El placer y la alegría de acompañar abortos: una entrevista con la Dra. Katrina Kimport

Ibis Reproductive Health
11 min readMay 14, 2024

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Un artículo recientemente publicado por Ibis, “Placer, alegría y experiencias emocionales positivas en acompañamientos de abortos después de la semana 17 de gestación” estudia las emociones positivas, el placer y la alegría relacionadas con la participación en la realización de abortos y es parte de una colaboración entre investigadoras de Ibis Salud Reproductiva, ANSIRH, y la Universidad de Charleston en conjunto con referentes de tres colectivas de acompañamiento de abortos. La Coordinadora de Desarrollo y Comunicaciones de Ibis, Elana Tsogt-Erdene, entrevistó a la primera autora del artículo, la Dra. Katrina Kimport, acerca de la investigación, el activismo en acompañamiento de abortos y el papel de las investigadoras. La conversación ha sido abreviada y editada para mayor claridad.

Elana: Para empezar, ¿podrías contarme acerca del artículo y cómo surgió?

Katrina: Bueno, hay una versión larga y una versión corta acerca de cómo surgió. Voy a contar la versión más corta, que es que había un conjunto de datos muy rico y realmente sin precedentes que las investigadoras de Ibis habían recolectado en una colaboración espectacular con tres grupos de acompañamiento de América del Sur.

Los datos eran de gente que había realizado acompañamiento de abortos in-situ, en abortos de más de 17 semanas de gestación. Yo ya estaba colaborando con las investigadoras de Ibis Heidi Moseson y Chiara Bercu, y también con una investigadora de la Universidad de Charleston, Julia McReynolds-Pérez, para trabajar con este maravilloso conjunto de datos y sacarle el mayor provecho posible. A medida que trabajábamos con los datos, intentando responder algunas de las preguntas que habían llevado originalmente a su recolección — la experiencia, las mejores prácticas — uno de los aspectos que veíamos era que se hablaba acerca de la alegría, la felicidad y el placer que les provocaba hacer este trabajo. Y nos dimos cuenta de que no era algo que apareciera en publicaciones, al menos no de manera significativa y quizás en lo absoluto. Así que decidimos ponemos a analizar seriamente esta parte de las entrevistas y eso se convirtió en el germen de lo que sería el artículo.

Elana: ¿Qué fue específicamente lo relacionado con la alegría y el placer que les llamó la atención a las investigadoras e hizo que quisieran explorar este tema con mayor profundidad?

Katrina: Estábamos trabajando con este conjunto de datos a través de un acercamiento muy inductivo: pensábamos, “bien, tenemos una idea de qué se está publicando y qué conversaciones se están llevando a cabo, pero queremos dejar que los datos realmente hablen por sí mismos”.

Y una de las cosas que surgió en este proceso fue el de los temas de la alegría y el placer. Algo que sucede cuando en la etapa de análisis de una investigación –especialmente si procede de técnicas cualitativas como una entrevista en profundidad sobre la experiencia personal de alguien, y cuando hablamos acerca de abortos que tienen un estigma particular (ya sea por restricciones legales o por desaprobación cultural) — es que analizar los datos desde la perspectiva de una investigadora puede involucrar muchas cuestiones difíciles en términos emocionales. Estás leyendo sobre gente que a veces ha sufrido traumas que contribuyeron a que se encuentren en una situación en la cual necesitan asistencia para realizar un aborto en un determinado momento del embarazo, las dificultades y obstáculos que han enfrentado, el costo económico, el costo emocional. Esta [dificultad emocional] es algo que me resulta familiar, siendo una investigadora cualitativa en temas de salud sexual y reproductiva, al leer investigaciones de tipo cualitativo.

Sin embargo, sucedió que al trabajar con estos datos no terminaba desanimada. No necesitaba tomarme un recreo y reiniciarme. De cierta manera, esta fue una de las primeras señales de que estos datos tenían algo nuevo e interesante. Una vez que comenzamos a prestarle atención a esto, empezamos a reconocer las experiencias abiertamente positivas que surgían de estos relatos. No se trataba de algo que hubiesen explorado específicamente al recolectar los datos. Y sin embargo aparecía en las entrevistas. Así que frenamos y dijimos, “bueno, tratemos de entender mejor esto. ¿Qué está pasando acá?”.

Al mismo tiempo, estábamos leyendo la literatura académica. Leímos algunos trabajos de Baird y Millar, dos investigadoras australianas que habían demostrado cómo la investigación misma acerca del aborto tendía a centrarse en lo que podríamos llamar “lo negativo”, las formas en las cuales se dificulta el acceso a un aborto deseado y los daños que causan todos estos obstáculos. Ellas argumentaban que, aún si se hace con las mejores intenciones, mostrar todas las dificultades de acceder a un aborto podría, en conjunto, tener el efecto indeseado de asociar al aborto con cosas negativas.

Entonces, estábamos mirando de forma inductiva el contenido de las entrevistas y trayendo algunas de las conversaciones que refleja la literatura académica, siempre reflexionando de forma activa como investigadoras acerca de cuestiones como: ¿cómo me siento realizando este análisis? ¿Qué efectos tiene pasar tanto tiempo haciendo esto? ¿Y de qué manera esto me dice algo acerca de los datos? Todas estas acciones en conjunto nos llevaron a querer pensar y centrarnos en las discusiones acerca de las experiencias emocionalmente positivas de las entrevistadas respecto al acompañamiento.

Elana: Lo que mencionaste acerca de cómo el hecho de que la investigación académica se enfoque en este relato negativo acerca del aborto, contribuyendo así al entendimiento cultural y las experiencias individuales, es algo a destacar. Se conecta con el relato dominante en los medios y la cultura popular que dice “bueno, nadie quiere hacerse un aborto y fue un alivio, pero es algo con lo que luché o es algo difícil y traumático y oscuro y vergonzoso”. Así que leer algunos extractos de estas entrevistas en las cuales las acompañantes hablan acerca de sus experiencias y de lo maravillosas que han sido, de cómo las hicieron sentir empoderadas y validadas, es muy fuerte.

Katrina: Todo eso es cierto. Todas esas investigaciones tienen aportes importantes para hacer. Y también lo que describes que experimentaste al leer nuestro artículo es la comprensión de que cuando juntamos todas estas investigaciones, todavía falta algo en la historia social. Esto nos indica que debemos buscar otras historias: ¿qué cosas nuevas podemos aprender?

Elana: Para aquellos que no están familiarizados con el acompañamiento de abortos, ¿podrías explicar de qué se trata y contarnos un poco acerca de quiénes son las acompañantes y por qué eligen hacer este trabajo?

Katrina: ¡Sí! Al momento de recolectar los datos en los tres países, el aborto se encontraba severamente restringido en términos legales. El acompañamiento de abortos es una respuesta ante la falta de acceso o las prácticas inseguras de aborto, mediante el cual las activistas voluntarias guían a quienes buscan practicarse un aborto a través del proceso por teléfono, mensajes de texto o en persona, apoyándose en protocolos aprobados por la OMS según la etapa del embarazo. El acompañamiento de abortos no sucede solo en estos tres países y es algo que Ibis ha investigado mucho[1].

En esta investigación había entrevistas con 28 personas que habían acompañado abortos en persona después de las 17 semanas de gestación, que es un acompañamiento de varios días. Están presentes durante todo el proceso y es un trabajo voluntario, no pago. Las acompañantes que participaron en la investigación se identifican como activistas y brindan apoyo a personas que quieren realizarse un aborto sin importar sus motivos o circunstancias.

[1] Para más información sobre el acompañamiento de abortos, ver nuestro folleto sobre acompañamiento feminista a abortos con medicación, la página sobre el Estudio sobre la Factibilidad y Efectividad del Modelo de Acompañamiento (SAFE, por sus siglas en inglés) y la página sobre el Estudio Regional del Segundo Trimestre (R2T, por sus siglas en inglés).

Elana: Recuerdo haber leído un artículo que se refería al acompañamiento de abortos como un “logro de la ingeniería feminista”. ¿Crees que algo similar al acompañamiento de abortos existe en otros tipos de activismo? ¿Existen otras áreas en las cuales esto exista o sea aplicable?

Katrina: Es un fenómeno muy interesante. Una forma de verlo es que es un tipo de activismo que presta un servicio directo. Rechaza firmemente las restricciones existentes en la comunidad de la que es parte. Y es un tipo de activismo que no tiene la intención de involucrarse en el proceso político. Históricamente, los académicos que estudian movimientos sociales tienden a enfocarse mucho en las políticas estatales y en actividades que tienen como objetivo a políticos, leyes, etc. A menudo ignoran que puede haber algún tipo de activismo que no busque exclusivamente modificar alguna ley en particular, sino que cree en la comunidad y en el cambio social que puede suceder por fuera del sistema político formal. Tienden a ser actividades y formas de activismo que involucran a gente marginada socialmente. El hecho de que la misma literatura académica tendiese a pasar por alto este tipo de activismo que involucra a poblaciones que a menudo son ignoradas socialmente era una reproducción interesante.

En la sociología existe lo que llamamos el giro cultural, que consistió en prestarle más atención desde lo académico al activismo de gente que no buscaba interpelar al Estado. Esto podría implicar enfocarse en la cultura y buscar un cambio cultural. Movimientos como el de la asistencia mutua se enfocan en la acción directa que no busca interpelar al Estado. Existen muchos ejemplos de activismo enfocado en el cambio cultural por fuera de lo relacionado con el aborto. Lo que tienen en común es el foco en la gente más afectada y el intento por lograr un cambio significativo en sus vidas, bajo la creencia de que esta actividad tiene un efecto de onda expansiva, en vez de apuntar directamente al Estado.

Algo importante es que esto no implica que no haya un deseo de cambio político, sino que la intervención no se realiza a partir de la política convencional o electoral o desafiando al Estado.

Elana: Volviendo a lo que comentábamos sobre el relato muy negativo acerca del aborto, tanto en la cultura académica como en la cultura popular, ¿por qué crees que sucede esto? ¿Y cómo crees que surgió?

Katrina: Creo que probablemente haya varios factores que contribuyen a esto. Y probablemente no se trate de algo intencional. No creo que los investigadores tengan como objetivo producir una idea social negativa sobre el aborto. Creo que es una consecuencia no deseada de ciertas decisiones. Probablemente, uno de los principales factores es el hecho de que nuestro trabajo y nosotras mismas como investigadoras operamos en una cultura o culturas en la cual el aborto se encuentra disputado política y socialmente. No podemos situarnos completamente por fuera de las normas y expectativas sociales de nuestras comunidades. Son parte de lo que vivimos a diario. Existimos en culturas que ven al aborto con sospecha, bajo marcos negativos, en las cuales es desaprobado socialmente. Como académicas tenemos que lidiar con eso, aun cuando implementamos distintos métodos con el objetivo de salirnos de nuestra subjetividad individual. Hay un límite a eso. Somos humanas. Así que creo que ese es un factor.

Otro factor es el foco que pone la academia en documentar los obstáculos al aborto y los daños que causa limitar el acceso al aborto. De nuevo, estas contribuciones son importantes para entender qué le sucede a quienes requieren un aborto, qué le sucede en nuestras sociedades a las personas con capacidad de gestar. Pero estas contribuciones no han sido complementadas por estudios que destaquen otros aspectos relacionados con el aborto. Gran parte de nuestra formación como investigadores tiene que ver con intentar identificar problemas y sugerir oportunidades para realizar intervenciones o cambios, lo cual funciona como un sesgo que nos lleva a documentar los aspectos negativos.

No creo que haya un villano o una fuerte intencionalidad en esto. Tiene mucho que ver con el efecto de las conversaciones actuales en el mundo de la investigación científica y la prevalencia de normas anti-aborto en las culturas en las cuales trabajamos.

Elana: ¿Qué tipo de investigaciones sobre la temática del aborto te gustaría ver, especialmente de este estilo, y qué preguntas de investigación deberíamos hacernos acerca del aborto?

Katrina: Espero que este artículo refleje el hecho de que hay muchas preguntas que aún no han sido respondidas y que son muy ricas y emocionantes, acerca de la posibilidad de obtener alegría y placer a partir de la atención al aborto, de ofrecer atención al aborto en el actual entorno regulatorio y de realizarse un aborto por fuera del sistema de salud formal. También creo que existe una oportunidad para que quienes investigan distintos aspectos del aborto incluyan algunas preguntas o presten atención a los aspectos positivos de las experiencias de cuidado de las personas, de sus experiencias de búsqueda.

Espero que este artículo pueda abrir nuevas líneas de investigación o al menos contribuir a las investigaciones existentes.

Elana: ¿Qué deberían llevarse los lectores de este artículo?

Katrina: Espero que los lectores académicos se queden con la importancia y el valor de reflexionar, como investigadores, acerca de los supuestos que subyacen a los diseños de nuestras investigaciones y que, cuando dejamos espacio en nuestras actividades de recolección de datos para que surja lo inesperado y analizamos los datos aprendiendo de forma inductiva, podemos llevarnos una sorpresa. Se trata de una orientación metodológica que creo que en definitiva ayuda al conocimiento científico a crecer de formas interesantes.

Elana: ¿Qué esperas que puedan llevarse del artículo los lectores que no son investigadores o académicos?

Katrina: Espero que la lectura del artículo sea una oportunidad para pensar — en la medida en que los hallazgos resulten sorpresivos — acerca de algunas ideas que no han sido desafiadas sobre lo que significa el aborto y lo que nos muestran las investigaciones acerca del aborto. Cuando pensamos sobre nuestros propios supuestos que no han sido desafiados, esto nos puede abrir a nuevas oportunidades para pensar acerca del mundo en general y del aborto en particular.

Creo que otra enseñanza es que aquello que puede parecer una acción muy pequeña en este mundo enorme, puede sentirse y experimentarse como algo profundamente importante. El artículo muestra la forma en que gestos aparentemente pequeños pueden tener un significado muy profundo. Creo que esa es otra enseñanza alentadora para los lectores: lo que muestran estos testimonios es cómo el trabajo de las acompañantes puede tener un impacto realmente dramático en la vida de una persona.

Elana: Creo que ese fue mi caso, definitivamente. Leer el artículo me dio la oportunidad de pensar acerca de los sesgos que una tiene o de las verdades indiscutidas, las ideas acerca de qué es algo y cómo se experimenta y cómo se supone que debería ser. Las ideas presentadas a partir de las experiencias de las mujeres que destaca el artículo; se trata de algo diferente y es muy empoderante y muy feminista.

Katrina: Si lo pensamos, por supuesto que tiene sentido que la gente obtenga algo al hacer este trabajo activista. Porque si no fuese así, ¿por qué lo harían, no?

El acompañamiento es una contribución muy intensiva y muy demandante. ¿Y se asume que esto se haría sin ningún beneficio emocional? Cuando analizamos este supuesto nos damos cuenta de que es ridículo — por supuesto, no puede ser así. De cualquiera manera, estos hallazgos no deberían ser tan sorprendentes. Por eso quizás lo sorprendente es que nos sorprenda. Es una de mis partes favoritas del trabajo de investigación: encontrar esas cuestiones sorprendentes y luego darme cuenta de que en realidad son muy familiares.

Acerca del Proyecto

El Estudio Regional del Segundo Trimestre (R2T, por sus siglas en inglés) es el resultado de una alianza de investigación colaborativa entre investigadoras de Ibis; Promoción de Nuevos Estándares en Salud Reproductiva (ANSIRH, por sus siglas en inglés) de la Universidad de California, San Francisco; y de la Universidad de Charleston, así como de referentes de tres colectivas de acompañamiento: Con Las Amigas y en la Casa, Las Comadres y la Colectiva Feminista La Revuelta.

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