Vi Héroes por primera vez y me quedé dormida a los veinte minutos.
Perdón.
Lo que empezó como una especie de challenge para la millennial que nunca vio la película del Mundial terminó en un sillón babeado. A mi favor, ese día tenía sueño. En mi contra, cuando apagué el televisor y me acosté, estuve una hora y media mirando Instagram.
Solo a fines de escribir esto, y con la culpa de los que se esfuerzan en terminar lo que empiezan, la volví a ver. Tardé más de una semana en hacerlo porque estuve muy ocupada viendo la serie de Luis Miguel, mirando carpool karaokes, yendo a comprar al Coto gigante cerca de casa, haciendo etcétera de cosas. Es difícil retomar algo que ya sabés que fracasó.
“Con gracia, agallas y la Mano de Dios, una estrella del fútbol llegó a la gloria y cambió el juego para siempre”, dice la descripción de Netflix.
De Héroes sabía que Valeria Lynch cantaba “Más, me das cada día más”.
De Héroes pensaba que era un documental sobre la selección argentina campeona de México 86 y que los héroes eran los 22 jugadores. Antes eran 22.
De Héroes no sabía que era una película “oficial” del Mundial que en realidad se llama HERO. THE OFFICIAL FILM OF XIII WORLD CUP, así, con mayúsculas gritadas en la pantalla.Tampoco sabía que los héroes en realidad eran Maradona, Elkjaer (desconozco), Francescoli, Platini (el de la FIFA), Lineker (lo conocí por Twitter), Rummenigge (desconozco), Butragueño (desconozco), Sócrates (desconozco al jugador), Laudrup (desconozco) y Sánchez (desconozco). Parece que para la traducción al español, los perdedores también son héroes.
De Héroes no esperaba que empezara con imágenes del terremoto de México, que tuviera un narrador, que los dorsos de las camisetas solo tuvieran números, que apareciera un árbitro con canas. No recuerdo cuándo fue la última vez que vi a alguien con canas en un campo de juego.
Me aburro. Ni la cámara lenta, ni las repeticiones del gol del Diego a los ingleses ni las escenas de festejo en el vestuario alcanzan para emocionar a alguien que conoce más a la familia del Diego que a sus goles. La intensidad en el relato de Michael Caine no puede atravesar con su épica a una generación que lo desconoce y pasa media hora por día viendo las stories de Santi Maratea y Martín Cirio.
Ver Héroes es como cuando una amiga te invita a comer y de repente te quiere mostrar el video de su cumpleaños de quince y le decís que sí, que dale, pero la fiesta es un embole con familiares recibiendo velas y abrazándose, los invitados son gente variada y desconocida, el vestido es feo, el segundo vestido es peor y seguís en el sillón pasándola mal aunque más malo sería decirlo.
México 86 es el VHS de la fiesta de quince a la que algunos no fuimos invitados ni siquiera después de las doce. Necesitamos otra.
@luruarte
