mano de Jime, su tía y madrina, quien trabaja ahí desde hace muchos años, una de las personas que mas tienen que ver con que Milo y otros chicos con diferentes discapacidades puedan disfrutar del deporte sin barrera alguna. Eso se traduce en el trabajo impecable de cada uno de los profes, quienes con entera vocación ponen a disposición toda su atención y sus ganas de aprender, de acompañar, enseguida se suman a las diferentes alternativas que se plantean y trabajan en pos del desarrollo de cada uno.

Eso se ve en Milo, cada clase que va es un avance, se pueden ver sus ganas de aprender, de superarse, sabe que tiene el apoyo de sus profes, sus compañeros. No esta solo en esas ganas de siempre ir por mas.

Elegimos Natación porque siempre nos pareció super importante que así como Milo debiera defenderse en la vida y ser absolutamente independiente, en el agua tenía que ser igual. Debía contar con todas las herramientas necesarias para derribar miedos y tener la mayor seguridad posible. Natación nos pareció un deporte muy completo, desde físicamente hasta como te enseña a confiar en vos mismo y en tu capacidad de poder siempre dar un paso más.

Nos dudamos en que ese era uno de los deportes que lo iban a acompañar, al menos durante los primeros años y después ir sumando algún otro.

Milo comenzó desde muy chiquito, consensuado todo con el equipo terapéutico y su pediatra, iba los sábados a la mañana con Cris, transformando la hora de pileta en una actividad exclusiva de ellos, donde era un momento único de conexión, ambos disfrutaban un montón. Si bien la clase era con profe, Cris podía participar, y así también transmitirle su experiencia, su seguridad.

Ahí tomó las primeras herramientas, que luego hicieron que pueda dar un paso más y llegar a Sport Club.

Ya será este el 2do año que Milo asiste, ya sólo con sus compañeros y profes. Mamá y Papá están desde arriba alentando siempre, observando como cada patada, cada zambullida es un gran avance para él.

Tal es la confianza que fue adquiriendo, que logramos que Milo no le tenga miedo al agua, sino al contrario que la disfrute en todas sus maneras. Correr las olas y hasta meterse al mar, es una de sus cosas favoritas.

El agua es fuente de vida, será por eso que conectan tan bien?. EL agua es energía, esa que tiene él para afrontar cada situación que se le presenta. El agua es pura, como su sonrisa, como su mirada.

Como padres les transmitimos nuestra experiencia con este deporte tan lindo, para que puedan ver todo lo bueno y positivo que tiene enfrentar a los chicos a tan lindo desafío. Les hace bien, los prepara para la vida, les quita miedos, les da seguridad, confianza, los conecta con ellos mismos

Por eso, a animarse a dar el chapuzón!