Más Fuertes Unidos: Nuestro presupuesto apoya los esfuerzos voluntarios y comunitarios para ampliar la diversidad
Cuando un grupo de familias y maestros en Nueva Orleans se unieron para establecer la escuela comunitaria Jeff Morris, lo hicieron porque tenían una visión clara sobre qué tipo de mundo querían crear para sus hijos desde temprana edad.
Allí, padres y maestros pensaron que el aprendizaje de los niños mejoraría si éstos asistían a una escuela donde los estudiantes de familias de bajos ingresos y los de familias más ricas acordaban estudiar juntos y por propia voluntad. El resultado fue que las tres clases de preescolar ofrecidas por la escuela fueron tan buenas que atrajeron a niños de familias acaudaladas, hasta llegar a ser aproximadamente un tercio de la población estudiantil. El programa de estudio estaba abierto a todos y hubo tanto interés que surgió una lista de espera para entrar, ambos para las familias adineradas y las de menores recursos, con casi igual proporción de estudiantes blancos y negros, y una pequeña proporción de estudiantes que eran hispanos o mestizos.
Esto permitió más diversidad económica y racial entre los estudiantes y mejores resultados para todos. Al comenzar el año escolar, sólo una cuarta parte de los estudiantes tenía el conocimiento que correspondió a su edad en matemática, y sólo el 10 por ciento alcanzaron el nivel debido en lenguaje. Sin embargo, para el final del año escolar, alrededor del 80 por ciento tenían conocimientos apropiados para su edad en ambas materias.
La diversidad en la escuela Morris Jeff benefició a todos los estudiantes, los preparó para la vida adulta, y les dio el tipo de contacto y conexiones que se ha demostrado aumentan la empatía y reducen el prejuicio. También puede desempeñar un papel especialmente importante para ayudar a los estudiantes de bajos ingresos. Por ejemplo, en el Condado de Montgomery, Maryland, los niños en vivienda pública que asistieron a las mejores escuelas primarias del distrito obtuvieron mejores resultados que los que asistieron a las escuelas de mayor pobreza, a pesar de la financiación adicional por alumno proporcionada a las escuelas de mayor pobreza.
Estos son algunos ejemplos de las prácticas que la investigación ha demostrado aumentan la diversidad y ofrecen mejores resultados a todos. Desde el mundo de los negocios hasta el mundo científico, es cada vez más aparente que la diversidad no es simplemente una sutileza para sentirse bien, sino un eficaz camino para alcanzar mejores resultados en la escuela y en la vida.
Es por eso que nuestra administración ha propuesto la iniciativa Juntos Más Fuertes, que ofrece subvenciones a los distritos con fuertes planes voluntarios y comunitarios para aumentar la diversidad socioeconómica en las escuelas. Según la iniciativa, ningún distrito estaría obligado a participar, pero aquellos que deciden tomar parte podrán dar la opción a las comunidades interesadas, y también aumentarían la base investigativa sobre cuáles estrategias son más eficaces. Entre los elementos de la iniciativa están los fondos de planificación que apoyan a las comunidades que desean explorar nuevas maneras de aumentar la diversidad, examinar cuidadosamente los datos, e involucrar a toda la comunidad en la búsqueda de soluciones. A partir de ahí, las subvenciones ayudarían a las comunidades a seguir adelante con sus planes, incluso mediante la participación eficaz de la familia y la comunidad.
En la economía actual, la diversidad no es solo un ideal, sino un camino que produce mejores resultados para todos los niños del país. La propuesta que anunciamos hoy nos ayudará a entender cuáles son las formas más eficaces para cumplir ese objetivo.
Las razones para reflexionar sobre nuevas estrategias de diversidad son potentes. Hoy, los estudiantes de altos ingresos tienen seis veces más probabilidad de graduarse de la universidad que los estudiantes de bajos ingresos, lo que no augura bien para el éxito y prosperidad de nuestra nación. Es difícil no darse cuenta de que cuando los hijos del soldador y del banquero asisten a diferentes escuelas, el acceso de oportunidad no es igual. No es ningún secreto cuál escuela tendrá los mejores recursos para triunfar, desde flamantes edificios con la última tecnología hasta cursos avanzados que prepararán a los estudiantes para el éxito en la universidad.
Además, sabemos que la habilidad de trabajar con personas de diferentes niveles sociales y etnias — rico, pobre, negro, blanco o mestizo — será una destreza básica en los trabajos que queremos para nuestros hijos.
Necesitamos que todos nuestros niños se preparen para el éxito. Por eso, debemos hacer más para garantizar que las familias y las comunidades puedan ofrecer oportunidades a los estudiantes de colaborar en la escuela igual que lo tendrán que hacer en su vida adulta.
Como estudiante, educador y padre, he visto con mis propios ojos los beneficios que crean las acciones voluntarias. Cuando yo era comisario de las escuelas del estado de Nueva York, utilicé fondos federales para poner en marcha un innovador programa experimental que ayudaba a las escuelas a mejorar el rendimiento estudiantil mediante una mayor diversidad socioeconómica del estudiantado. Estas ayudas tenían el propósito de reducir el aislamiento en las escuelas de Nueva York, dando apoyo a los distritos para que establecieran programas piloto para aumentar la diversidad escolar y al mismo tiempo mejorar el rendimiento estudiantil.
Ya es hora de que ofrezcamos mejores opciones voluntarias a nivel local para que más comunidades puedan duplicar el éxito que tuvieron los padres y maestros en la escuela comunitaria Jeff Morris. La iniciativa Juntos Más Fuertes ayudará a que esto sea posible.