Brevísimo catálogo de falacias
con oportunos ejemplos, para beneficio de la comunidad cibernética, con el fin de fomentar su comprensión y buen uso, en pos de la razón y el recto pensamiento
Ad baculum: Usar amenazas, en lugar de razones, para cambiar la opinión de otra persona.
Ejemplo: ¿Cómo que no crees que existan las falacias? Si piensas eso me voy, eh. Yo no estoy dispuesto a discutir con alguien a quien le da lo mismo una cosa que otra.
Ad hominem: Apelar a rasgos del argumentador, o incluso insultos, en lugar de a los méritos del propio argumento.
Ejemplo: ¿No crees que existan las falacias? ¿Qué eres, un posmoderno de esos?
Ad ignorantiam: Apelar a la ausencia de pruebas en favor de algo con la pretensión de demostrar que lo contrario es cierto.
Ejemplo: Pues claro que las falacias existen. ¿Acaso tienes alguna prueba empírica de que no existan?
Ad misericordiam: Tratar de cambiar la opinión del otro apelando a su compasión u otras emociones en lugar de a razones.
Ejemplo: Pero, si no hay falacias, ¿me estás diciendo que todo lo que he aprendido sobre ellas no vale para nada? ¡Eso no puede ser! ¿Cómo me sentiría yo, eh?
Ad populum: Asumir que algo es cierto solo porque así lo piensa la mayoría de la gente.
Ejemplo: Todo el mundo sabe que hay falacias, así que hay falacias.
Ad verecundiam: Asumir que algo es cierto solo porque así lo piensa alguien que es considerado falsamente como una autoridad en el tema.
Ejemplo: El señor Pérez es un miembro muy importante del club de escépticos, y él dice que hay falacias, luego hay falacias.
Falsa causa: Apelar falsamente a algo como causa de otra cosa.
Ejemplo: Si vivimos en esta época de irracionalidad y demagogia es precisamente porque la gente no conoce bien los catálogos de falacias.
Falso dilema: Asumir que solo hay dos opciones posibles, cuando en realidad hay más.
Ejemplo: O admitimos que las falacias existen o no habrá ninguna forma de detectar los malos argumentos.
Generalización apresurada: Apelar a un conjunto insuficiente de casos con la pretensión de demostrar una afirmación general o universal.
Ejemplo: Mira, ese argumento de ahí es sin ninguna duda una falacia de petición de principio. Por tanto, toda la teoría de las falacias es correcta.
Hombre de paja: Presentar la tesis del interlocutor de manera tergiversada para que parezca más débil y así poder refutarla más fácilmente.
Ejemplo: ¿Así que crees que las falacias no existen? Ah, entonces propones que nos volvamos todos locos y empecemos a aceptar el tarot, la astrología, la homeopatía y el culto a Osiris, ¿no?
(Véase también el ejemplo de la falacia ad baculum.)
Pendiente resbaladiza: Apelar a las consecuencias últimas, a menudo inverosímiles, de una tesis con la pretensión de demostrar su falsedad.
Ejemplo: Si admitimos que no hay falacias, ¡eso nos llevará al fin del pensamiento racional! ¡A partir de ahí todo vale!
Pista falsa: También conocida como “arenque rojo” (del inglés red herring). Aducir razones que son irrelevantes para la tesis en cuestión.
Ejemplo: Claro que existen las falacias, porque la gente argumenta fatal.
Petición de principio: Asumir, en las razones que se proporcionan, precisamente lo que está en cuestión.
Ejemplo: Es innegable que la gente comete falacias continuamente, así que las falacias existen.
Pregunta cargada: Hacer una pregunta que no se puede contestar sin admitir algo que la pregunta misma presupone pero que el interlocutor no acepta.
Ejemplo: Si estás en desacuerdo con la teoría de las falacias, ¿entonces no quieres que señalemos las falacias que comete la gente?
Tu quoque: Puede considerarse como un tipo de ad hominem. Sostener que los argumentos del interlocutor no son válidos simplemente porque sus acciones no están en consonancia con la tesis que defiende.
Ejemplo: Tus argumentos contra la noción de falacia no son válidos porque tú mismo acabas de publicar una clasificación de falacias con ejemplos de cada una.