Las bondades de la alternancia en democracia

Cada día me convenzo más de las bondades de la democracia y sus mecanismos con todas sus imperfecciones. La alternancia en el poder es uno de esos mecanismos que da unos baños de humildad espectaculares a quienes, cuando estaban en la llanura criticaban al poder por todo, se sentían víctimas, ofendidos, adalides de la libertad de prensa y expresión, Juanas de Arco modernas que era oprimidos por quienes desde los despachos ministeriales les machacaban su condición de simple y llano pueblo.

Baños de humildad porque cuando llegan al poder se ven en el espejo y resulta que, como humanos que eran, se les notan las imperfecciones y hacen cosas similares y parecidas a lo que antes criticaban. Se dan cuenta que no eran tan tolerantes a la crítica; que una cosa es estar en el lado del dedo acusador y otra estar en el lado del acusado. Que a veces se quiere influir en lo que se dice porque lo que se oye chima, molesta, es injusto, no es toda la verdad.

En fin la alternancia nos hace más humanos, más prudentes como seres políticos, porque nos recuerda que hoy podemos estar aquí y mañana allá. Que lo que antes veíamos como una crítica necesaria y valiente hoy la podemos ver como ensañamiento y desinformación. Que lo que antes considerábamos adulación genuflexa hoy lo vemos como reconocimiento justo de nuestra labor.

Por eso viva la democracia, necesitamos mucha más, por más aburrida y mediocre que esta sea.