Cuba y la crisis brasileña

Ricardo Torres, Economista

CRIES
5 min readMay 2, 2016

--

La crisis política y económica en Brasil debería ser una muy mala noticia para casi todos los que están interesados en el desarrollo de la región latinoamericana y de sus vínculos con el mundo. Y la razón estriba en que los orígenes de ambos episodios son muy lamentables, para Brasil, y para los latinoamericanos.

En el ámbito político, otra vez la corrupción de grandes proporciones que no distingue entre ideologías se lleva por delante la estabilidad y el progreso de una nación tan necesaria en un mundo que se supone camina hacia la multipolaridad. El escándalo en Petrobras y sus ramificaciones hacia un número creciente de empresas importantes, ha terminado por impactar negativamente en ese gigante petrolero, que representa un quinto de las inversiones totales en Brasil. El efecto inducido sobre el sistema productivo en un momento especialmente delicado a partir del colapso del precio de las materias primas ya significan dos años de contracción del Producto Interno Bruto, y una combinación de inflación y desempleo que dejan muy mal paradas a las políticas económicas de ese país.

Para Cuba también hay repercusiones. Primeramente, El Partido de los Trabajadores (PT) y algunos de sus dirigentes principales se habían convertido en una referencia para la izquierda latinoamericana, con políticas sociales activistas y exitosas. El mal momento actual de esa formación viene a sumarse a una serie de derrotas de las fuerzas progresistas en la región, y su salida del gobierno por alguna vía solo vendría a reforzar contundentemente el giro hacia la derecha. Si bien la integración plena de Cuba en América Latina ha sido apoyada por todas las tendencias políticas, este cambio puede introducir algunas asperezas en esa especie de luna de miel continental.

Ahora, el aspecto más avanzado de los vínculos entre Cuba y Brasil es el económico. La evolución de los contactos en este ámbito es un resultado claro de la sintonía política entre ambos gobiernos, desde que gobierna el PT. Las cifras son reveladoras. El intercambio comercial bilateral de bienes se ha multiplicado en seis veces desde 2003. Durante esos años el gigante sudamericano extendió facilidades financieras para la adquisición de alimentos, inició la transferencia de tecnología para la producción de soya, y estableció el programa Más Alimentos para Cuba, a través del cual la Isla ha podido adquirir maquinaria y equipamiento agrícola avanzado para apoyar el desarrollo de la agricultura.

Ha recibido gran despliegue mediático el voluminoso crédito que concedió el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para construir la terminal de contenedores de la prometedora Zona de Desarrollo Especial del Mariel, y otras infraestructuras conexas, estimado en 600 millones de dólares. Algunos en Brasil han citado las relativamente bajas tasas de interés que involucró el préstamo, como una muestra de las preferencias otorgadas a la Isla, dado que están por debajo de lo que cabría esperar de acuerdo a las notas que recibe su deuda soberana cuando es evaluada por agencias internacionales.

No obstante, los beneficios para Brasil también son innegables. Estos tienen que ver fundamentalmente con que permite su posicionamiento en momentos en que esa nación introduce reformas importantes en su modelo económico, uno de cuyos ejes es precisamente la inversión extranjera y previsiblemente el comercio internacional, lo que se refuerza a partir del anuncio de la progresiva normalización de relaciones con Estados Unidos. Además, la contratista principal de la obra fue Odebrecht, una de las mayores empresas brasileñas, la que ya había obtenido otro contrato para ampliar y modernizar varias terminales aéreas en Cuba, así como un proyecto de inversión en un de los centrales azucareros en el centro del país, dirigido a ampliar la producción e incrementar la generación de energía a partir de la biomasa cañera. También es conocido el interés de varias entidades para buscar asociaciones con la industria farmacéutica y biotecnológica de la nación caribeña, una de las más avanzadas en los países en desarrollo y de la que Brasil es uno de los principales clientes.

Asimismo, a través del programa Mais Médicos, Cuba logró establecer un contingente de alrededor de 12 000 galenos para atención primaria fundamentalmente, a través de un contrato gestionado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esta es una importante fuente de ingresos y es coherente con la estrategia de diversificar gradualmente los mercados para la comercialización de los servicios médicos cubanos. Si se adicionan estos datos al comercio de bienes, Brasil es actualmente uno de los mayores socios comerciales de Cuba.

Aunque las inversiones han sido relativamente modestas hasta el momento, obviamente Cuba estaba buscando activamente la presencia de empresarios brasileños. Brascuba ha sido por muchos años una de las empresas mixtas más exitosas en Cuba y había acabado de anunciar una inversión en la Zona del Mariel para ampliar la producción de cigarrillos.

En el escenario actual, estas perspectivas serán manejadas con mayor moderación por ambas partes. Odebrecht es una de las empresas que está siendo investigada por corrupción. Y el gobierno brasileño tiene que velar por su estabilidad política y atender el complejo panorama económico. Sin un apoyo activo de su gobierno, es muy probable que las empresas tomen una actitud más cautelosa en su involucramiento en el mercado cubano.

Todo esto son malas noticias para Cuba, que necesita como nunca antes, socios influyentes que le permitan balancear sus vínculos externos, en momentos en que algunos de los más importantes enfrentan grandes desafíos domésticos y se empieza a avizorar la normalización de los vínculos económicos con Estados Unidos. En la Isla la excesiva dependencia externa y sus consecuencias constituyen una dura lección aprendida. Dicho esto, es improbable que los vínculos actuales se deterioren abruptamente, aun con un gobierno de diferente signo político en Brasil, pero los tropiezos en el gigante sudamericano dibujan una realidad diferente al pasado reciente.

Volver al Dossier Especial: La crisis de Brasil y sus repercusiones regionales

--

--

CRIES

Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales