Poesía

Luna Nueva

Ines Marrache Echaiz
1 min readSep 17, 2019

Cuando la negra noche,
vacía de suspiros,
se inclinó sobre mi espalda sombría,
el yermo palpitar de mis sueños
se puso a charlar con ella.

Le habló de sus pesares y azahares,
del trémulo viento sobre la aurora,
de las llamas profundas que alumbraban los desvelos,
del tibio llanto a la orilla del río,
de la sangre fresca en aguacero,
del barniz sobre sus dedos de alumbre
y de la mano fértil sobre el campo y la alcoba.

Un suspiro en lugar de un respiro, dijo.
Es mi turno ahora.

Allá arriba, en la cresta del mundo
también se llora,
aunque florecen las amapolas.
Allá arriba el viento brilla,
y mis pecas se enamoran,
de hombres que les ponen nombres,
que las miran embriagados
y susurran el olvido, el dolor o el remanso.
Gustosas, empeñan la vida por ver una mañana,
ay ingenuas ellas, todo por una mirada
no comprenden que están condenadas
al color de la noche
y al rumor de la vida solitaria.

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