Octavo Reporte (Parte 1)

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El devenir de la pandemia en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Una mirada general del proceso.

Este nuevo reporte contiene diversos apartados que, en cierto sentido, se articulan y complementan. Primero se propone una mirada panorámica de la pandemia y luego una revisión de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA). A posteriori se describe el proceso en términos espaciales interrogándose acerca de cuál fue la dinámica de la región en su conjunto, en los diferentes entramados que la configuran y, sin entrar en el detalle, en cada uno de los departamentos.

La dinámica de la pandemia

El Séptimo Reporte, el último del año pasado, ya proponía una mirada global de la evolución del COVID-19 durante el ASPO, sin embargo quedaron muchos elementos sin profundizar. Retomemos las principales conclusiones de aquel informe y continuemos densificando algunos elementos.

Hasta el segundo mes del invierno los casos confirmados de COVID-19 se centraban en la RMBA. La relevancia demográfica de este espacio hizo que las curvas que representaban la evolución de la incidencia del virus fueran relativamente espejadas respecto del país en su conjunto*. Sin embargo, hacia los últimos momentos del ASPO éstas tomaron direcciones inversas. Mientras en el país en su conjunto continuó una línea ascendente que muy posteriormente comenzó a descender, en la RMBA la caída de los casos fue pronunciada durante el último mes invernal y la primavera.

A su vez, en los diferentes reportes del año pasado mostramos las asincronías que expresaba la dinámica centro periferia. Mientras las centralidades comenzaban el ciclo ascendente con anterioridad, en las periferias estos ciclos aparecían con algunas semanas de atraso. Sin embargo, los resultados de nuestros informes dieron cuenta de que no se trataba meramente de una reproducción espejada a posteriori de un proceso semejante sino que cada espacio social contenía algunas especificidades que debían tomarse en consideración.

En este reporte trabajaremos en profundidad acerca de qué sucede en la RMBA**, es la primera vez que abordamos CABA y los cuarenta municipios. Entendemos que esta mirada de toda la Región posibilitará comprender mejor nuestra propia región sanitaria, que se halla inserta dentro de esta metrópoli.

Comencemos abordando la dinámica del proceso. El Gráfico 1 muestra la evolución de los casos confirmados según el promedio semanal de los cuarenta municipios de la provincia que conforman la Región Metropolitana y CABA. Se muestran tres ojivas de relevancia, la primera, que concierne a la primera ola, un recrudecimiento hacia fin de año y comienzos de 2021 y el proceso que estamos atravesando actualmente.

Si bien una mirada con mayor detalle, como fue mencionado con anterioridad, daba cuenta de cierto “atraso” en la periferia, en los datos panorámicos, lo que sobresale es una dinámica semejante que se vuelve más pronunciada en los 40 municipios por la magnitud de su propia población.

En torno al proceso en curso, durante los días 8/4/21 (DNU 235/2021) y 16/4/21 se establecieron una serie de “Medidas generales de prevención” que limitaban la movilidad y restringían la circulación en los horarios nocturnos, sin ánimo de ser concluyentes (puesto que el atraso en la carga de los datos puede influir en la morfología de la línea) la baja evidenciada al final del proceso, puede estar relacionada con estas disposiciones.

Gráfico 1. Distribución temporal de los casos confirmados de COVID-19 CABA y 40 municipios de la RMBA. Fuente: Elaboración propia en base a COVID-19. Casos Registrados en la República Argentina, datos abiertos de la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Situación de Salud (Período 1/4/2020 al 30/04/2021, día de actualización 31/04/2021).

La Región Metropolitana de Buenos Aires

La Región Metropolitana de Buenos Aires, comprende un espacio social mayoritariamente urbano que tiene lazos funcionales con las centralidades de la metrópoli. Esta incluye a la Ciudad de Buenos Aires y cuarenta municipios colindantes. En ella se pueden distinguir diferentes sectores a saber: la ciudad de Buenos Aires, el conurbano que, a su vez, puede subdividirse en dos coronas, una limítrofe con la ciudad y otra más lejana y, finalmente, un ámbito de expansión más tardío que lo conforma la tercera corona; asimismo, la ciudad de La Plata y el gran La Plata conforman un espacio social con una lógica particular.

La población de la Ciudad de Buenos Aires se mantiene relativamente estable desde mediados del siglo pasado y, por ello, mayoritariamente, está compuesta por urbanizaciones consolidadas, una alta densidad poblacional y una pirámide demográfica más avejentada que el resto de la región. Empero, en ella coexisten barrios populares de gran magnitud, éstos están aún en crecimiento y su infraestructura urbana es deficitaria. Si bien, es cierto que la población no ha crecido significativamente en los últimos setenta años, en ella se mueve una cantidad mucho mayor personas, pues, millones de habitantes de los municipios del conurbano se desplazan hacia la ciudad, por trabajo, estudio, cuidados u otras actividades cotidianas. La segunda parte de este reporte abordará algunas aristas de estos procesos de movilidad.

La primera corona la comprenden los municipios de Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Morón, Tres de Febrero, San Martín, Vicente López y San Isidro. También conformaría este conjunto una porción del municipio de La Matanza, pero por su amplitud y complejidad lo vamos a analizar siempre de manera autónoma. Esta corona creció fuertemente durante el siglo XX para estabilizarse a comienzos de la década de 1990. Las cabeceras de partido de estos municipios poseen una urbanización consolidada y una amplia gama de servicios que concentran la movilidad departamental, sin embargo en sus periferias hay villas y asentamientos, en general, de larga data. Son municipios fuertemente desiguales y más densamente poblados que el resto de la periferia.

La segunda corona está conformada por los municipios de Almirante Brown, Quilmes, Berazategui, Florencio Varela, Ezeiza, Esteban Echeverría, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Merlo, Moreno, San Fernando, San Miguel y Tigre. Estos municipios mantienen una dinámica de crecimiento significativo, aún en la actualidad y contienen espacios sociales heterogéneos: cabeceras de partido consolidadas y que funcionan de centralidades locales, periferias urbanizadas mediante loteos que aún tienen infraestructuras incompletas, asentamientos informales enormemente deficitarios, zonas periurbanas e incluso rurales y espacios privatizados con emprendimientos inmobiliarios cerrados.

La tercera corona es el ámbito menos poblado de la RMBA, se encuentra en proceso de crecimiento y contiene –con menor desarrollo- muchas de las contradicciones que se evidencian en la segunda corona. Como se puso de manifiesto en la ocupación de Guernica el uso de estos espacios se encuentra en pugna, entre un modelo de urbanizaciones de alta gama espacio-extensivos y una urbanización popular informal que pugna por encontrar un lugar.

A su vez, y en otro orden, el corredor norte posee algunos elementos que lo distinguen del resto de los espacios periféricos. Constituyendo ámbitos residenciales suburbanos de sectores socioeconómicos medios y medio-altos. Por todo ello, desde comienzos del siglo pasado en estos departamentos, se configuró un espacio social más desigual y heterogéneo que otros espacios conurbanos.

Finalmente en esta región periférica, sobresale, la ciudad de La Plata y sus municipios limítrofes Ensenada y Berisso, que poseen una lógica demográfica propia con una historicidad amplia y compleja y una alta densidad poblacional. La Plata posee una funcionalidad y una centralidad específica respecto de este núcleo territorial y hacia esta ciudad circula una significativa cantidad de personas con fines de trabajo, de estudio, de cuidado, etc.

Para cerrar, cabe decir que las ciudades de Escobar, Luján y Campana, también exceden en su funcionalidad a la modalidad clásica de la centralidad de la RMBA.

La RMBA ante la crisis por COVID-19

¿Existe una lógica general y común respecto a lo que sucede con la expansión del COVID-19 en la RMBA? ¿Se pueden distinguir trazos diferenciales según la clasificación que presentamos arriba? ¿Y los municipios, presentan diversidad? ¿Estas distinciones nos sirven para pensar de manera más adecuada las acciones de cuidados y de prevención de los contagios masivos?

Nuestros trabajos nos muestran que, si bien existe un trazo común respecto de la magnitud expansiva y la gravedad de los casos en todo la RMBA, también se aprecian aspectos disímiles que remiten, entre otras cuestiones, a especificidades socio-espaciales de cada corona, de cada municipio y de cada entramado barrial. En este apartado buscamos dar cuenta de estos trazos generales y, también, de algunos elementos disímiles cuya interpretación se encuentra en abierto.

Comencemos por analizar la incidencia acumulada de toda la región metropolitana. Primero recordemos la composición del dato: la incidencia acumulada refiere a todos los casos confirmados que se han producido en un lapso específico dentro de un territorio delimitado (para este reporte, la RMBA). Aquí remite a todos los casos confirmados que se produjeron entre marzo de 2020 y abril del 2021; detengámonos en la extensión temporal, la escala extendida da cuenta de un proceso general, esa es su potencia, pero a su vez, desdibuja fases internas, acumulando momentos diferenciales del proceso en estudio.

Los datos que analizamos, que cierran el día 30 de abril de 2021, registran una proporción de algo más de 8650 casos por cada 100 mil habitantes, en términos precisos, como se puede ver en los marginales inferiores de la tabla 1, la incidencia acumulada es de 8678 casos confirmados cada 100 mil habitantes. Es importante tomar en consideración que la cantidad de casos confirmados depende, en gran medida, de la ampliación y profundización del proceso de testeo, con lo cual es central reconocer que la cantidad de casos confirmados supone un zócalo mínimo de la cantidad de casos del virus que ha tenido el área metropolitana desde marzo del año 2020.

En torno a la magnitud de los fallecimientos cabe mirar con detalle la tasa de mortalidad. Esta tasa se calcula vinculando la cantidad acumulada de personas fallecidas por el virus que estamos analizando en un tiempo y espacio determinado sobre la población en su conjunto. La magnitud de los fallecimientos tiene aristas varias, pero entre ellas cabe notar que está fuertemente signado por la pirámide etaria de la población, mostrando tasas más altas en poblaciones con mayores proporciones de adultos mayores. Entre los marginales de la tabla 1 se puede encontrar la tasa de mortalidad total de la RMBA, esta es de 233 personas por cada 100 mil habitantes en todo este proceso de pandemia.

Finalmente la tasa de letalidad es la que vincula la proporción de fallecidos respecto del total de casos confirmados. Una vez más se debe atender que esta proporción está fuertemente afectada por la magnitud de los testeos pues la ampliación y disminución del número de casos confirmados afecta la proporción de los fallecidos dentro de ellos. A su vez, entre los marginales inferiores vemos la tasa de todo la RMBA, ésta es de 2,68 personas por cada 100 casos confirmados.

Estos trazos generales son los que nos brindan el marco para la interpretación de las divergencias entre la ciudad, cada una de las coronas, y La Plata y Gran La Plata. Volvamos a los tres indicadores mencionados con antelación a nivel general, para leerlos, ahora en clave de distinción socio-espacial.

Tabla 1. Casos confirmados, fallecimientos, población, tasas de letalidad y mortalidad por conjunto poblacional. Fuentes: Elaboración propia en base a COVID-19. Casos Registrados en la República Argentina, datos abiertos de la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Situación de Salud (Período 1/4/2020 al 30/04/2021, día de actualización 31/04/2021).Proyecciones de población realizadas por el Programa de Análisis Demográfico (INDEC).

La proporción de casos confirmados por habitantes varía enormemente en los entramados de la RMBA. Una dirección descendente en torno a la relación centro periferia es la que aparece con mayor claridad, mostrando una tasa mucho más alta en la ciudad de Buenos Aires que disminuye de manera significativa en la primera corona, y mucho más en la segunda y resulta algo inferior en la región platense. Sin embargo esta dirección descendente no se constata en el tercer cordón, que presenta una tasa intermedia entre el primero y segundo, disminuye ostensiblemente en La Matanza (municipio que se extiende en los tres cordones).

Por todo ello es que el primer gráfico que mostraba la cantidad de casos sin relacionar ese número con la población puede llevarnos a conclusiones erróneas. A su vez, estas evidencias introducen una serie de interrogantes que complejizan la lectura de los datos. ¿Influirá significativamente el nivel de testeo? Introducir la tasa de positividad presente en cada una de estas tramas espaciales podría ser un elemento para dotar de nuevas potencias a estas cifras, sin embargo por ahora podremos continuar con nuestro recorrido.

Analicemos, entonces, las tasas de mortalidad acumuladas. Ciertamente las ciudades están más afectadas por la mortalidad del virus. La Ciudad de Buenos Aires, la región platense y el primer cordón poseen las tasas de mortalidad más altas, a tono con las pirámides más avejentadas de su población. A medida que nos alejamos del centro urbano, las coronas van mostrando poblamientos más nuevos con pirámides poblacionales profundamente juveniles, este aspecto incide en las tasas de mortalidad general y en las que se producen como efecto de este virus en particular.

Finalmente, las tasas de letalidad expresan cifras que más que aclararnos el panorama nos interpelan fuertemente. Con cifras altísimas en la región platense y muy bajas en la Ciudad de Buenos Aires y en el tercer cordón, éstas no parecen tener una línea interpretativa clara. Entre muchos elementos, la mayor proporción de trabajadores de la salud en la región platense y una infraestructura más extensa y de mayor complejidad, seguramente, son aspectos a considerar.

La tabla 2 y los mapas 1, 2, y 3 muestran datos por municipio. En ellos se expresa una tendencia respecto de los casos confirmados y de la tasa de mortalidad que a grandes rasgos se puede leer desde la óptica que hemos propuesto. Sin embargo, una mayor heterogeneidad emerge en ellos que demanda otras formas de atención en torno al detalle.

Tabla 2. Casos confirmados, fallecimientos, población, tasas de letalidad y mortalidad por departamento. Fuentes: Elaboración propia en base a COVID-19. Casos Registrados en la República Argentina, datos abiertos de la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Situación de Salud (Período 1/4/2020 al 30/04/2021, día de actualización 31/04/2021).Proyecciones de población realizadas por el Programa de Análisis Demográfico (INDEC).
MAPA 1. Distribución departamental de la tasa de incidencia acumulada en la RMBA. Fuentes: Elaboración propia en base a COVID-19. Casos Registrados en la República Argentina, datos abiertos de la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Situación de Salud (Período 1/4/2020 al 30/04/2021, día de actualización 31/04/2021). Proyecciones de población realizadas por el Programa de Análisis Demográfico (INDEC).

El Mapa 1 muestra la incidencia acumulada de casos en todo el proceso pandémico. La mayor incidencia se encuentra en la ciudad, con la más cantidad de casos relativos a su población y continúa con en el primer cordón, con la excepción de Vicente López. En un plano general, a medida que nos vamos alejando de la centralidad, la cantidad relativa de casos comienza a decrecer; no obstante el corredor norte contiene una mayor proporción de casos y, específicamente Pilar tiene un rango más alto de lo esperado; por el contrario, el oeste posee tasas menores a la media y, en un eslabón intermedio encontramos al corredor sur y sureste. Por último los departamentos más alejados tienen una mayor cantidad de casos respecto de la media; consideramos que ésta que debe ser entendida bajo otra dinámica diferente a la de centro-periferia.

MAPA 2. Distribución departamental de la tasa de mortalidad en la RMBA. Fuentes: Elaboración propia en base a COVID-19. Casos Registrados en la República Argentina, datos abiertos de la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Situación de Salud (Período 1/4/2020 al 30/04/2021, día de actualización 31/04/2021). Proyecciones de población realizadas por el Programa de Análisis Demográfico (INDEC).

El Mapa 2 muestra la tasa de mortalidad. De la mano de lo mencionado con antelación es en las zonas más tempranamente urbanizadas en donde las pirámides poblacionales están más avejentadas y por ello la mortalidad resulta más alta. Sin embargo, algunos resultados se tornan llamativos. Entre ellos cabe mencionar la mayor mortalidad en algunos municipios del primer y segundo cordón que en la propia Ciudad de Buenos Aires. Es menester señalar que la mayoría de estos forman parte de los corredores más pobres: el oeste con Morón, Ituzaingó y el sur con Avellaneda y Quilmes; del corredor norte sólo tiene estas tasas el municipio de Tres de Febrero. Finalmente el caso de San Fernando vuelve a llamar la atención por su alta tasa.

MAPA 3. Distribución departamental de la tasa de letalidad en la RMBA. Fuentes: Elaboración propia en base a COVID-19. Casos Registrados en la República Argentina, datos abiertos de la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Situación de Salud (Período 1/4/2020 al 30/04/2021, día de actualización 31/04/2021).

El Mapa 3, finalmente, expresa la tasa de letalidad. Este dato, como se dijo más arriba, constituye el dato menos transparente de los que estamos mostrando. Los municipios con mayores tasas son La Plata y Berisso, en la Región platense; Quilmes, Avellaneda y Florencio Varela, en el sur, Morón e Ituzaingó al oeste y San Fernando en el Norte. Sin ánimo de ser concluyentes, probablemente se estén sobreponiendo elementos disímiles en las tasas de estos espacios sociales, mientras que en La Plata podría tener que ver con las dificultades propias de un sistema de salud complejo y profundo, en los otros municipios podría tratarse justamente de lo contrario, pero necesitaríamos nuevos trabajos de investigación como para poner en juego las diversas hipótesis.

Sería imposible desmenuzar aquí estos datos de manera exhaustiva, pero interpelemos algunos de ellos, a modo de ejemplo. Comencemos por interrogar los datos de incidencia. ¿La baja tasa de La Matanza dará cuenta de una baja incidencia real o de la menor captación del virus por falta de testeo? ¿La enorme dimensión espacial y poblacional del municipio influirá en la producción de mecanismos de confirmación de los casos positivos? ¿La cuestión acerca de que La Matanza sea una Región Sanitaria en sí misma, que no comparte los recursos con otros municipios, incidirá, también?

Vayamos ahora al tercer cordón, a un municipio tan particular como Pilar, centro de las nuevas urbanizaciones suburbanas de sectores medios, medio-altos en el corredor norte. A pesar de poseer muy altas tasas de incidencia acumulada, la mortalidad es mucho más baja que en otros casos. ¿Cuáles serán los factores que están influyendo sobre esta especificidad? Seguramente una pirámide demográfica menos envejecida explica parte de este fenómeno, pero ¿existirán otros elementos ligados a los recursos socio-económicos que podrían incidir también en esta menor tasa de letalidad?

Para cerrar este manojo de preocupaciones específicas que merecerían un detalle mucho mayor. ¿Luján y Escobar, dos ciudades cuyo devenir excede la lógica de la funcionalidad del tercer cordón de la RMBA, no pueden entenderse justamente desde su especificidad de manera más correcta? y en ese sentido la noción de RMBA, tal como la hemos entendido ¿no estaría ciñendo las particularidades del devenir de algunos espacios sociales específicos? Sea como fuere, los datos acerca del COVID-19 en estos departamentos muestran una especificidad que parece acercarse más a la lógica citadina que a la de espacio periférico.

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Referencias

*Más detalles sobre este aspecto se puede ver en Maneiro, Farías y Olivera (2020).

**Para mayores precisiones sobre la RMBA y el conurbano ver “La evolución territorial y geográfica del conurbano bonaerense” (Di Virgilio, Guevara y Arqueros Mejica: 2015).

Equipo de trabajo

Maneiro, María; Borda, Juan Pablo; Farías, Ariel; Nardin Santiago, Olivera, Leónidas H. y Pacheco, Diego. Con el asesoramiento técnico de Fernández Bouzo, Soledad y Riveiro Manuel.

Normativa

DNU 297/2020. Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio

DNU 875/2020. Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio

DNU 235/2021. Medidas generales de prevención

Bibliografía

Di Virgilio, Mercedes; Guevera, Tomás y Arqueros Mejica, Soledad (2015). “La evolución territorial y geográfica del conurbano bonaerense”. En Kessler, Gabriel (org). El Gran Buenos Aires (pp. 73–102). Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Unipe/ EDHASA.

Maneiro, María, Farías, Ariel y Olivera, Leónidas H. (2020). “Espacialidades y temporalidades como lentes para entender la propagación del COVID-19 en el sur del conurbano”. Revista Ensambles, 13.

Maneiro, María, Borda, Juan P., Farías, Ariel, Fernández Bouzo, Soledad;, Nardín Santiago, Olivera, Leónidas H. (2020). Quinto Reporte. Un abordaje desde el problema del diagnóstico y la atención. Disponible en: https://medium.com/@Covid19RegionSanitariaVI/quinto-reporte-bfb855cf7d5b.

Maneiro, María, Borda, Juan Pablo, Farías, Ariel, Fernandez Bouzo, Soledad; Nardín Santiago, Olivera, Leónidas H.; Pacheco, Diego (2020). Séptimo Reporte. El COVID-19 durante el ASPO. Panorámica y análisis de la relación entre el COVID-19 y la vulnerabilidad socioeconómica. Disponible en: https://medium.com/@Covid19RegionSanitariaVI

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Covid-19 en la Región Sanitaria VI

María Maneiro, Soledad F. Bouzo, Santiago Nardin, Ariel Farías, Hernán Olivera, Juan Pablo Borda, Sebastián Sustas, Rocío Rivero, Manuel Riveiro y Diego Pacheco