LA SEDUCCIÓN DE LAS PALABRAS

Reflexiones sobre la obra

Javier García Verdú
11 min readOct 12, 2018

PRESENTACIÓN DE LA OBRA

La obra que nos disponemos a analizar es La seducción de las palabras, de Álex Grijelmo. Podemos situar este libro en el género ensayístico, ya que tiene una finalidad divulgativa. Se trata de un escrito en prosa poco extenso, donde se pone de manifiesto una interpretación personal y subjetiva del lenguaje y sus mecanismos de seducción.

En lo que respecta al autor, podemos decir que Álex nació en Burgos en el año 1956. Su carrera profesional se inició a la temprana edad de 16 años, con la publicación de su primer artículo en el periódico, La voz de Castilla. Es doctor en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y titulado en alta dirección de empresas (PADE) por el IESE. Actualmente es adjunto al director de El País y columnista del periódico con su sección La punta de la lengua. La seducción de las palabras (2000) ha tenido un total de 10 ediciones en la editorial Taurus; más otra en Punto de Lectura en 2007. Se trata de su tercera publicación, y viene precedida por las obras El estilo del periodista (1997) y Defensa apasionada del idioma español (1998).

ANÁLISIS DE CONTENIDO DE LA OBRA

I. EL CAMINO DE LAS PALABRAS PROFUNDAS

Como podemos observar en este primer capítulo, Álex Grijelmo muestra unas pinceladas de los conceptos que van a desarrollarse en su virtuosa obra. Según este autor, “las palabras arraigan en la inteligencia. […] viven en los sentimientos, forman parte del alma y duermen en la memoria” (Pág 13; Línea 8–11), lo que viene a decirnos que contienen el poder de evolucionar, de transmitirse de unas generaciones a otras a lo largo de la historia y de atesorar distintos valores, como el individual y el colectivo.

Según Augusto Ponzio, “El sujeto no sabe por qué habla como habla, y es hablado por sus mismas palabras”* (Pág 17; Epígrafe), lo que nos lleva a hacer hincapié en la competencia lingüística a la que hace referencia nuestro autor, es decir, la capacidad de los individuos para hablar sin pensar previamente en cómo hacerlo. Vemos aquí cómo Álex Grijelmo interrelaciona y conecta la simple palabra con el habla en general. Es por eso que la capacidad de seducción de las palabras influye en nuestra manera de sentir, y se fundamenta en la riqueza y la historia de éstas, en sus sonidos, en su evolución y en el valor que han adquirido con el paso del tiempo.

II. PERSUASIÓN Y SEDUCCIÓN

Las palabras tienen un poder de persuasión y de disuasión que puede hacer cambiar el pensamiento del receptor en la medida en que éste se resista a hacerlo. Se dirigen a la zona racional del cerebro, sin existir por tanto sentimientos de por medio.

La seducción de las palabras, sin embargo, remite a las emociones y los sentimientos del receptor. Como bien dice Álex, “La seducción no apela a que un razonamiento se comprenda, sino a que se sienta” (Pág 38; Línea 16–17). Álex destaca así que las palabras denotan un significado objetivo que las describe, y connotan sentimientos, emociones, y otros significados abstractos que les dan las personas que las utilizan. Debemos remarcar también el concepto de palabras frías, que buscan la mente del receptor, y palabras calientes, que buscan el corazón del receptor apelando a sus sentimientos y emociones.

III. LOS SONIDOS SEDUCTORES

Los sonidos ejercen un papel fundamental a la hora de percibir las palabras para que nuestro intelecto las analice. Como bien dice nuestro autor, “El lenguaje constituye un hecho sensorial que recibimos con el oído o la vista” (Pág 43; Línea 13–14), es decir, que los sentidos son los que se encargan de hacer llegar los vocablos a nuestro cerebro para que éste los descodifique y los trasforme en ideas.

Muchos de los estudios psicológicos llevados a cabo por profesionales y que Álex ejemplifica en este capítulo, han servido para demostrar que somos capaces de reconocer las palabras antes de oírlas por completo, gracias a la rapidez de nuestro cerebro. A pesar de esto, Álex argumenta que existen mensajes con sonidos seductores ocultos a simple vista, que al ser escuchados por el receptor, pueden condicionarle y hacerle llegar a conclusiones quizá algo diferentes de las verdaderas.

IV. LAS PALABRAS DEL AMOR

Las palabras del amor, qué importante es utilizarlas de forma adecuada… El amor depende de palabras y conceptos que arraigan en la historia de la humanidad. El lenguaje del amor tiene una función poética que pretende embellecer la expresión y causar sensaciones profundas. Este mecanismo se utiliza para huir de expresiones soeces y aproximarse a la seducción más tierna. “La mera huida del término inadecuado ya procura una cierta capacidad de seducción” (Pág 75; Línea 27–28).

Son de destacar en este capítulo figuras literarias como la sinécdoque tramposa, las metáforas o los circunloquios, seductores por naturaleza según Grijelmo.

V. LOS SÍMBOLOS DE LA PUBLICIDAD

Como bien dice Álex, el valor simbólico de las palabras nos permite “proyectar en nuestra mente un sentido superior o una idea más elevada” (Pág 110; Línea 1–2).

Este valor simbólico del que hablamos, nos ayuda a entender la fuerza que posee la publicidad, que a través de sus símbolos seductores y de sus mensajes subliminales, intenta comprarnos, apelando a nuestros sentimientos y rasgando en nuestro subconsciente. Ejemplo de ello son el gran número de casos que nuestro autor expone para demostrar lo influenciable que puede llegar a ser nuestra mente al ver un eslogan escrito de una determinada manera, o una película provista de algún que otro fotograma imperceptible para el ojo humano.

Es de gran importancia destacar en este capítulo la presencia de palabras antiguas y calientes (sol, mar, naturaleza), palabras seductoras por su historia, palabras capaces de fascinar hasta el punto de hacer perder el control y manipular los pensamientos.

VI. EL PODER DE LAS PALABRAS, LAS PALABRAS DEL PODER

Qué gran poder poseen las palabras… Qué difícil es no dejarnos embaucar por aquellos que saben jugar con ellas…

Guerras, conflictos, genocidios y revoluciones han azotado nuestra sociedad durante mucho tiempo, y culpable de ello, son los líderes encargados de movilizar a las masas, de trastocar sus pensamientos, de imponer ideologías y de seducir, sobre todo de seducir con la fuerza y el poder de palabras que van directas al corazón y a los sentimientos.

Para conseguir este dominio virtuoso de las palabras y extraer todo su poder, se utilizan una serie de técnicas:

LA CONTRADICCIÓN EFICAZ

Como bien indica su nombre, se trata de estructuras dotadas de términos antitéticos, términos que se contraponen, y acaban produciendo una gran confusión. “Hielo abrasador, fuego helado, amorosas crueldades, la muerte de ojos claros…” (Pág 147; Línea 22–23). Se puede percibir en todas y cada una de estas expresiones cómo los términos positivos impregnan con su perfume purificador los términos negativos y la estructura completa, embelleciendo así la expresión y agasajando al oyente. Es por eso que nuestro autor pone de manifiesto en este capítulo ejemplos de esta técnica usada por los poderosos, para demostrar, cómo el resultado de la unión entre términos antitéticos produce una repercusión subliminal y seductora. Como bien diría Álex, será una dulce condena la que azote los pensamientos de aquel incauto que se deje dominar por estas expresiones.

LAS PALABRAS GRANDES

Las palabras grandes se encargan de transmitir una fuerte carga universal. Los políticos las utilizan a menudo para transmitir conceptos abstractos, provocar sensaciones de poderío y grandeza, y causar una perversa seducción en los oídos inocentes de quienes quieran escuchar. “Paz, libertad, justicia, democracia…” Todas ellas en boca de políticos se reducen en la mente de cada uno de los oyentes. Más tarde, estos se percatarán de que todas esas ilusiones que habían creado en sus mentes no se corresponden con el mensaje transmitido por el político, y será entonces cuando se sitúen en su contra por haberles seducido.

LAS PALABRAS LARGAS

Señalizar, rumorología, obligatoriedad o credibilidad son palabras que connotan prestigio y elegancia al ser escuchadas. El hablante las utiliza para fascinar al oyente, para impresionarle y seducirle con sus términos enrevesados, haciéndole creer que su contenido también se prolonga.

LA FUERZA DEL PREFIJO

Curioso es el prefijo, que aparenta ser inocente e insignificante, y sin embargo, ahonda en el cerebro de manera imperceptible. “Los precios han sido reajustados” (Pág 177; Línea 2–3), ejemplifica nuestro autor para demostrar la fuerza en este caso del prefijo re-, capaz de manipular nuestro subconsciente simbolizando la reiteración y la repetición para así evadir nuestra atención. Lo mismo ocurre con palabras como revisar, redifusión, relanzar o renovar, utilizadas con el fin de aliviar tensiones y desviar el interés de aquellos oyentes dispuestos a escuchar. De la misma forma, prefijos como anti-, inter-, multi- , des- o sub- juegan también un papel fundamental en la boca del emisor, dispuesto a confundir nuestras mentes.

LAS METÁFORAS MENTIROSAS

Dichosas son las metáforas mentirosas que nos engañan como a bobos… Sus términos supuestamente emparejados se alejan tanto los unos de los otros que acaban por confundirnos de forma imperceptible, infundiendo así en nuestras mentes una idea que dista mucho de la realidad. La “regulación de empleo” es un claro ejemplo que demuestra cómo nuestro cerebro tacha el concepto real de “despidos”, y se centra en tan solo una simple “regulación”. De la misma manera existen las personificaciones (“La gasolina ha subido debido al comportamiento del precio”) o las sinécdoques (“Los aviones hacían incursiones o salidas”) utilizadas por los manipuladores para maquillar la realidad y quedar así exentos de culpabilidad en lo que respecta a las desgracias ajenas.

LOS POSESIVOS Y NOSOTROS

La utilización del posesivo “nuestro”, dota de un valor inconmensurable a aquellos discursos de políticos, publicistas o directivos, que lo utilizan para atraer a las masas con el fin de que estas se sientan protagonistas, es decir, que adquieran la importancia suficiente como para pensar que su labor es parte del éxito (“Nosotros hemos perdido, nosotros hemos ganado”).

LAS IDEAS SUPLANTADAS

Esta técnica muestra cómo palabras que aparentemente significan lo mismo, pueden hacernos pensar de forma distinta. Se sustituyen así palabras como “retrasado” por “demorado”, “hospital psiquiátrico” por “manicomio”, “interrupción del embarazo” por “aborto”, “perdedor” por “finalista”, etc. con el único fin de atraer a nuestras mentes conceptos con mejor sonido o significado, para así crear pensamientos mucho más positivos.

LAS PALABRAS QUE JUZGAN

Las palabras poseen el poder de juzgar, y por ello, los manipuladores hacen uso de ellas con el fin de maquillar la realidad. En este capítulo se ponen de manifiesto diversos ejemplos que muestran la utilización de verbos interpretativos y palabras agradables, que dejan en buen lugar las acciones de los líderes. De esta forma, estos intentan dejar de lado los adjetivos, ya que poseen la característica de calificar más perceptiblemente, y pueden dejar al descubierto esa sutil seducción que los magnates tratan de enmascarar.

LOS TRANSMISORES POSEÍDOS

Esta última técnica nos pone de manifiesto en sus diversos ejemplos, cómo los periodistas y redactores de periódicos se envenenan de esos conceptos ininteligibles para la sociedad, difundidos por políticos, fiscales y poderosos. Puede apreciarse cómo los periodistas se olvidan de sus lectores y quedan poseídos por el lenguaje de los políticos, repitiendo así sus manipulaciones, y demostrando su inseguridad y su miedo a hablar por sí mismos a cada persona que les lee.

VII. LA INCURSIÓN EN EL ÁREA AJENA

En este capítulo se muestra cómo las palabras seductoras de campos como la medicina, la arquitectura o la religión se proyectan en mundos menos carismáticos, como por ejemplo la política (“virus de la violencia”, “edificar la convivencia” o “comunión social”). De la misma forma, y aunque no lo creamos, esto se relaciona con el mundo del toreo, del cual se han extraído una gran cantidad de expresiones que hoy en día habitan en nuestro lenguaje cotidiano (“coger el toro por los cuernos”, “a toro pasado”…). Por otra parte tenemos el léxico del deporte, que se ha relacionado con la ficción bélica para darle un toque heroico (“armado bien en defensa”, letales zarpazos”…).

VIII. LA DESAPARICIÓN DE LA MUJER

Desde tiempos inmemoriales nuestra sociedad ha discriminado a la mujer tanto en el ámbito lingüístico como en el social Pese a esto, nuestro autor asegura que poco a poco esto está cambiando, ya que la mujer se ha integrado lentamente en la sociedad, ocupando cargos que anteriormente sólo estaban en manos de varones (“Presidente” o “Presidenta”).

Según asegura Álex, el sexismo se origina en el hablante y en el oyente, nunca en la lengua como sistema, ya que “la gramática no dice cómo se debe hablar, sino cómo se habla”(Pág 290; Línea 11–12).

IX. EL VALOR DE LAS PALABRAS VIEJAS

Las palabras viejas todavía perduran en nuestro vocabulario, tienen un valor incalculable debido a su uso a lo largo de la historia. Un ejemplo podría ser la palabra “abuela”, que cada individuo idealizará conforme a su experiencia, ya que nos remite a nuestros antepasados, y como bien asegura nuestro autor, todo aquello que nos remite a nuestros ancestros nos seduce.

X. LA SEDUCCIÓN DE LAS PALABRAS

En este último capítulo, Grijelmo enumera todos los mecanismos de seducción que influyen en la seducción de las palabras, mencionando así otra vez la historia, el sonido, las contradicciones, la extensión, el estiramiento, los prefijos, las metáforas, los artículos antonomásticos, el pronombre posesivo “nuestro”, el salto semántico y el vocabulario ajeno. Concluye nuestro autor afirmando que nuestro vocabulario deja al descubierto nuestra ideología, y que por tanto, debemos andar con precaución y conocer bien la fuerza que desprenden las palabras que utilizamos.

VALORACIÓN GLOBAL Y JUICIO CRÍTICO DE LA OBRA

Mentiría si dijera que esta obra no me ha ayudado a percatarme de la magnitud, la fuerza y el poder de seducción que esconden las palabras.

No cabe duda de que Álex Grijelmo ha trabajado intensamente en esta obra. La multitud de ejemplos extraídos tanto de experiencias personales como de opiniones profesionales y libros, denotan en La seducción de las palabras el ímpetu y el esfuerzo con el que el autor ha elaborado este libro.

Grijelmo, en esta publicación y al igual que en las otras, plasma y demuestra su cariño y su afán por la escritura, empleando un lenguaje versátil con estructuras en ocasiones algo complejas, que dotan a la obra de un valor y un prestigio dignos de recalcar. El autor, fiel a su estilo, no nos defrauda en cuanto al género ensayístico que suele utilizar en la creación de sus escritos.

En lo que respecta al contenido de la obra, el ensayista nos muestra cómo las palabras juegan un papel fundamental a la hora de construir un mensaje. Puede apreciarse cómo la endemoniada escritura del autor despliega una enorme capacidad de atracción para el lector. La carga didáctica de la obra ayuda al lector a ser consciente de lo peligroso que puede llegar a ser el lenguaje, ya que el matiz de los términos elegidos puede trasladar a aquel que los utilice desde la más seductora persuasión, hasta el fruto prohibido del engaño.

Para situar esta obra en su contexto tenemos que remontarnos al año 2000 (fecha de publicación de la 1a edición). Es de admirar que una obra didáctica escrita hace ya quince años siga vigente a día de hoy y siga teniendo mucho más impacto que otras escritas actualmente. La multitud de ejemplos recopilados por Álex Grijelmo en esta obra sirven para dotarla de una mayor credibilidad y comprensión, y ayudan al autor a argumentar y demostrar las diferentes tesis que expone a lo largo del libro. Personalmente me agrada la cercanía con la que el escritor se aproxima al lector a lo largo de la obra, así como también la manera de reformular una y otra vez los conceptos para que queden bien claros y asentados en el intelecto del lector. Además de todo esto, las referencias y citas a otras obras y autores que Grijelmo menciona constantemente a lo largo de la obra, ayudan al lector a documentarse de manera más amplia en todo lo que respecta al mundo del lenguaje y las palabras. Sin duda alguna, este libro es idóneo para todos aquellos interesados en mejorar considerablemente su oratoria, su vocabulario y su habilidad a la hora de seducir mediante el uso de la palabra.

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