A un viejo amigo:

Joaquín
2 min readJun 24, 2018

--

La noche de hoy es fría y lluviosa.
Tú bien sabes que este clima me encanta.

Quizá porque me trae recuerdos, también porque me es relajante el silencio en la habitación y únicamente escuchar las gotas caer junto con el estruendoso sonido de los truenos que se fusiona con el de mis pensamientos.

Mi buen amigo, qué tanto no has pasado conmigo, qué tanto no he pasado contigo... Qué tanto hemos compartido.

Agradezco siempre que te hayas cruzado en mi vida, el empatar en algunas cosas y contradecir muchas.
Sin embargo, siempre respetar y aprender uno del otro.

Aún recuerdo esas mañanas en las que comíamos juntos y platicábamos.
En las que nos sentamos a comer y después hacer cualquier cosa.
O aquellas noches en las que separados, pero juntos... Nos poníamos a platicar y después tocabas tu guitarra, para finalmente yo dormirme.

Sin duda, me enseñaste lo que siempre quise sentir; tener la compañía de un hermano; que aunque no compartimos la sangre, nos une algo quizá (me atrevo a decir) algo más fuerte que eso.

Eres en esa persona en la que puedo confiar ciegamente.
Y sin embargo he omitido muchas cosas o corrijo, he aplazado...
Y yo sé que tú me has dicho que hasta que me sienta cómodo será el momento; pero disculpa por ello y sin embargo, gracias por comprender.

Eres esa persona a la que puedo llamar en la madrugada y siempre escuchará atento a mis inquietudes y dolencias.

Eres esa persona que me podrá tender un hombro en el cual llorar cuando lo necesite.
Pero también sé, que eres aquél que me ayudará a levantarme si llego a caer.

Eres esa persona con la que puedo hablar de todo y nada.
Aquella con la que puedo ponerme a reflexionar y profundizar de algún tema.
Eres quien me guía y orienta muchas veces.

Eres con quien puedo pasar días enteros y aprender cosas nuevas sobre la vida.

Pero sobre todo; leal, respetuoso, empático, optimista y a la vez, realista.
Mamón, engreído.
Con defectos y virtudes.
Eres Jaime Díaz.
Y así amigo, así te quiero.

Gracias por siempre estar, no dudes jamás el que yo no estaré para ti, mi buen amigo.

Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da.

-Miguel de Unamuno.

--

--