Noveno reporte: El Plan de vacunación contra el COVID-19 en el AMBA

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Un abordaje socio-territorial del proceso de aplicación

Introducción

El día 6 de noviembre de 2020 se aprueba la Ley 23.473 “Ley de vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida contra el COVID-19” y con ella se abre el proceso de adquisición y de organización de lo que será el Plan Estratégico de Vacunación contra la COVID-19 en la República Argentina (Resolución 2883 / 2020 del Ministerio de Salud de la Nación). Este plan, organizado desde nación, se ejecutó con algunas especificidades en las jurisdicciones provinciales Los interrogantes acerca de la puesta en marcha de este monumental plan son vastos. Aquí abordaremos, sólo, algunas aristas de los resultados vacunatorios en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

Tal como fuimos analizando en los informes previos, elementos sociales, demográficos, infraestructurales, etc. son relevantes para entender la dinámica epidemiológica expansiva y la gravedad de la enfermedad. También es sabido que el avance en los conocimientos científicos y, fundamentalmente, la política de vacunación produjeron efectos sustanciales en la limitación de los contagios masivos y en la reducción de la gravedad de las dolencias. Ahora, más allá de la meta respecto de la puesta en marcha de una política pública, inclusiva y gratuita ¿se ha logrado vacunar de manera semejante a todos los estratos socio-espaciales?

La política de vacunación aparece, entonces como un nodal tema de investigación, con todo el estudio de la puesta ejecución de este ambicioso plan excede nuestras posibilidades. Es decir, no analizaremos aquí las formas de organización de los centros de vacunación, la turnera, las decisiones en torno a las prioridades de aplicación, etc. pues aquí nos proponemos una indagación más limitada, vamos a explorar las formas de apropiación de la política vacunatoria en el AMBA. Los interrogantes que nos convocan son: ¿Cómo ha avanzado el proceso de vacunación de los habitantes del AMBA? ¿Todos los espacios socio-territoriales han sido inmunizados con la misma magnitud? ¿Qué aspectos –más allá de los bio-médicos- pueden ponerse en juego para comprender las divergencias? ¿Puede incluirse una dinámica centro-periferia para explicarlas? ¿Hay elementos ligados a las desigualdades socio-espaciales que se vinculen con las divergencias en las cifras vacunatorias obtenidas?

La información que analizamos en este reporte corresponde a dos bases de datos de carácter público del Ministerio de Salud de la Nación Argentina. Estas son “COVID-19. Casos registrados en la República Argentina” y “Vacunas contra COVID-19. Dosis Aplicadas en la República Argentina” , además de una revisión de las normas que rigen el Plan y sus modalidades de aplicación, un análisis de las noticias acerca del tema y de los datos provistos por el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010 realizado por el INDEC.

Este reporte se organizará de la siguiente forma. Primero se repondrá la evolución de los casos confirmados de COVID-19 y de los fallecimientos producidos por esta enfermedad durante este año, mostrando las particularidades de esta nueva ojiva. Posteriormente se analizará el avance de la vacunación en términos temporales y se mostrará la evolución del proceso de vacunación según categorías prioritarias de aplicación. En tercer término se pondrá el acento en la socio-espacialidad, como aspecto interviniente en la puesta en marcha del plan de vacunación, para abordar este eje se mostrará la ubicación de los centros de vacunación en todo el AMBA, se analizará su distribución y se estudiará la magnitud del proceso vacunatorio por espacialidades habitacionales. Finalmente se explorará una hipótesis en torno a la relación entre las especificidades socio-espaciales de los municipios y la magnitud de las personas vacunadas. A modo de cierre se elaborarán unas palabras finales.

El COVID-19 durante los años 2020–2021: los datos en el tiempo

Desde el comienzo de la pandemia en nuestra región, tal como se ve en la representación gráfica de la curva de contagios, se produjeron tres momentos de alza pronunciada u “olas”. La primera, tiene una extensión más prolongada y el proceso de ascenso de la cantidad de casos fue paulatino como resultado de las medidas de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio decretadas el día 17 de marzo de 2020 (Decreto N° 297/2020). Los cuatro meses en los que la cantidad de casos va aumentando, como se analizó de manera detallada en los reportes previos posibilitaron “ganar tiempo” para acondicionar los servicios de atención, fundamentalmente en lo que remite a las terapias intensivas y los instrumentos mecánicos. Cifras altas se mantuvieron durante toda la estación invernal y produjeron estrés en los servicios de salud. Sin embargo, en términos generales, se logró atender las demandas de atención producidas por el SARS-CoV2.

Durante la primavera del año 2020 se produjo una disminución sistemáticas de la cantidad de casos confirmados, incluso y a pesar de que la obediencia al Aislamiento iba decreciendo de manera significativa, fundamentalmente porque un significativo porcentaje de la población no poseía los recursos básicos para garantizar reproducción en la permanencia hogareña (acerca de las movilidades para la sobrevivencia ver reporte 8). Esta caída sistemática tiene una nueva ojiva ascendente durante las fiestas de fin de año, aunque, sin embargo esta “ola” es rápidamente rebajada.

Gráfico 1. Distribución temporal de los casos confirmados de COVID-19 CABA y 40 municipios de AMBA. Fuente: Elaboración propia en base a COVID-19. Casos Registrados en la República Argentina, datos abiertos de la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Situación de Salud (Período 1/4/2020 al 30/08/2021, día de actualización 30/09/2021)

Durante el año 2021, apenas comenzado el otoño, se produce un aumento exponencial de la cantidad de casos confirmados y se llega a cifras que casi duplican los números de la primera “ola”. Con dos picos separados por una caída resultante de una nueva restricción a la movilidad (de carácter transitoria), decretada por el poder ejecutivo [1], esta alza de los casos temprana y de magnitudes enormes, es prontamente seguida de un proceso de descenso que se sostiene hasta el momento hasta fines del mes de noviembre; este devenir genera que hacia los últimos días de noviembre tengamos las cifras más bajas de casos confirmados desde que comenzó la pandemia. Las noticias europeas, con alarmantes ascensos en la cantidad de casos en la mayoría de los países, nos solicitan ser cautos a la hora de evaluar la presente situación, no obstante, los datos hasta la fecha son alentadores. El Plan Estratégico de vacunación se mostró como el elemento nodal del proceso de baja de la cantidad de contagios, pues incluso en momentos estacionalmente complejos (como los invernales), el descenso ya no tuvo reveses y las tasas de fallecimiento comenzaron a mostrar un descenso aún más fuerte que el proporcional de casos.

Como se puede ver en el Gráfico 2, la cantidad de fallecidos se mantuvo en cifras altas durante varios meses en el área metropolitana y su baja mostró una curva menos pronunciada que la de los casos confirmados apenas comenzado el ciclo de descenso. Pese a lo anterior, el descenso también se mostró sistemático y la relación entre los contagios y los fallecidos, es decir la tasa de letalidad, pese a evidenciar un aumento considerable durante el pico de esta tercera ola, logró descender a las cifras esperanzadoramente bajas ya en el mes de agosto. Cabe decir que si durante el año 2020, la letalidad ascendía a 3,5 puntos porcentuales, como se puede ver en la tabla 1, las tasas de letalidad mensuales son alentadoramente más bajas, durante todo el presente año[2].

Gráfico 2. Distribución temporal de los fallecimientos de COVID-19 CABA y 40 municipios de la RMBA. Fuente: Elaboración propia en base a COVID-19. Casos Registrados en la República Argentina, datos abiertos de la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Situación de Salud (Período 1/1/2021 al 30/04/2021, día de actualización 31/04/2021)

Bajo el supuesto de la relevancia de la vacunación y de la importantísima política llevada a cabo, en este reporte nos proponemos indagar algunas de sus aristas más complejas.

Revisitando en AMBA

Ya en reportes anteriores hicimos mención a que el AMBA constituye un área funcionalmente articulada, pero socio-espacialmente heterogénea. Estas diversidades socio-espaciales pueden abordarse desde varias aristas. En primera instancia retomaremos la clasificación del área según niveles de cercanía a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Como fue señalado en el octavo reporte, el AMBA, comprende un espacio social mayoritariamente urbano que tiene lazos funcionales con las centralidades de la metrópoli. Esta incluye CABA y cuarenta municipios colindantes y se distinguen diferentes sectores a saber: la ciudad de Buenos Aires, el conurbano que, a su vez, puede subdividirse en dos coronas, una limítrofe con la ciudad y otra más lejana y, finalmente, un ámbito de expansión más tardío que lo conforma la tercera corona; asimismo, la ciudad de La Plata y el gran La Plata conforman un espacio social con una lógica particular[3].

La población de CABA se mantiene relativamente estable desde mediados del siglo pasado y, por ello, mayoritariamente, está compuesta por urbanizaciones consolidadas, una alta densidad poblacional y una pirámide demográfica más avejentada que el resto de la región. Empero, en ella coexisten barrios populares de gran magnitud, éstos están aún en crecimiento demográfico y su infraestructura urbana es deficitaria.

La primera corona la comprenden los municipios de Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Morón, Tres de Febrero, San Martín, Vicente López y San Isidro. También conformaría este conjunto una porción del municipio de La Matanza, pero por su amplitud y complejidad lo vamos a analizar siempre de manera autónoma. Esta corona creció fuertemente durante el siglo XX para estabilizarse a comienzos de la década de 1990. Son municipios fuertemente desiguales y más densamente poblados que el resto de la periferia.

La segunda corona está conformada por los municipios de Almirante Brown, Quilmes, Berazategui, Florencio Varela, Ezeiza, Esteban Echeverría, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Merlo, Moreno, San Fernando, San Miguel y Tigre. Estos municipios mantienen una dinámica de crecimiento significativo, aún en la actualidad y contienen espacios sociales heterogéneos: cabeceras de partido consolidadas y que funcionan de centralidades locales, periferias urbanizadas mediante loteos que aún tienen infraestructuras incompletas, asentamientos informales enormemente deficitarios, zonas periurbanas e incluso rurales y espacios privatizados con emprendimientos inmobiliarios cerrados.

La tercera corona es el ámbito menos poblado del AMBA, se encuentra en proceso de crecimiento y contiene –con menor desarrollo- muchas de las contradicciones que se evidencian en la segunda corona.

A su vez, y en otro orden, el corredor norte posee algunos elementos que lo distinguen del resto de los espacios periféricos. Constituyendo ámbitos residenciales suburbanos de sectores socioeconómicos medios y medio-altos[4].

En esta región periférica, sobresale la ciudad de La Plata y sus municipios limítrofes Ensenada y Berisso, que poseen una lógica demográfica propia con una historicidad compleja y una alta densidad poblacional. La Plata posee una funcionalidad y una centralidad específica respecto de este núcleo territorial. Para cerrar, cabe decir que las ciudades de Escobar, Luján y Campana, también exceden en su funcionalidad a la modalidad clásica de la centralidad de la AMBA[5].

El Plan de vacunación desde su recepción

Podemos comenzar a indagar la aplicación del proceso vacunatorio en el AMBA desde su evolución temporal. Como muestra el Gráfico 3, el proceso de avance en la inmunidad se produjo de manera sostenida en todos los conjuntos habitacionales. CABA, primer cordón, segundo, La Matanza, tercer cordón y La Plata y Gran La Plata. En este devenir las ciudades son las que más prontamente lograron ascender a cifras más altas de aplicaciones. El reverso se produce en las áreas más periféricas, estas crecen más lentamente en su proporción de vacunación ascendiendo fuertemente luego del primer período.

Gráfico 3. Evolución mensual de la vacunación por conjunto habitacional. Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Salud de la Nación Argentina.“Vacunas contra COVID-19. Dosis Aplicadas en la República Argentina” (23/12/2020 al 30 de agosto de 2021

Algunas de estas velocidades pueden estar emparentadas a las particularidades socio-demográficas de los espacios referidos como así también a las formas de puesta en marcha del plan. La ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, comenzó el proceso vacunatorio con una forma de ejercicio mixta en la cual participaban una serie de instituciones de salud pre-pagas u obras sociales. Esta forma se canceló a mediados de agosto y se implementó el formato sólo estatal. Sin embargo esta no fue la única diferencia, también se nota una particularidad presumiblemente elegida a partir de conocer la alta densidad poblacional, el estrecho espacio geográfico que comprende la Ciudad y la capacidad ociosa de amplios espacios institucionales. Esta particularidad remite a la constitución de grandes ámbitos de vacunación masiva, estadios, centros de exposición, etc. Dichos ámbitos se tornaron sede de aplicación de varias centenas de miles de dosis de vacunas. Por el contrario, en la provincia de Buenos Aires se optó por instituciones más chicas y mayores dispersiones espaciales de los vacunatorios. En el mapa 1 se puede ver la ubicación de los centros de vacunación de todo el AMBA.

Mapa 1. Distribución espacial de los centros de vacunación CABA y 40 municipios de la RMBA. Fuente: Elaboración propia en base a los sitios web https://portal-coronavirus.gba.gob.ar/vacunatorios-de-la-campana-covid-19 y https://www.buenosaires.gob.ar/coronavirus/datos/vacunacion (registrado el 20/10/2021).

Ahora bien, volviendo al proceso de vacunación, a pesar de que acá no podremos analizar el formato de organización para la implementación del plan que fuera elegido por cada una de las jurisdicciones, sí podemos atender a las divergencias de la población vacunada. El gráfico 3 evidencia la distribución de los pacientes vacunados según categorías de prioridad en CABA. Así se puede notar la primacía de los adultos mayores entre las personas vacunadas en la ciudad. La particular pirámide demográfica de este espacio social es nodal para entender esta primacía, pues como se mencionó previamente, la ciudad posee una mayor proporción de adultos mayores que el resto del AMBA. Asimismo, para el final del período asumen relevancia los adultos jóvenes sin factores de riesgo.

Gráfico 4. Evolución de la vacunación CABA según condición de aplicación . Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Salud de la Nación Argentina.“Vacunas contra COVID-19. Dosis Aplicadas en la República Argentina” (23/12/2020 al 30/08(2021)

Si observamos el gráfico 4 que representa la distribución del proceso de vacunación de los 40 municipios del AMBA, es también significativo el peso de la vacunación de los adultos mayores, pero, sin embargo, otras categorías también son relevantes, expresándose una mayor heterogeneidad y un peso importante de los trabajadores de la salud y los estratégicos; nuevamente las características sociodemográficas diferenciales adquieren importancia. Con esta secuencia, los adultos jóvenes sin factores de riesgo aún no tienen primacía.

Gráfico 5. Evolución de la vacunación. 40 municipios del AMBA según condición de aplicación . Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Salud de la Nación Argentina.“Vacunas contra COVID-19. Dosis Aplicadas en la República Argentina” (23/12/2020 al 30/08(2021).

Cabe mencionar que, tal como es sabido, los espacios que componen el AMBA, no sólo son heterogéneos por su historicidad sino también por la magnitud poblacional que contiene cada uno de ellos. Los casi cinco millones de personas que viven en el segundo cordón del conurbano deben ser tomados en consideración a la hora de comprender la significación del proceso llevado a cabo. El gráfico 5 muestra en números absolutos la población de cada uno de los segmentos socio-espaciales y la cantidad de dosis que fueron aplicadas. Allí se observa que es en el segundo cordón donde más personas están vacunadas, seguidas por CABA y el primer cordón. Para tomar conciencia de la envergadura del itinerario, es central ir observando tanto los datos absolutos como los relativos.

Gráfico 6. Población y vacunación AMBA en datos absolutos según conjunto habitacional. Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Salud de la Nación Argentina.“Vacunas contra COVID-19. Dosis Aplicadas en la República Argentina” (23/12/2020 al 30/08(2021). Proyecciones de población realizadas por el Programa de Análisis Demográfico (INDEC).

Si revisamos estos datos desde el enfoque relativo, notamos que –tal como fuera mencionado con antelación- son las ciudades las que contienen la mayor proporción de personas vacunadas, expresando -presumiblemente- las capacidades logísticas y socioespaciales que caracterizan a los espacios citadinos, pero también la importancia demográfica de poblaciones más avejentadas en las centralidades. El avance de la vacunación en la ciudad de La Plata y sus alrededores es sorprendente, estos tres municipios muestran tasas relativas tempranamente altas. Mucho más atrás, con cifras cercanas al primer cordón se encuentra la Ciudad de Buenos Aires, algo rezagado se encuentra el segundo cordón, luego el tercero y mucho más atrás la vacunación de los matanceros.

Posiblemente las extensiones de los municipios del tercer cordón y de La Matanza constituyan una barrera de accesibilidad a los vacunatorios para su población, pero estas hipótesis deberían trabajarse en nuevas aproximaciones que puedan abordar el problema no sólo desde la recepción sino también desde la implementación y la evaluación de las políticas públicas.

Gráfico 7. Porcentaje de vacunación AMBA según conjunto habitacional. Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Salud de la Nación Argentina.“Vacunas contra COVID-19. Dosis Aplicadas en la República Argentina” (23/12/2020 al 30/08(2021). Proyecciones de población realizadas por el Programa de Análisis Demográfico (INDEC).

Con este racimo de evidencias podremos ahora interrogar de manera más precisa las especificidades de cada uno de los espacios sociales municipales.

La vacunación y la desigualdad socio-espacial

Con el objetivo de clasificar a los municipios del AMBA y a CABA, a partir de un conjunto de atributos socio-demográficos y socio-económicos de su población utilizamos una serie de técnicas (de análisis factorial y de clasificación) que permitieron sintetizar la información y construir estratos socio-espaciales que contienen a municipios con características similares entre sí y diferenciadas de los municipios en los que prevalecen otros estratos.

Estos procedimientos se inscriben en el campo vinculado con la construcción de mapas sociales. En Argentina, el principal exponente de esta perspectiva fue Horacio Torres, quien desarrolló una prolífica producción vinculada con el análisis de la estructura socio-espacial del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) (Fachelli, Goicoechea y López-Roldán, 2015).

Para la construcción de los estratos socio-espaciales tomamos como unidad de análisis a los municipios y a CABA y seleccionamos las siguientes variables que nos aproximan a dimensiones significativas de la composición demográfica y socio-económica:

Dimensión socio-demográfica:

  • Porcentaje de población de 65 años y más.
  • Porcentaje de población hasta 14 años.

Dimensión socio-económica:

  • Tasa de empleo.
  • Tasa de desocupación.
  • Porcentaje de asalariados no registrados.
  • Porcentaje de jefas/es de nivel educativo superior incompleto o más.

La tabla 1 muestra la construcción de los cluster. Allí se resaltan en azul y celeste aquellos valores que reflejan una situación positiva y en naranja más y menos intenso, aquellos que expresan una situación negativa. Como se observa, la intensidad de las condiciones de vulnerabilidad-estabilidad difieren en contenido e intensidad entre los estratos, lo que hace a una segmentación específica de la realidad social de estos conjuntos.

El estrato socio-espacial 1 puede ser clasificado como de nivel socio-económico bajo. Este estrato se caracteriza por poseer una tasa de empleo menor a la media, un bajo porcentaje de jefas/es de hogar con nivel educativo superior incompleto o más, y, en términos demográficos, un bajo peso de la población de 65 años y más y un alto porcentaje de población de hasta 14 años.

El estrato socio-espacial 2 puede ser clasificado como de nivel socio-económico medio-bajo. Posee un porcentaje de asalariados no registrados bastante superior a la media y un porcentaje de jefas/es con superior incompleto o más, algo menor que la media. Por otra parte, la composición demográfica es similar a la del estrato 1.

El estrato socio-espacial 3 puede ser clasificado como intermedio. Se caracteriza por poseer un porcentaje de personas mayores más alto que la media, un porcentaje de jefas/es con nivel educativo superior incompleto algo más alto que la media, y un porcentaje de trabajadores con no registro algo menor que la media.

Finalmente, el estrato socio-espacial 4 es un grupo bien diferenciado del resto, de nivel socio-económico alto. Se caracteriza por poseer un nivel de no registro mucho más bajo que la media, y un porcentaje de jefas/es con nivel educativo superior incompleto o más muy superior a la media. A su vez, en términos demográficos también presenta diferencias marcadas en relación con el resto de los estratos. Se caracteriza por poseer un porcentaje de personas de 65 años o más muy superior a la media, y un porcentaje de menores de 15 años muy inferior a la media.

Tabla 1. Media de las variables seleccionadas según estrato socio-espacial. Fuente: Elaboración propia en base a datos de población del Censo 2010 INDEC

Construidos los clusters queda observar el peso y la distribución socio-espacial de los mismos.

Como se ha dicho, para este trabajo se tomó como unidad el municipio y en este sentido se puede observar que el estrato 1 es el que incluye a una mayor cantidad de ellos y, a su vez, el que posee mayor peso poblacional. Por su parte, el tipo 2 contiene a los municipios periféricos, y al municipio de La Matanza, que es el departamento que posee mayor peso poblacional, y se extiende por las distintas coronas del AMBA. Continuando, vemos que el tipo 3 concierne, fundamentalmente, a la primera corona, a la Ciudad de La Plata y a tres municipios periféricos. Finalmente el tipo cuatro, claramente diferenciado del resto, incluye a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires –que tiene peso poblacional relevante- y a una serie de departamentos que componen el corredor norte. Veamos esta segmentación en el mapa 2.

Ligado a lo mencionado con antelación, la tabla 2 sintetiza la envergadura poblacional que posee cada uno de estos tipos socio-espaciales.

Tabla 2. Población y porcentaje de población según estratos socio-espacial. Área Metropolitana de Buenos Aires. Año 2010. Fuente: Elaboración propia en base a datos de población del Censo 2010 INDEC

El interrogante, ahora, es si podemos “leer” la incidencia diferencial de la vacunación utilizando como clave esta clasificación. O dicho en otros términos. ¿Será factible considerar que algunas de las divergencias en la recepción del proceso de vacunación se ligan a variables relativas a la desigualdad socio-espacial? Es claro, por la forma de construcción de los datos que estos tienen un componente etario, sobre todo en el estrato 4, que sesga los datos, pero este sesgo va de la mano con otros elementos a considerar.

Entendemos que esta forma de clasificación de los municipios brinda una herramienta que permite hacer inteligibles con mayor precisión las divergencias vacunatorias previamente leídas desde la clasificación de los grandes entramados poblacionales. La separación del corredor norte de otros municipios del primer cordón y sus similitudes con CABA son uno de los aspectos más significativos, pero también la separación de la Ciudad de La Plata de sus municipios aledaños, etc. muestran más claramente divergencias que de otra forma quedaban eclipsadas.

El Mapa 2 muestra la incidencia de la vacunación (es decir la población vacunada sobre la población total) y el Mapa 3 expresa la segmentación socio-espacial que acabamos de describir. La coloración más fuerte en cada uno de los mapas representa mayores tasas de vacunación en el mapa que está a la izquierda y la coloración más fuerte muestra municipios conformados por porcentajes más significativos de estratos socio-espaciales más aventajados, es claro que se vislumbran segmentaciones emparentadas. ¿Será sólo la matriz demográfica la que condensa las diferencias? Si bien, no podemos soslayar el punto, y su dilucidación será objeto de otros trabajos, es sólo en el estrato 4 donde este elemento adquiere una centralidad indiscutible.

Mapas 2 y Mapa 3. Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Salud de la Nación Argentina.“Vacunas contra COVID-19. Dosis Aplicadas en la República Argentina” (23/12/2020 al 30/08(2021) y datos de población del Censo 2010 INDEC.

La tabla 3 resume la incidencia de la vacunación según estratos socio-espaciales y la divergencia es elocuente. Los municipios con estratos socio-espaciales más aventajados poseen una incidencia de vacunación que supera en más de 12 puntos porcentuales a los municipios más vulnerables. Ciertamente el peso de la dimensión etaria de este estrato juega un rol central, pero limitado pues si la diferencia en el peso de los mayores de 65 años es de 8 puntos, la diferencia en la vacunación es de 13 puntos, mostrando un excedente que no puede ser entendido por el sesgo etario.

Tabla 3. Incidencia de la vacunación. Primera dosis según estrato socio-espacial. Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Salud de la Nación Argentina.“Vacunas contra COVID-19. Dosis Aplicadas en la República Argentina” (23/12/2020 al 30/08(2021) y datos de población del Censo 2010 INDEC.

¿Cuáles son los aspectos que hacen a estas tasas diferenciales? no podremos aquí sino esbozar hipótesis que deberán ser estudiadas. Distancias espaciales e institucionales, riesgos cotidianos mayores que el COVID-19, otros tiempos y otras prioridades, desconfianza en las instituciones estatales, etc. son aspectos a considerar.

A modo de cierre

El proceso vacunatorio llevado adelante en tiempo record es un elemento nodal que ha posibilitado un nuevo mojón, más promisorio, en este interminable contexto pandémico. La necesidad del componente masivo de estas políticas en salud, que además de tener una incidencia individual, tienen un rol poblacional y sanitario ya reconocido con los esquemas de vacunación precedentes, con esta pandemia se actualizaron aún más. Dicha importancia se refuerza a la hora de la aparición de las nuevas variantes virales que si la vacunación no alcanza rápidamente a amplias capas de la población, pueden reaparecer/continuar los problemas para la salud mundial

Los datos muestran a las claras la eficacia de una política pública estatalmente comandada que contenga prioridades basadas en los riesgos sanitarios. La centralidad de ella es indiscutible, sin embargo y más allá de que una política pública se lleve delante de formas similares, las particularidades socio-espaciales y demográficas particularizan la acción y le dan tonalidades diferentes. Atender a la universalidad es central en las políticas de salud, pero tomar en consideración las particularidades societales no es menos relevante. En salud está vastamente abordada la cuestión de las brechas socio-espaciales para el acceso a la salud, seguramente, en los próximos meses será menester crear políticas focalizadas hacia esta dificultad.

Para terminar podríamos interrogar nuestros resultados con los aportes de Anita Sreedhar y Anand Gopal (2021); ellos, en un recomendadísimo artículo periodístico publicado recientemente en el New York Times, se interrogan sobre los déficits de vacunación en el Bronx y concluyen que los obstáculos a la vacunación poseen aristas complejas que expresan divergencias de clase. Estas no son sólo una brecha en el acceso a los servicios de salud, como podríamos pensar a primera vista, sino que se entretejen con otros aspectos sustanciales. Entre ellos cabe mencionar la primacía de décadas de propiciar un enfoque individualista del devenir de la vida, la pérdida de las matrices comunitarias, la falta de estados que garanticen el bienestar de la población y la situación de vulnerabilidad de los estratos socio-espaciales más vulnerables vivencian cotidianamente. Mientras para los estratos más altos el COVID-19 es uno de los mayores riesgos actuales, para los más empobrecidos es uno de tantos riesgos, mucho más difuso y lejano que otros que viven en la vida cotidiana. No se pueden extrapolar todos los términos de estos argumentos a nuestro caso, pero es menester tomarlos en cuenta.

Esperamos, con estos datos, poner en evidencia un aspecto algo soslayado que es el cruce socio-espacial de la vacunación. Pretendemos que este tipo de producciones colaboren en una relación más enriquecedora entre los gestores de políticas y las universidades públicas, así lo pensamos, así lo deseamos y así lo fomentamos.

Referencias

[1] Durante los días 8/4/21 (DNU 235/2021) y 16/4/21 se establecieron una serie de “Medidas generales de prevención” que limitaban la movilidad y restringían la circulación en los horarios nocturnos.

[2] Es menester clarificar que la medición de la letalidad mensual posee algunos riesgos pues hay un retraso de dos o tres semanas entre el inicio del caso y el devenir del fallecimiento, por lo cual en momento de ascenso de casos la expresión en los decesos se produce después.

[3] Más precisiones sobre cada una de estos conjuntos habitacionales se pueden encontrar en el Octavo reporte.

[4] Ver el último apartado de este reporte.

[5] Para más precisiones sobre el AMBA ver Di Virgilio, Guevara y Arqueros Mejica (2015), para profundizar las brechas socio espaciales que evidenció el covid ver nuestros anteriores reportes y Maneiro, Farías, Olivera (2020).

Normativa

DNU 297/2020. Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio

DNU 875/2020. Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio

DNU 235/2021. Medidas generales de prevención

Bibliografía

Di Virgilio, Mercedes; Guevera, Tomás y Arqueros Mejica, Soledad (2015). “La evolución territorial y geográfica del conurbano bonaerense”. En Kessler, Gabriel (org). El Gran Buenos Aires (pp. 73–102). Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Unipe/ EDHASA.

Maneiro, María, Farías, Ariel y Olivera, Leónidas H. (2020). “Espacialidades y temporalidades como lentes para entender la propagación del COVID-19 en el sur del conurbano”. Revista Ensambles, 13.

Maneiro, María, Borda, Juan P., Farías, Ariel, Fernández Bouzo, Soledad;, Nardín Santiago, Olivera, Leónidas H. (2020). Quinto Reporte. Un abordaje desde el problema del diagnóstico y la atención. Disponible en: https://medium.com/@Covid19RegionSanitariaVI/quinto-reporte-bfb855cf7d5b.

Maneiro, María, Borda, Juan Pablo, Farías, Ariel, Fernandez Bouzo, Soledad; Nardín Santiago, Olivera, Leónidas H.; Pacheco, Diego (2020). Séptimo Reporte. El COVID-19 durante el ASPO. Panorámica y análisis de la relación entre el COVID-19 y la vulnerabilidad socioeconómica. Disponible en: https://medium.com/@Covid19RegionSanitariaVI

Torres, H. A. (1993). El mapa social de Buenos Aires (1940–1990). Serie Difusión 3. Buenos Aires: SICyT, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, UBA.

Sreedhar, Anita; Gopal, Anand (2021). “Las dudas sobre las vacunas tienen una raíz: la desconfianza en nuestros gobiernos”. New York Times, 13/12/2021. Disponible en https://www.nytimes.com/es/2021/12/13/espanol/opinion/antivacunas-covid-argumentos.html

Equipo de trabajo

Maneiro, María; Borda, Juan Pablo; Farías, Ariel; Nardin Santiago, Olivera, Leónidas H. y Pacheco, Diego

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Covid-19 en la Región Sanitaria VI

María Maneiro, Soledad F. Bouzo, Santiago Nardin, Ariel Farías, Hernán Olivera, Juan Pablo Borda, Sebastián Sustas, Rocío Rivero, Manuel Riveiro y Diego Pacheco