It’s chaos. Be kind
— Justamente anoche vi un monólogo en Netflix y tuve CLARÍSIMO que lo tenía que ver contigo. Patton Oswalt: Annhihilation. Aunque suene raro, es casi tan desgarrador como bonito y divertido. Lloré de risa y de lo que no es risa durante la última hora.
¿Un monólogo que me va a hacer reír y llorar? No creo, pensé. Resultaba altamente improbable que Azul, que aterrizó en este planeta con un sensor incorporado capaz de hacerle detectar películas y series a las que ni de broma hubiera dado una oportunidad y hacerme saltar las lágrimas de risa incómoda o de pura emoción, se equivocase. Pero algún día tenía que llegar el momento.
En mi mundo de teatro de pequeño formato y salas de cine alternativas, los cómicos eran seres supuestamente chistosos a los que imaginaba como narcisos enamorados de sus gracias, las cuales se reflejaban indefectiblemente en las aguas pantanosas de sus egos necesitados de aplauso. Les prestaba escasa atención. Casi tan poca como a las películas palomiteras a las que él no hacía ascos. Pero Azul, que en su carrera loca por romperme los esquemas y hacerme superar prejuicios me había enseñado lo que es ser un humorista vocacional, me gustaba mucho. Y su manera de descolocarme con propuestas audiovisuales que iban de Supersalidos a Brigsby Bear pasando por Wet Hot American Summer y The Office, también.
Por primera vez dediqué un viernes por la noche a ver un monólogo. La mezcla de curiosidad y escepticismo dio paso a disfrutar sin más del ingenio maravilloso de Oswalt. Durante un largo rato que se me hizo un suspiro habló con lucidez e ironía de la egolatría y el racismo de Donald Trump. Lo hizo con una sonrisa tranquila y aquella cara de vecino majo al que darías sin dudarlo las llaves de tu casa. Es muy raro que le pase, pero se debe de haber equivocado. Me ha puesto el que no era. Daba igual. Me lo estaba pasando muy bien.
Just over a year ago, um, I became a widower. And, uh, I have… I’m moving along as best I can. It is, you know… I can get up and I can do my job. I can be a dad. But, uh, it’s not, you know… it’s still… The wound is there. It is healing.
Ciertamente había sido una ingenua. Azul y los papas romanos tienen en común el don de la infalibilidad. Él se lo reserva para cine, series y asumir riesgos tan meditados como extremos conmigo. Ellos para todo lo demás.
Lloré de risa y de lo que no es risa durante la última hora. Había olvidado por completo el matiz temporal del asunto.
My wife was a true-crime writer and researcher, and the phrase she hated the most was, “You know, everything happens for a reason.” She’s like, “No, it fuckin’ doesn’t. It’s chaos. It’s all random. And it’s horrifying. And if you want to try to reduce the horror and reduce the chaos, be kind, that’s all you can do. It’s chaos. Be kind.”
Ese caos aleatorio se la había llevado tras una enfermedad. El monólogo siguió, y sentí muchas cosas. Tristeza, ganas de reír y una sensación de que aquella mujer había dejado a su pareja lo mejor que le podía dar. Una filosofía de vida profundamente humana resumida en cuatro palabras. Ser amable en el caos es, quizá, todo lo que podemos hacer. Es decidir desde el corazón poner luz y sensatez en la oscuridad de un día a día frecuentemente duro, injusto y terrible. Y, desde ahí, transformar la realidad. Ser amable en el caos es una decisión consciente y generosa, discreta y revolucionaria. Me conmovió aquella manera simple de expresar una verdad incuestionable. Y que Patton Oswalt utilizase la creatividad para dar al dolor forma de regalo, transformándolo en un mensaje bello y claro que resonaba en mi interior. Lo hizo emocionándome y, tal y como había profetizado Azul, haciéndome reír y llorar.
Te estoy mojando la camiseta.
Bien. Utilizaré tu ADN para cositas mías.
Y llorar y reír de nuevo. Sentirme tan conmovida como afortunada.
Todo a la vez.
Annihilation (Trailer)
