Cada día, el mundo de las empresas familiares vibra al ritmo de una sinfonía de negocios y emociones. Pero debajo del acorde armonioso de esta melodía, a veces, una nota disonante puede resquebrajar la cadencia fluida: el narcisismo. Este invitado no deseado puede adentrarse de puntillas, alterando silenciosamente la partitura…