Hardwarethon 2018. La creatividad encubierta de tecnología.
Por: Hugo Sánchez O. Mechatronics Captain
Imagine tener a disposición durante un fin de semana un grupo de entusiastas, creativ@s y desarrolladores de tecnología, generando soluciones a problemas en diferentes ramas, a través de la tecnología. Un espacio para el cual est@s entusiastas se han estado preparando desde hace mes y medio, de cara al evento más desafiante de tecnología en Costa Rica. Durante 48 horas sacrificaron sus horas de sueño — aunque esto en realidad no es problema porque siempre lo hacen — para programar y desarrollar tecnología con el objetivo de reinventar al mundo.
Durante 48 horas, nuestr@s entusiastas tienen acceso a sensores, motores, cables, demás componentes electrónicos, tornillos, láminas, internet y tazas, en donde pueden recargar infinitas veces café y fresco, herramientas, confites y hasta una mesa de ping pong disponible para despejar la mente. Pareciera que es la cita ideal para un geek, o como en buen tico llamamos un Ñoño.
Sería muy bueno contar con un espacio así, ¿cierto?. Sería muy útil para la humanidad contar con es@s entusiastas, ¿no? Pues les tengo excelentes noticias. ¡Ese espacio existe y se llama Hardwarethon! Y esos entusiastas también existen -aunque muy pocas veces salen a la luz, ya que no les gusta- y se llaman Hardwarethoners.
Como si fuera una secuela de alguna serie como The Big Bang Theory, Stark Trek ó el Laboratorio de Dexter; nuestros geni@s- l@s hardwarethoners- se reunen para generar soluciones más innovadoras y realizar los más diversos experimentos ultra top secret durante 48 horas. Sí, ¡tan sólo 2 días!.
En esta ocasión el #Hardwarethon 2018 contó con la participación de 11 talentosos equipos para un total de 55 personas, que desarrollaron soluciones que iban desde cómo mejorar la experiencia de andar en bicicleta por la ciudad hasta hacerle una radiografía a un piña (sí, como en el mejor centro de Imageniología). Cada uno de los equipos seleccionó su problemática basados en las capacidades técnicas de su equipo y las pasiones de por dónde querían comenzar a reinventar el mundo.
Me podrían decir que todo esto puede ser sacado de ciencia ficción o de la más rebuscada novela Julio Verne. Pero si tienen el chance de llegar al evento, se darán cuenta de que no lo parece, sino que lo es. Seres extraordinarios quemando neuronas (en serio, las tuestan) con tal de alcanzar el objetivo. En ocasiones pareciera una escena de StarWars. Principalmente cuando algunos se comienzan a convertir en Chewbacca, alrededor de las 4:30am, después de no dormir en toda la noche.
Durante las horas de desarrollo las miradas están fijas sobre el monitor. Los dedos no dejan de moverse encima del teclado, mientras el cerebro procesa los más complejos algoritmos que se van traduciendo en tiempo real en lo que, eventualmente será cargado a un microcontrolador. Los diseñadores no paran de hacer clicks en sus mouse, arrastrando líneas, contornos y colores en sus diseños. L@s más Macgyver no se cansan de cortar láminas, generar modelos para impresión 3D, hacer agujeros, buscar el tornillo que más se adecue — o en su defecto, ver como calza en su prototipo el único tornillo que se encuentran — con el anhelo de convertir su idea en realidad.
Basta con estar 5 segundos en el sitio, para percatarse de que la energía del lugar es comparable- yo pienso que en realidad sobrepasa- a la energía que Nikola Tesla tanto buscaba y estudiaba en la caída del Niagara. Esa energía proveniente de los Hardwarethoners es sin duda, la fuerza motriz para cambiar el mundo en que vivimos, o en su defecto mejorarlo.
Parece muy poco tiempo, pero sumergidos en este viaje cuántico del Hardwarethon, los organizadores y participantes tenemos la posibilidad de expandir el tiempo y jugar con él para la generación de ideas brillantes. Provenientes de mentes creativas y con la capacidad de materializar lo que está en sus masas grises.
Al final de la competencia, nuestros Hardwarethoners se chanean, al mejor estilo de Tony Stark al presentar algunas de sus innovaciones, para mostrar a la audiencia cada uno de sus proyectos. Y demostrarle al jurado, porque deben ganar. No obstante, esto es algo que pasa desapercibido porque en dicho ambiente de comadadería, tod@s resultan ganadores. Cada uno de ellos sube al escenario y cautiva al público, demostrando que con coraje y con dedicación, es posible que esos ñoños realmente cambien el mundo.
Podrán pensar que estoy soñando o que estoy alucinando, pero realmente todo esto es lo que se vivió durante este fin de semana. El Hardwarethon, en su quinta edición, demostró que Costa Rica tiene talento. Al mejor estilo de los mayores centros de innovación del mundo. Todo es cuestión de creernosla para reinventar ese mundo que cualquiera de ustedes Imagine.
