De qué hablamos cuando hablamos de revolución en la industria editorial

A 10 años cumplidos del lanzamiento del primer Kindle, gran parte de la industria aún debate a diario sobre cuál será el futuro del sector editorial. Y como siempre ha ocurrido frente a cualquier innovación tecnológica, las aguas se dividen entre apocalípticos e integrados. Pero lo cierto es que generalmente los debates son reducidos a una aparente lucha entre la lectura en papel vs la lectura en pantalla. Y esto es simplificar mucho el tsunami de profundos cambios que esta atravesando el sector. Y que cuando algunos decimos que se trata del cambio más profundo de toda la historia, no exageramos en nada. En el siguiente artículo, propongo repasar algunos de los componentes que dan forma al ecosistema editorial (presente y al que podemos imaginar en futuro cercano, digamos unos 10 años):

  • El primero de ellos es el surgimiento de empresas de tecnología que intervienen en la cadena de valor del libro y provocan modificaciones muy profundas (nos gusten más o menos). Dentro de estas empresas de tecnología encontramos desde grandes jugadores (Amazon con su tienda online y dispositivos, Apple con el desarrollo de su plataforma de autopublicación iBooks Author o Google mediante Google Books o con el desarrollo de plataformas como Toontastic, ganadora de un premio en el último Bologna Digital Awards 2017), hasta jóvenes emprendimientos tecnológicos (en los últimos años han emergido una enorme cantidad de emprendimientos tecnológicos que buscan formas innovadoras de narrar historias o distribuir contenidos: Bookwire, Storytel, Lost My Name, Reedsy, Wattpad, Boolino, Teksum y muchísimos más). Esta fase exploratoria/innovadora, se acelerará mucho más en los próximos 5 años, con la maduración de las conexiones móviles, el desarrollo de la Internet of Things o la Realidad Virtual.
  • Luego aparece lo que denominamos la sobreabundancia de contenidos, que modifica las economías creativas por completo. Nunca en la historia las personas tuvieron al alcance de su mano tanta cantidad de contenidos, y una enorme mayoría de ellos, en forma gratuita. Por solo dar algunas cifras, en las tiendas de libros digitales oficiales más reconocidas (como Amazon o Apple iBooksStore) existen al menos unos 8 millones de títulos a los cuáles se puede acceder en forma gratuita y legal. Europeana, uno de los grandes proyectos de catálogos europeos, ofrece más de 53 millones de objetos digitales gratuitos. Google Arts and Culture sigue una dirección similar, ofreciendo una enorme cantidad de recursos relacionados con la cultura y el arte, en forma completamente gratuita. Y esto también sucede en la propia industria del libro tradicional. Si para 1990 existían en el mundo 900.000 libros registrados con ISBN, al año 2012 ya existían al menos 32.000.000 de obras registradas. Estamos en un contexto de absoluta y exponencial sobreabundancia de contenidos, donde cualquier persona tiene en sus manos un dispositivo que hoy es más poderoso que un estudio de televisión completo de hace no más de 10 años atrás. Este escenario de sobreabundancia de contenidos, en el universo editorial tiene características que lo hacen particularmente complejo, y que obligan a repensar el modelo de negocio del sector, ya que los contenidos en formato digital no se agotan y pueden estar disponibles globalmente sin que esto implique mayores costos.

Vemos como año a año crece la cantidad de libros registrados en América Latina, España y Portugal. 189.857 libros se registraron en el 2016 en América Latina (El libro en cifras, CERLALC).

  • En esta sobreabundancia de contenidos, el mercado se hiperfragmenta y las necesidades de las personas son cada vez más específicas. Esto se ve reflejado en una industria del libro que está cada vez más alejada de los grandes bestsellers de otros tiempos, y en su conjunto publica año a año cada vez más cantidad de títulos, más específicos, con tiradas más reducidas.
  • A este coctel, se suma que ya no es solo la industria editorial la que publica libros y contenidos, sino que también emergen otros actores que lo hacen, como empresas de otros rubros, organizaciones, y personas-individuos. Este último caso, representado por el fenómeno de la autopublicación, que en muchos mercados (como Gran Bretaña o Estados Unidos) ya equivale en ventas al 25% de la industria y que, por ejemplo, en Estados Unidos dió un salto de más de un 200% en los últimos 5 años, llegando a registrarse más de 800.000 libros bajo el formato autor-editor.
  • El inconveniente adicional lo encontramos cuando vemos que esta sobreabundancia en la producción de nuevos contenidos cada año, no es un reflejo de un negocio en auge o crecimiento sino todo lo contrario. Excepto en el segmento cubierto por la literatura infantil y juvenil, es difícil encontrar cifras positivas en el sector del libro. Las ventas a nivel global han caído muy fuerte, independientemente de la coyuntura propia de cada país. A este fenómeno se suma la concentración editorial impulsada por los dos grandes grupos editoriales más importantes en lengua española, Penguin Random House y Grupo Planeta.
  • Ante un escenario de sobreabundancia e hiperfragmentación, y con las enormes complejidades que ha tenido la industria del libro en toda su historia para la circulación de los contenidos, tanto dentro de América Latina como hacia afuera de la región, la impresión por demanda se presenta como una oportunidad única de hacer más eficiente el circuito de los contenidos. La tecnología seguirá madurando aceleradamente en los próximos 5 a 10 años, reduciendo los costos y dando mayor flexibilidad a los productos finales. Esta evolución irá en línea con una realidad presente que al año 2017 suena cada vez más incomprensible: en España se imprimen cada 24 hs 621.000 libros y se venden 421.000, lo que significa que más de 70.000.000 de ejemplares al año no se venden (y en general, o terminan en circuitos de saldo o se destruyen para venderse como papel reciclado). A pesar de esta sobreimpresión, en forma paradójica día a día los lectores reclaman enormes dificultades para encontrar “ese” libro que están buscando. Una realidad que tenía sentido 10 años atrás, que es muy cuestionable en estos tiempos, y que será prácticamente inentendible si continua en 10 años más.
  • Alrededor de la industria del libro, emergen nuevos modelos de negocio, como son los sistemas de lectura en línea por suscripción mensual (24Symbols, Kindle Unlimited, Scribd, entre otros), o los sistemas de préstamos digitales (que proponen empresas como Odilo del Grupo Telefónica o Overdrive, que asiste en la actualidad a la enorme mayoría de bibliotecas universitarias en Estados Unidos). Esto impone reglas de negocio totalmente diferentes a las que se encuentra habituada el sector.
  • Los sistemas de validación del libro tradicionales comienzan a entrar en crisis, frente a una valoración directa de los contenidos de parte de los propios lectores, que opinan y califican los contenidos, e incluso potencian las ventas de un título con sus opiniones. Es el caso de las redes sociales de lectura (GoodReads o EntreLectores), o el accionar de los BookTubers y los Bookstagrammers, entre algunos de los fenómenos que incluso ya cobran una presencia física muy relevante en las propias ferias del libro, y que probablemente se potencien mucho más en los próximos 5 años.

Las nuevas tiendas físicas de Amazon le otorgan una especial visibilidad a la valoración de los propios usuarios, por sobre la clásica valoración de las obras que realiza la crítica literaria.

  • Nuevamente, en forma inédita en la historia de la industria editorial, es la primera vez que podemos conocer cuál es la opinión de los lectores sobre los contenidos que se publican. Y no solo eso, sino saber cómo consumen un contenido (qué días de la semana leen, a qué velocidad, de qué forma). Las métricas tradicionales que definen el éxito de un libro (la venta) comienzan a ser complementadas por otras, tanto o más valiosas, como son la cantidad de lecturas o el tiempo de lectura de un contenido.

Amazon ya no solo visibiliza el ranking de los libros más vendidos, sino también el de los más leídos, o el de los leídos más rápidamente en la última semana.

  • Se desarrollan en forma exploratoria con más o menos éxito comercial, muchos nuevos formatos para aquello que denominamos tradicionalmente “libro”: desde el libro enriquecido en formato app mobile, el audiolibro (este último, con especial aceleración en los últimos dos años), el videolibro, o libros en forma de mensajes de texto, entre otros.
  • El ecommerce se desarrolla fuertemente en todo el mundo, y con una aceleración muy importante en varios países de la región (como Argentina). Y específicamente en el mundo del libro, ya representa en varios países desarrollados económicamente más del 50% de las ventas. Es el caso de Amazon en Estados Unidos, el único canal de comercialización del libro que ha crecido año contra año. En Argentina, la empresa MercadoLibre (empresa que cotiza en la bolsa norteamericana por arriba de Twitter y es líder en ecommerce en la región) comienza a posicionarse fuertemente en el rubro. Y emergen proyectos del propio sector como www.todostuslibros.com en España que nuclea a las librerías de todo el país, muchas cadenas comienzan a realizar ventas online y acuerdos con empresas de tecnología (como la unión entre Kobo y Gandhi en México), y las editoriales comienzan a experimentar con la venta directa a través de tiendas propias.
  • Adicionalmente es necesario también contemplar que nuevas tecnologías, que ya son de moneda corriente en otras industrias, madurarán y se insertarán en la industria del libro en los próximos 5 a 10 años, haciendo aún más complejo este escenario: el Big Data y la Inteligencia Artificial, por mencionar al menos dos.

Esta es una breve síntesis de los cambios que atraviesan al sector editorial, y que sirven para entender de qué estamos hablando cuando hablamos de revolución en el sector editorial, y por qué es necesario reflexionar seriamente sobre su presente y su futuro.
En próximos artículos seguramente iré profundizando más detalladamente sobre cada uno de estos aspectos.

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Daniel Benchimol
Proyecto: hacia el futuro de la industria editorial

Director de Proyecto451 (www.proyecto451.com). Desarrollo estrategias digitales para el sector editorial. Consultor y docente.