Bajo un Tejas con la SB 4, ¿pueden ser los policías nuestros aliados?

Raul Alcaraz
3 min readMay 10, 2017

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Por Raúl Alcaraz-Ochoa y Citlalli Álvarez

English version: https://medium.com/@Latinxs_in_solidarity/texas-under-sb-4-can-police-be-our-allies-df607abd5ad8

Ahora que la SB 4 es ley en Tejas, con más potencia se desencadenan las fuerzas policiales y carcelarias contra la comunidad inmigrante. Bajo esta creciente realidad, ¿pueden ser los policías nuestros aliados?

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Seguramente, al escuchar que jefes de policías y alguaciles están en contra de la SB 4 nos hace sentir como un necesitado respiro de alivio a las organizaciones y comunidades inmigrantes.

Pero tenemos que tener mucho cuidado con esto.

Las fuerzas policiales no son nuestros amigos, ni aliados bajo ninguna circunstancia. Pueden dar testimonio ante el Senado en Austin a favor de la comunidad inmigrante o pueden declarar que no investigaran el estatus migratorio de sobrevivientes de violencia doméstica, por ejemplo. Pero estas fuerzas policiales al final del día tendrán que obedecer leyes injustas estatales y federales.

Ósea, unos pueden aparentar ser más sensibles que otros que son más duros y abiertamente racistas. Pero ellos son personajes políticos que saben que decir públicamente por un lado para pacificar al pueblo pero a escondidas detrás de puertas cerradas, puede que se maneje algo contradictorio. Además, pueden existir policías impecables, pero la institución que representan está repleta de prácticas abusivas y racistas como el perfil racial, asesinatos y brutalidad policiaca, la impunidad, el encarcelamiento en masa, la desigualdad racial en sentencias, fianzas inalcanzables, colaboración con migra, y condiciones abusivas dentro de sus cárceles, entre otras más.

Entonces ¿para qué acercarnos y aplaudirle a la policía públicamente? ¿Para qué invitarlos a ser oradores en nuestros eventos, conferencias de prensa y marchas? ¿Para qué queremos aliarnos a representantes y voceros de una institución inherentemente racista?

De hecho, históricamente la policía no fue creada para servir y proteger a la población obrera, fue establecida al contrario para proteger a los ricos de los pobres, ósea de la clase obrera inmigrante. Y antes de eso las fuerzas policiales del país eran las patrullas de esclavos, quienes se dedicaban a capturar y “deportar” a esclavos Afrodescendientes en el Norte de regreso a su esclavitud al Sur.

Hoy en día, la policía está por encima de un legado anti-Afrodescendiente y anti-clase obrera inmigrante. Conociendo esta historia nos permite ser más críticos de las fuerzas policiales y sus voceros. Esto no es decir que nunca debemos hablar con ellos porque si es necesario hacerlo y así saber qué hacen y exigir cambios de ellos. Pero hay que saber cómo y cuándo marcar nuestra línea. Al hablar con ellos, no es con la intención o el fin de colaborar o formar alianzas, es más bien para cuestionarlos, hacer que rindan cuentas al pueblo y exigir justicia cuando asesinan a nuestras hermanas y hermanos Afrodescendientes y Latinos e Indígenas que también suelen ser víctimas de la violencia policial.

Además, el uso del dicho: “Nosotros no somos criminales, ni terroristas” aunque bien intencionado, daña más que ayuda porque ahí estamos diciendo que a nosotros no nos agarren y apuntamos el dedo a otra comunidad para que agarren a ellos quien el sistema categoriza como “criminales” o “terroristas” y usualmente son comunidades Afro-descendientes o musulmanas y mismos Latinos.

Asimismo, personas con un récord penal también son nuestros familiares y merecen respeto, dignidad y derechos civiles y humanos. No debemos ‘echarle tierra’ a personas con un récord porque existen muchas circunstancias sociales y un papel, un cargo o una convicción no determina la validez de un ser humano.

Para resumir, hay que evitar nombrar o percibir a jefes de policía o alguaciles como nuestros “campeones” o “aliados” porque eso promueve un sentimiento anti-afrodescendiente y un ambiente que acepta el concepto divisor y dañino que hay buenos inmigrantes merecedores versus malos inmigrantes que deben ser excluidos.

Además, queda claro que no podemos simultáneamente apoyar a nuestra comunidad y a las agencias locales de policía porque estás mismas que según nos apoyan han dicho que buscan tener buenas relaciones con ICE. Esto quiere decir que aún siguen comprometidos a una agenda anti-inmigrante y que planean continuar una colaboración con la migra para arrestar, encarcelar y deportar.

Para concluir, la solidaridad hace nuestra fuerza y eso significa distanciarnos de y rechazar enteramente las fuerzas policiales que son una herramienta de la política racista del mal gobierno de Texas y Washington, DC.

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