En defensa de los No-Economistas.

Giovanni Bojorquez
4 min readSep 1, 2016

--

Han pasado un par de años desde que me he convencido de que si alguien necesita una defensa, son los no economistas. Hace unos meses tuve el agrado de trabajar en el área de banca mayorista de un banco español. Ahí, colaboré con financieros, matemáticos, abogados e inclusive tuve la oportunidad de colaborar con economistas, los verdaderos.

Una tarde al estar leyendo “A treatise of Human Nature” de D. Hume se me acercó una verdadera economista, quién sorprendida además de encontrarme leyendo en horas de trabajo me preguntaba si lo que leía era para una tarea o bien, una lectura de placer. Mi respuesta amigablemente fue que ‘por ahí iba’, que era para la redacción de mi ensayo de titulación que palabras más, palabras menos trata sobre coordinación entre las políticas monetaria y fiscal.

Lo interesante sucedió cuando me preguntó si era de mi interés añadirle un plus a mi ensayo y, después de leer sobre biología[1] le agregábamos un modelo que ella misma me podía ayudar a programar y así pueda yo tener certeza de las ganancias que tendría la coordinación que yo proponga.

Las sorpresas abundaron esa tarde, ya que al seguir la conversación ella conocía a la perfección las consecuencias de que no hubiera coordinación tales como las que J. Nash a todos nos ha enseñado. De igual manera, ella coincidió con que el problema se encontraba en la política fiscal y el mal manejo de las finanzas públicas que ha llevado el Estado en los últimos años. Sin embargo, lo que parecía ser una historia de amor en la que yo encontraba una verdadera economista que me enseñara a programar y hacer de mi ensayo una verdadera propuesta, se terminó tan pronto como tocamos el desempeño del banco central. Tal como si hubiera dicho un comentario misógino, la verdadera economista me calificó de hereje por atreverme a poner en duda a nuestro banco central y más aún, poner en duda los años de estudio en temas de política monetaria que el economista de agua dulce que lo dirige tiene.

Como toda una verdadera economista, ella sabe de matemáticas y econometría, y además sabe programar y poder modelar cualquier propuesta que yo realizara. Además conoce con exquisitez las consecuencias que tenía que el Estado interviniera en la economía y la perfección la manera en que debe de actuar el banco central.

Más allá de la sorpresa que me llevé al caer en la cuenta que, sin saber el tema de mi ensayo a profundidad, directamente me recomendó herramientas de lo más hard-core dentro de la economía “moderna”, me asombré al saber que mi costo de oportunidad de leer a un filósofo biólogo antes que a un econometrista o bien aprendiendo a programar para que de verdad mi ensayo tuviera valor agregado, era demasiado alto.

¿Cómo es posible ignorar que lo más importante en la economía es modelar y programar, que lo más importante en la economía es seguir un recetario de política económica y defender una ideología antes que cualquier solución objetiva?

Nosotros los no economistas tenemos un gran pecado y es el de preguntar lo que no debemos preguntar y criticar lo que no debemos. Nosotros los no economistas no entendemos que no entendemos: los no economistas no entendemos ese mundo la economía es la que se debe ajustar al modelo y no viceversa. Seguimos insistiendo en que la economía es una ciencia social que se perfecciona con la aplicación de matemáticas y la econometría y no una ciencia exacta que las ve como epicentro. Seguimos leyendo a filósofos y a historiadores cuando lo correcto sería leer únicamente a los mercados. Seguimos proclamando ideas más allá de una ideología o bien, postura partidista: continuamos pensando que la igualdad es la clave, que la pobreza es el demonio y que el mercado sí puede ser una solución más no la única. Seguimos pensando en la economía como una quimera (que también aterroriza a poblaciones enteras) en la que se puede proponer soluciones sin ser economistas de agua salada o de agua dulce. Pero más allá, Por esto, nadie es capaz de defender a los no economistas, por ideas absurdas, poco convencionales y hasta radicales bajo algunas aristas. Por esto, después de varios meses he decidido que es momento de decir algunas palabras en defensa de los no economistas.

¿Ustedes, defenderían a un no economista que piensa de esta manera?

PS: ¿Qué sucedió con la historia de amor que no sucedió?

Lo mejor que pude haber respondido quizá pudo haber sido que sólo soy borreguero y no sé de otras cosas, sin embargo decidí decirle neoliberal como si por ósmosis ya hubiera aceptado la existencia de ese adjetivo descalificativo. Ya sabrán ustedes el desenlace. Al final yo aprendí que las ideologías no solo arruinan la economía, sino también las historias de amor.

[1] Aparentemente Hume es famoso por sus incursiones en biología; prefiero pensar que al tratarse de un libro sobre la naturaleza humana, biología es la primera ciencia que le vino a la mente.

--

--

Giovanni Bojorquez

Economista @UNAM_MX | Colaboramos en la 4T | Odio el chayote en la comida, y en el periodismo también.