Alicia (estos meses)

Meryone
3 min readMay 20, 2017

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Se enoja usando este verbo conmigo cuando defiendo (por chat) a quien considera indefendible pero cuando me ve llorar en vivo se pone triste y me consuela. Pasó un mes, dos, diciendo que tenía que comer, que hay que comer todos los días, que no llegaba con haber comido ayer. Dándome permiso para no hacerlo en los días especialmente duros. Diciendo que no puede más pero pudiendo. Acariciándome la manita cada vez que me pongo fatal. Diciendo (y fue una clave importante) que siente como que últimamente todo, también en la relación que tengo con ella, tiene que ver con lo mismo. Acariciando la bola de dolor que fui, que soy, sabiendo que en el centro está la Meriuán que conoció, ya envuelta en una nube más que negra.

Me lleva a los columpios y me canta Despacito desde antes de la versión de Justin Bieber. Me soporta caer una y otra vez en el mismo bucle de culpa y justificación ajena. Dice que basta pero me banca que vuelva a lo mismo. Día tras día, semana tras semana, mes tras mes. Me dice que estoy boni. Triste, pero boni. Que soy un amor, que deje de llorar ya. Que no merezco esta mierda.

Se desentendió al 100% de la otra parte desde casi el primer día, le dio igual que hubiera justificación posible, declaró que sólo le importaba yo. Me quiso incondicionalmente cuando más difícil debió ser quererme. Tuvo infinita paciencia y amor al grito de que no sabía si era la más adecuada para hacerme contención en las circunstancias en que yo la necesitaba.

Tiene drama propio y relación tan distante como la que yo ya no tengo y se la pasa escuchando que debería subirse a un avión para hacer que alguien vuelva a Buenos Aires. Alguien que hace berrinches y proyecta lo horrible de mi ruptura en sus miedos como yo proyecto lo bonito de su relación en lo preciosa que fue la mía.

Es pequeñita, tiene una playera de Pikachus y ama el cine y el fútbol. No cocina. Se cree mucho menos adulta y capaz de lo que es. Hace listas para todo, como una Rory Gilmore que no fuera insoportable. Siempre tiene amor para ti y un rato para revisarle a tu novio el inglés para un mail de trabajo o contarle que no te va internet pero le encargaste que le diga que le quieres. Es amable con todo el mundo y le sobra comida (que se lleva para desayunar al día siguiente). Usa siempre mochila. Me acompañó a buscar laburo incansablemente cuando decidí quedarme. Es amiga de Tigro. Viene a casa a cenar pasta con soja (un día hice pisto, es una exagerada). Me bullea cuando me pongo monotemática. Afirma(mos) convencidísima(s) que todo sería infinitamente más fácil si nos hubiéramos enamorado entre nosotras. Tenemos conversaciones interminables sobre extrañar comida. Me reenvía memes de le han enviado sus hermanos. Me banca cuando me chiflo con cosas como exorcizar vestidos. Colecciona vinilos y saca capturas de pantalla a las escenas donde salen tocadiscos.

Es más que posible (y probable) que sin ella me hubiera dejado morir y ahora le reporto cada comida, cada pequeño paso hacia la supervivencia sin ayuda. Yo nunca había entendido verdaderamente lo de ser responsable de las vidas que salvas hasta ahora.

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