Ser creíbles y consistentes, entre otros ítems, es la pauta de comportamiento de la alineación. Aprender a comunicar, antes que comunicar, será una amplia y lisa vía al éxito.
La planificación lleva tiempo. Es necesario destinar espacios para la organización, definición de objetivos, revisión de las formas, comunicación, entre tantos otros ítems.
Una vez establecidas las metas y comunicadas al equipo de trabajo, será necesario, como próximo paso, destacarnos por nuestro “alignment”.
¿A qué hacemos referencia cuando hablamos de alignment?
La diversidad de vías de comunicación existentes (medios tradicionales, Internet y todas sus variantes, entre tantas) impulsaron la aparición de conceptos que nos hacen repensar la comunicación a fin de que sea lo más integral posible. Desde no hace mucho tiempo, dentro de las formas de comunicación de las que se vale el marketing, surgióvel desafío de “decir siempre lo mismo, a través de todas las vías, en todos los formatos”, a ésto se le denominó alineación o alignment.
Esta alineación en la comunicación, a través de sus “3 C” propone que seamos:
- Coherentes: prometer solo lo que sé que puedo cumplir.
- Consistentes: decir lo mismo a través de diferentes voces y canales.
- Creíbles: comunicar y demostrar.
Para lograr cumplir estos ítems necesitamos que todo nuestro equipo trabaje con un mismo fin, sabiendo que mantener la unificación comunicativa es relevante para una figura, empresa o campaña que busque posicionarse en el segmento social elegido.
Será bueno, además, tener siempre presente que las marcas ya no venden servicios; el público mutó/evolucionó y espera experiencias, sensaciones y emociones que lo vinculen a la marca.
Luego de definir nuestro rumbo y alinear la comunicación, será hora de comenzar a pensar en cómo construir marca a través de los sentidos.
¡Qué sea un gran desafío y una gran experiencia!
Maggie Ojcius (redacción), Chipa Kov (ilustración) para KOIRON
