Se que hay dos países distintos en Venezuela

Así como Gabriel García Márquez vio dos Chávez

Lucia Estrada
5 min readJun 14, 2017

En México una vez Hugo Chávez estuvo desesperado por entrar en la casa de Gabriel García Márquez, donde tanto él como su esposa se negaron a abrirle la puerta. El escritor después llamó a Fidel Castro para que llamara a Chávez y se lo quitara de encima. Al parecer los más inteligentes no caían en la trampa de su gran carisma.

Castro se comunicó con él y le dijo que no se encontraba en Cartagena. En el libro “El poder de los secretos” de uno de los mejores periodistas de Venezuela, Nelson Bocaranda, narra esta situación dejando a relucir un dato interesante.

El también periodista colombiano, escribió una crónica sobre la vez que conoció al ex presidente de Venezuela en La Habana, en enero de 1999. Justo semanas después de que ganará las elecciones presidenciales.

La razón era reunirse con Fidel y el presidente colombiano Andrés Pastrana. Gabriel y Chávez se fueron juntos a Caracas. La crónica que escribió después de sus vivencias se llamó “El enigma de los dos Chávez”.

Tal como lo dice Bocaranda en su libro: “Al Gabo le había surgido la duda de si el hombre que había conocido era un político serio o, por el contrario, un embaucador”.

El último párrafo del escrito señala:

“El avión aterrizó en Caracas a las tres de la mañana. Vi por la ventanilla la ciénaga de luces de aquella ciudad inolvidable donde viví tres años cruciales de Venezuela que lo fueron también para mi vida. El presidente se despidió con su abrazo caribe y una invitación implícita: ´Nos vemos aquí el 2 de febrero. Mientras se alejaba entre sus escoltas de militares condecorados y amigos de la primera hora, me estremeció la inspiración de que había viajado y conversado a gusto con dos hombres opuestos. Uno a quien la suerte empedernida le ofrecía la oportunidad de salvar su país. Y el otro, un ilusionista, que podía pasar a la historia como un déspota más”.

Una característica que se repetía a menudo al hablar del ex presidente era que se destacaba al hablar, tenía un carisma único y eso hacía que logrará caer bien a las personas.

Si te caía mal, olvidabas tu rencor hasta que terminarás de hablar con él, era un personaje modificado para la manipulación con sus palabras y actitud.

¿Por qué creen que sus cadenas nacionales duraban horas? Ese talento no era de gratis, fue sin duda uno de los mejores en su clase. Me llamó la atención que García Márquez con tan solo días de conocerlo se diera cuenta que escondía dos caras, una para las pantallas y otra en lo íntimo.

Así son los manipuladores, utilizan su encanto para encajar en el modelo más correcto y lograr tu aprobación.

Me hubiera gustado que esas palabras en ese momento, los venezolanos las leyeran. No importa que sean unos cuantos párrafos, estaban cargados de sinceridad y un previo aviso.

Ninguno de ellos se imaginó cómo se encontraría el país en unos años, lo destruido que quedaría, en todos los ámbitos. La situación de Venezuela actualmente es grave, se corre un riesgo muy alto si se llega a aplicar la Constituyente.

Ya sabemos que en el 2014 el país despertó de una pesadilla que lo tenía atormentado por demasiado tiempo. Un fenómeno que se repite tarde o temprano en países en crisis, eventualmente la razón es la que gana la batalla.

Pero, ¿Venezuela está preparada para luchar por su libertad? Es una pregunta con muchas trampas, cualquiera en este momento puede responder que no lo sabe, un futuro incierto.

El miedo es el principal enemigo del ser humano, te limita a actuar, el que sepa cómo propagarlo y utilizarlo para su beneficio, tiene el control.

Aunque, no ha sido un impedimento para hacer historia y cambiar su curso, para el progreso y la independencia.

Parece que mi discurso suena muy alentador y es que nada de lo que digo es mentira, somos capaces de cambiar las cosas.

Poniéndome en el lugar de García Márquez, la facilidad para saber si en verdad hay una Venezuela que muestra dos caras no es una respuesta fácil, sin embargo, cierta.

Vemos a un país luchando en las calles en contra de la tiranía llevándose a vidas inocentes en las pantallas, la creemos imponente y firme.

Los discursos no solo de los dirigentes políticos sino también de los ciudadanos nos dejan atónitos, con una esperanza difícil de describir.

Deberíamos regresar de la muerte a García Márquez y soltarlo unas semanas por Venezuela para que vaya a las marchas y asimismo que vea como es la vida nocturna los viernes o los centros comerciales.

Otra dimensión paralela que parece que ignora lo que pasa solo a unos metros.

En mi opinión, no solo tenemos que demostrar al frente de los periodistas lo que realmente queremos, tiene que ser en todas las comunidades. Juntarnos para terminar de acabar esta maldición repetida, que el venezolano se de cuenta de buena vez que puede tanto hacer como exigir democracia.

Dejar atrás la historia de los gobiernos y probarnos a nosotros mismos lo que podemos lograr, aunque la Venezuela acostumbrada que la manejen los militares no deja cumplir nuestro objetivo.

Son muchos años ya aceptando que un funcionario crea que puede actuar como presidente, esto no puede pasar más. No necesitamos de un mesías para que nos venga a salvar tampoco, si es así, entonces cualquiera puede entrar en el poder creyéndose héroe.

Es hora de decidir cuál país queremos ser, si queremos ser el modelo viejo fácil de dominar y asustar o el nuevo modelo que se interesa por sus derechos y que viva en democracia.

Considero que nosotros pensamos que somos el modelo viejo todavía pero lo que nos ciega de darnos cuenta que podemos renacer son la gran cantidad de problemas que el gobierno y su pésima gestión nos traen.

Lo que quieren lograr es que pienses que no tienes escapatoria, un recurso muy utilizado que se repite siempre, no importa en qué país ni condiciones.

Entonces, ¿cuál Venezuela queremos ser? O vamos a seguir teniendo dos caras, una en la televisión y otra en nuestro día a día.

Es ahí, donde debemos reflexionar.

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Lucia Estrada

22. Feminist. Social Communications, UMA. Journalism-Politics & Advertising. Writing is my hobby. Sometimes life lessons, pop culture or advertising.