Naranja al cuadrado

Eneko Beraza
2 min readDec 12, 2016

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Mientras la puerta del ascensor se cerraba, comprobó que había marcado el 6 y miró inconscientemente hacia arriba, como un astronauta apuntando su faz hacia las estrellas en un gesto universal de ‘estoy preparado’. En el último momento una mano activó la célula de la puerta y ésta se volvió a abrir.

La mujer saludó de forma ininteligible (‘osdías’), marcó el 7 y miró hacia el techo de la cabina, también preparada para el lanzamiento. Él, hombre y cobarde, la miró de reojo. Curioso perfil.

Ding. Despegamos.

Antes de llegar al 1 el perfume de la mujer llegó a sus fosas nasales. En su cabeza lo llamó perfume porque se parecía mucho a un perfume francés que su madre compró en algún lugar de la Costa Azul, de regreso de su viaje de novios en Italia. Franco aún vivía. No es colonia, decía su madre: es perfume. Per-fu-me. El líquido era naranja como la corteza de una naranja. Naranja al cuadrado. Lo guardaba en una cajita de metal y mucho tiempo más tarde le confesó que no había sido muy caro, que simplemente le tenía cariño porque era el que usaba cuando estaba embarazada de él.

Para el 2 reunió valor para echar otra ojeada furtiva: su nariz era definitivamente demasiado grande pero le daba mucho carácter a una cara por otra parte anodina.

En el 3 entró un señor con caspa en la chaqueta. Pestazo a naftalina. Marcó el 4. La mujer se acercó a él al fondo del ascensor para dejar sitio y él giró la cabeza mientras se movía también, indicando en silencio que le hacía sitio, que no se alejaba.

En el 4 se quedaron solos un segundo antes de que un mensajero con reggaetón en las orejas entrara como los nazis en Polonia. Marcó el 6. Le acompañaba frío y tufo a tubo de escape. Su fiel compañera (llevaban juntos desde el vestíbulo y eso une mucho) le protegía con su esencia maternal. Cerró los ojos y se dejó llevar hasta el 6, valorando si era o no una buena idea lo que pensaba hacer. El mensajero salió el primero. Casi al salir, se dio la vuelta y dijo:

- Huele bien. ¿Tiene nombre ese perfume?

La extraña frunció el ceño al principio pero rápidamente sonrió y contestó antes de que las puertas se cerraran de nuevo.

- No lo recuerdo ahora. Pero es naranja.

Este relato participa en la iniciativa #RelatosOlores de Divagacionistas

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