Una breve reseña

Reyes
7 min readJul 19, 2021

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Hoy me dio por escribir una breve reseña. A veces leo libros y, a veces me parecen tan interesantes (independientemente de si son de mi gusto o no) que quiero compartir un poco de mi pensar sobre el texto. Siempre me ha sido difícil encontrar un club de lectura o algo similar que me permita conversar sobre los temas abordados, por lo que hoy he decidido empezar a escribir un poco más sobre lo que consumen mis ojos, por lo que consume mi espíritu.

Debo declarar, antes que nada, que soy poca para la literatura salvadoreña. Siempre he leído mucho más sobre otros países, otras culturas, otros temas…, otras cosas que si bien resultan ser universales, no echan raíces en la cultura o historia salvadoreña. Y digo que soy ‘poca para la literatura salvadoreña’ porque, de lo poco que he leído, es poco lo que realmente me ha dejado con ganas de leer más o con un buen sabor de boca, si es que de alimentar el alma hablamos.

Recuerdo haber leído ‘Cuentos de Barro’, ‘El terremoto de San Salvador’, ‘Por los caminos de Chalatenango’ y hasta ahí. Tal vez un par más, pero no lo recuerdo. Lo que sí sé es que hasta el día de hoy solo dos libros me han dejado impresionada por el contenido y el estilo de escritura de los autores. El primero es una recopilación de cuentos de Salarrué que se llama ‘Cuentos de cipotes’ y que compila una serie de cuentos preciosos que yo califico como literary nonsense con un vocabulario salvadoreñísimo y regional que a veces hasta cuesta entender. Me encantó. Fue una joya que encontré en un café cerca de un antiguo empleo que tuve y que algún día tendré en mi colección.

El segundo libro, del cual quiero hablar el día de hoy se llama ‘Cenizas quedan: A veces la magia deja un rastro oculto a simple vista’ de Carlos R. Flores. Es el primer volumen. Este texto me lo encontré en uno de los mercaditos que se celebran en los centros comerciales y, a raíz de querer apoyar el talento salvadoreño, decidí comprarlo. Ese día estaba más inclinada a comprar un libro mudo, donde la narración se da únicamente a través de ilustraciones; sin embargo Eli me aconsejó llevarme ‘Cenizas quedan’.

Acertó.

Antes de comprar un libro, siempre tengo la costumbre de leer al menos la contraportada para saber de qué trata. Esta vez fue diferente. Eli me comentó que el libro retomaba las leyendas salvadoreñas dando vida a un nuevo contexto. Así que como era un libro salvadoreño de ficción que estaba basada en la cultura salvadoreña decidí aceptar la propuesta. A pesar de la mala experiencia que recuerdo tuve con ‘Cuentos de Barro’, me aventuré a leer ficción salvadoreña. Fue una buena decisión a pesar de las discrepancias que se puedan tener con el texto. Así que sin más, les quiero comentar.

El volumen primero de ‘Cenizas quedan’ inicia con la muerte inesperada e inexplicada de Leandro Bazaine que es el Don de la Hacienda La Junta. Sin más, la señora de la casa Elena Cristales viuda de Bazaine y sus mellizos Isabela e Ignacio deben afrontar la pérdida del respetado encargado de la Hacienda quién a su vez ejercía un rol ejemplar como padre de los mellizos. Su muerte es seguida de una serie de eventos desastrosos para la familia y la Hacienda cafetalera allá por 1910. Así, lo que normalmente se esperaría como una historia de luto y superación, rápidamente se convierte en una historia de ficción y suspenso.

Situaciones extrañas empiezan a suceder, aparte de la muerte inexplicable de Leandro, los animales mueren a una vez, los empleados riñen entre sí sin razón aparente, otros empleados se van de la Hacienda (renuncian), los conejitos de Isabela presienten tragedias…, ¡hasta a la mula sana de la carreta le da un ataque epiléptico en medio del camino! La Hacienda empieza a afrontar pérdida de mano de obra y de producto, que de la noche a la mañana aparece podrido. Es una pérdida constante sin razones evidentes.

Ante esto, el texto nos deja una impresión diferente según quién se enfrente a los hechos. Los mellizos son quienes nos enseñan, a través de su inocencia, una trivialización inicial de las leyendas e historias de terror que se cuentan. Comienzan añorando el momento en que Candelaria, su nana, les cuente la historia del ‘Gritón de medianoche’ y poco a poco van interiorizando el mito como una manera para lidiar con el luto y pérdida de su padre, hasta el punto de asumir un rol detectivesco. Asumiendo interés por la muerte de su padre. Mientras que, por otra parte, Candelaria y Elena parecen lidiar con estos sucesos con cierta sorpresa e incertidumbre, sin embargo con resignación y precisión. Como si supieran que existe una lógica detrás de los sucesos ocurridos. Como si supieran lo terminal de la muerte y como si los sucesos, que están más allá de su control, fuesen parte de la cotidianeidad del pueblo y la Hacienda.

Es acá donde las leyendas se fusionan con la realidad en el relato.

Lo espeluznante y terrorífico de las leyendas, del misticismo y de la muerte poco a poco empiezan a afectar a los mellizos, quienes tienen un encuentro sobrenatural con un perro blanco con pezuñas de chivo. El miedo empieza a calar y, paulatinamente, comienzan a entender que su historia no es un cuento de hadas. Los niños pronto se dan cuenta de los irremediable de la muerte y de lo inesperada que pueden ser las vueltas que da la vida. De otro modo, Candelaria y Elena también tienen encuentros con lo sobrenatural, sin embargo ellas continúan sus vidas inmutadas por lo horripilante. Ellas sufren y tienen miedo de cosas más vulgares y mundanas como la venganza, la justicia, la pérdida y el sufrimiento en la etapa de la inocencia (personificada en los mellizos), el qué dirán y la herejía o irrespeto a la religiosidad.

Esta mezcla entre lo real y la ficción, entre los motivos de lxs personajes y las circunstancias suprareales a las que están sometidxs crea una sensación de curiosidad sana, te invita a tratar de entender tanto a la familia Bazaine Cristales como a Candelaria y a Prudencia. Y, la agilidad con la que se narra la historia le da un ritmo que te lleva hasta el final, sin querer dejar el libro a un lado, a pesar de los temas abordados.

La narración, de repente, da un giro inesperado y nos enteramos que la señora de la casa, siempre recatada, siempre preocupada por las apariencias; ha hecho un pacto del cual no puede escapar, con el ‘Caballero de la noche’. Nos damos cuenta, que Candelaria es cómplice de un secreto que es revelado por la lectura de cartas de Prudencia y que hay muerte en el futuro. Sin embargo, el horror y el mito espeluznante seguimos experimentándolo a través de los mellizos. Los otrxs personajes, ya sea porque están acostumbrados al mundillo de las leyendas o porque son adultos con motivos, parecen sobreponerse de fácil manera al mito y lo tratan como algo normal y cotidiano. Es por eso que la realidad y la leyenda se fusionan, porque las y los personajes parecen tener miedo a repercusiones como la venganza, los celos y la muerte a manos de otrxs hombres/mujeres; a pesar de estar rodeados de eventos mágicos. El terror del mito está reservado a la inocencia de los mellizos y algún otro creyente del pueblo o de La Hacienda. Me parece súper interesante que la historia se va desarrollando desde diferentes perspectivas y que el hilo conductor dé para conocer un poco de la profundidad de lxs personajes. Aunque sigue siendo una historia relativamente corta, lxs personajes se desdoblan a pesar de sus misterios.

Los eventos en la historia se desarrollan en un periodo relativamente corto de tiempo y nos damos cuenta que, si las leyendas son ciertas, nada bueno sale de pactos y motivos oscuros. Los mellizos sufren mucho y la Hacienda termina fatídicamente. Carlos R. Flores nos lleva a través de una historia con eventos horribles y despreciables de una manera que permite el desapego y a la vez interés por un buen desenlace de lxs personajes. Gracias a su manera de narrar, las crueldades pueden ser digeridas sin sumirse en la desesperación o desolación; y nos brinda un final de redención y sacrificio por amor. Mixto, pero ahí está.

Otra cosa que me pareció súper interesante y de reflexión es que la historia, es decir, el pasado de los mellizos Bazaine Cristales juega un rol fundamental en su presente. El haber nacido en la familia, en la Hacienda, y las decisiones de sus padres son, en gran parte, el catalizador de lo que les sucede. Creo que esto es un increíble espejo para la población salvadoreña que poco a poco va descubriendo su historia, pero que en gran parte la obvia o la niega y que no termina de entender que es una condición que afecta lo que vivimos hoy en día.

A mí, en lo personal, me es súper difícil hablar de la muerte y de las leyendas, y tengo entendido que gran parte de la literatura salvadoreña aborda precisamente esos temas que yo tanto evado. Sin embargo esta lectura, a pesar de hablar de eso que tanta incertidumbre y dolores de cabeza me provoca, ha logrado entablar una conversación conmigo y me ha hecho reflexionar sobre el mito como manera de afrontar aquello que duele y que resulta inexplicable.

Definitivamente, les recomiendo este libro y buscaré el segundo volumen. Si tienen alguna recomendación, es bienvenida.

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Reyes

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