Que se necesita para ser un escritor, cortesía de Elizabeth Berg

IdeasDeNiti ∞
4 min readNov 6, 2014

Para comenzar, desarrolla las siguientes habilidades…

Observar,

Mendigar,

Imaginar,

Soportar las críticas,

y un poco de alegría

Elizabeth Berg es la autora de veinte novelas, incluyendo Open House, la cual forma parte de la selección del Club de Libros de Oprah; Once Upon a Time, There Was You, The Last Time I Saw You, Home Safe, Dream When You’re Feeling Blue, y The Year of Pleasures. Ganadora del Premio del La Asociación de Vendedores de Libros de Nueva Inglaterra en 1997 por su obra literaria. Berg divide su tiempo entre California y Chicago.

Ayuda si eres un llorón, es decir que ayuda si sientes las cosas muy profundamente y tienes una reacción a ello, ya sea con lágrimas reales o no. (Si es que ya no lo es, John Boehner debería ser un escritor.)

Además de poseer una gran sensibilidad, también necesitas desarrollar y practicar el hábito de observar: Ese diminuto movimiento en el rostro que sugiere ira; el tono de las palabras que se están diciendo; el movimiento del viento a través de los árboles; la forma de las rodillas debajo de los jeans; el aroma del delantal de tu abuela cuando te daba un abrazo; el sabor de la sangre en tu boca cuando te muerdes la mejilla. Necesitas estudiar tu propia especie y tu medio, y luego necesitas ser como mi hija, Julie, cuando tenía tres años, vio la arena marron que salía del quitanieves y cubría lo blanco. “La nieve se ve como pastel de miga” dijo ella y estaba absolutamente en lo cierto. Necesitas prestar atención todo el tiempo y explicar de una manera distinta lo que has observado. Con la idea de que todo ya se ha dicho, y tal vez así es, pero que la vida es como un pastel de carne: existen muchas formas distintas de presentarlo. Lo que para ti es único es lo que hace que tu escritura sea interesante y lo que hará que brille. Y esa es otra razón por la cual nunca debes tratar de imitar a otros escritores.

Relacinado: A to X Writing Advice, From Copy Chief Benjamin Dreyer

Necesitas ser un mendigo: recoge todo lo que observas y luego debes filtrarlo para conseguir algo de oro. Sé exigente. Necesitas tener un sentido de moderación y también esperar el momento oportuno. Aguantarte y saber cuando es el momento de colocar esas pepitas de oro; tu escritura debe ser como un río, que fluye, cambia y que lleva al lector a un viaje impredecible.

No importa lo que escribas, tienes que tener una imaginación activa. Debes tener ideas entretenidas todo el tiempo: mientras estás acostado en la cama, en el supermercado, al dar un paseo, incluso (triste decirlo) cuando sostienes una conversación con alguien. Los escritores tienen la reputación de ser distraídos. Eso es porque los escritores están distraídos. Siempre están escuchando esa otra voz, esa que está en sus cabezas y que raramente se apaga. Incluso al dormir, esa pequeña luz brilla.

Necesitas un lugar de trabajo que funcione para ti; y que la gente comprenda que cuando estás escribiendo, estás realizando un raro tipo de cirugía cerebral, por lo tanto no deberías ser objeto de millones de interrupciones. Necesitas los suministros que te gusten: Yo tengo carpetas con diseños femeninos, una marca de lápiz color naranja de una madera negra llamada Rhodia. Me gustan unos cuadernos color negro de 3 pulgadas con 3 aros y compartimientos para guardar notas. Y una taza de mi café favorito a la par. Y flores frescas. Y mi perro. Y una vela encendida “Aroma Original” de Barr-Co.

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Si estás interesado en publicar, tendrás que desarrollar la habilidad de soportar las críticas porque vas a ser rechazado. Luego, cuando logres ser publicado, no importa cuántas buenas reseñas obtengas, siempre vas a conseguir algunas críticas que apestan e incluso algunas muy severas. La gente no siempre te va a comprender. O te malinterpretarán. O realmente van a entenderte y van a elevarte hasta el cielo, pero si eres un verdadero escritor, vas a ser demasiado neurótico para creerles; vas a sentir el guisante debajo del colchón. Y por supuesto, todo este asunto de soportar las críticas es solo palabrería inútil: no vas a lograrlo porque eres demasiado sensible, así que de todas maneras vas a sufrir. Pero esa es una buena excusa para tomarte un Martini con otro escritor sufrido.

Necesitas admitir alegría. Deja que la necesidad y la práctica de escribir sea algo alegre, primero que nada. Todo lo demás desaparece —o debería— cuando experimentas la profunda satisfacción de liberar todo lo que está carcomiéndote por dentro, buscando la manera de entender algo que no puedes entender de otra manera.

Por último, y quizás lo más importante, es necesario recordar que tu propia critica de tu trabajo es la que realmente importa.

Ahora, si me disculpan, creo que voy a ir a tratar de de seguir mi propio consejo.

Esta pieza originalmente apareció en Biographile.

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