Entrevista a Helena Cortés, Periodista del ABC, licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y Máster en Investigación de Medios. Redactora de la sección de Televisión
¿Qué le aconsejarías a un/una periodista que tiene que informar sobre una desaparición como la de Gabriel Cruz o Julen Jiménez?
Desde mi punto de vista, hay dos cuestiones clave a la hora de abordar sucesos: La primera es el rigor, aunque esto se aplica a cualquier información publicada. Tenemos que ser especialmente rigurosos con informaciones tan sensibles como sucesos, sobre todo cuando afectan a menores. La segunda es la empatía, saber ponernos en el lugar del otro, tanto en el lugar de la gente que sufre como en el lugar de la policía para respetar su trabajo y sus investigaciones, y no entorpecer los casos.
¿Crees que la prensa en ocasiones peca de sensacionalista para conseguir más audiencia en vez de ofrecer una información de servicio que ayude a las víctimas?
No creo que la prensa haya dejado de ofrecer información de utilidad y servicio relacionada con estos crímenes tan mediáticos, sino que más bien, muchas de estas informaciones quedan sepultadas por las decenas y decenas de publicaciones que se hacen de un mismo caso. Ahí sí que creo que tenemos que hacer cierta autocrítica, porque en algunas ocasiones nos excedemos ofreciendo información y ahí podemos caer en el sensacionalismo. Yo creo que en este sentido, internet tiene mucho que ver, porque con las métricas actuales podemos ver en tiempo real qué está consumiendo la gente, entonces, cuando algún caso se vuelve muy mediático, esas noticias son muy consumidas, por tanto, a veces es difícil no caer en la tentación de ofrecer más información sobre el tema.
¿Entorpece la prensa las investigaciones policiales?
Yo quiero pensar que la prensa no entorpece las investigaciones policiales, de hecho, hay unos límites muy claros de lo que se puede contar y lo que no se puede contar, eso lo tiene claro cualquier periodista de sucesos, y luego normalmente, este tipo de temas los cubren redactores muy veteranos, muy acostumbrados a hacer esta clase de información que tienen claro cuáles son los límites que no pueden sobrepasar.
¿Qué hace que unos casos sean más mediáticos que otros? Porque según el Ministerio del Interior, al año desaparecen en España entorno a 14.000 personas. (Ejemplo de casos más mediáticos: Gabriel, Julen, Marta del Castillo, Diana Quer, Yéremy Vargas…)
Creo que hay determinadas características de los casos que influyen. Por ejemplo en el caso de Diana Quer, el momento: era verano durante su desaparición, era una chica muy joven, es un caso que en seguida impactó a la población. Igual que el de Gabriel, una desaparición, aparentemente inexplicable de un niño tan pequeño. En el caso de Julen estaba ese componente también de rescate, de esperanza. Es cierto que estas características ayudan a que unos casos sean más mediáticos que otros. Sin embargo, creo que también influye el efecto bola de nieve, es decir, los medios nos estamos mirando constantemente unos a otros, y en cuanto alguien empieza a volcarse más con un caso y la gente empieza a consumirlo, pues quieras o no todo el mundo acaba cayendo en la tentación de dar más información sobre ese caso, y se crean estos grandes booms mediáticos.
¿Crees que los casos que no se resuelven rápido como por ejemplo el de Marta del Castillo o el de Yeremy Vargas se alargan a veces artificialmente? Por el contrario, ¿Los casos frenéticos como el de Julen Jiménez o Gabriel Cruz generan que los periodistas en ocasiones metan la pata al intentar ser los primeros en dar exclusivas?
No creo que haya casos como el de Marta del Castillo que se alarguen artificialmente. De hecho hay aniversarios o momentos en los que sí se recuerda, pero yo diría que a veces pasa lo contrario. Una vez pasado el boom inicial, a veces esos casos se olvidan hasta que hay novedades. En el caso de otros más recientes, como hablábamos de Julen, que se puede resolver un poco más rápido, ahí sí que la atención está más centrada en los días en los que se produce información relevante sobre el caso. Es cierto que en esos días hay una abundancia de información que en ocasiones puede llevar a los periodistas a meter la pata. Pero yo creo que ahí no ha habido grandes equivocaciones, sino más bien sobreabundancia de información de detalles que quizá no sean tan judiciales, detalles sobre la familia que igual no sean tan relevantes. Sí creo que ha habido más sobreabundancia que errores graves a la hora de informar sobre el caso.
¿Ayudan las Redes Sociales a que todo el mundo esté al tanto de la información? O ¿Crees que son una fuente de bulos que entorpecen el trabajo de los periodistas?
Desde mi punto de vista, las redes sociales, como cualquier herramienta, no son buenas o malas, sino que dependen del uso que se les dé. Es verdad que lo mejor que tienen las redes sociales es que te permiten llegar a mucha gente o a un público muy concreto de una forma masiva. Y sí que han ayudado a veces en casos de gente que se haya escapado de casa o incluso algunos desaparecidos, sí que han ayudado a dar pistas a los investigadores o a los propios periodistas. Ahora, yo creo que tampoco entorpecen el trabajo de los profesionales, porque cualquier profesional que se dedique a esto con rigor sabe que tiene que acudir a fuentes oficiales y no dejarse llevar por los bulos que corren en internet. Aunque es cierto que a veces nos pueden dar una pista para cualquier otra cosa o nos facilita ponernos en contacto con fuentes. Pero en estos casos tan sensibles solo te puedes fiar de fuentes oficiales y de nuevo, los redactores que se dedican a esto saben cómo filtrar bien el grano de la paja. En este caso los bulos de las redes sociales serían la paja y el grano serían los detalles que va dando la policía.
