Por Rodrigo Álvarez

La antropología en el debate postmoderno

Mise-en-scène
6 min readMar 3, 2017

…cuando el tiempo sólo sea rapidez, instantaneidad y

simultaneidad, mientras que lo temporal,

entendido como acontecer histórico, haya desaparecido

de la existencia de todos los pueblos, entonces, justamente

entonces, volverán a atravesar todo este aquelarre

como fantasmas las preguntas: ¿para qué?,

¿hacia dónde?, ¿y después qué?

MARTIN HEIDEGGER

Introducción a la metafísica, 1936

L a postmodernidad surge a mediados del siglo XX como crítica a una época histórica en que la humanidad, mediante la tecnología, la ciencia y el arte, había pretendido alcanzar cierto progreso económico, moral y social. El prefijo de ‘post’ de la palabra postmodernidad alude a una despedida de la modernidad. La modernidad[1] señala que la historia la construye el hombre, el sujeto racional; en este contexto, él es quien descubre las verdades objetivas y normas universales, el hombre se emancipa al usar su razón. La postmodernidad declara el fin de la historia o, al menos, a aquella que sea explicada por los metadiscursos o por un individuo con identidad permanente, este movimiento pone fin a las ideologías. La postmodernidad designa el estado de la cultura después de las transformaciones que han afectado a las reglas de la ciencia, la literatura y de las artes; éstas, entran en crisis acompañadas por una decadencia del pensamiento y las grandes teorías críticas. Tal crisis obliga a adoptar una posición nihilista con relación a la razón. Por ejemplo, Nietzsche propone que la razón era un instrumento para incrementar nuestro poder.

El filósofo Jean-François Lyotard, en entrevista para el periódico El País en 1985, establece que la postmodernidad ha surgido por el incumplimiento de las promesas de la modernidad como la política liberal y democrática propuesta en la revolución francesa; la igualdad de oportunidades y la idea de que la educación permitiría la formación de ciudadanos responsables con su comunidad. Aunado a ello, el desarrollo ha provocado crisis mundiales de empleo y se ha dejado fuera del sistema económico a diversos sectores sociales. Lyotard asegura que el marxismo (como uno de los metadiscursos), con su gran ideal emancipador, ha funcionado como alimento de la policía política y la burocracia cínica en Europa del este, mientras que pierde toda confiabilidad en el occidente.

La postmodernidad también afectó a la disciplina antropológica. Los postmodernos[2] establecen el fin de la verdad, de la ciencia, de dios, del hombre y de la ‘cultura’. «La postmodernidad sustituye a la cultura por multicultura a la universalidad y el monosentido por la pluralidad y el multisentido, o como dice Foucault, “una verdad por una muchedumbre de verdades”» (Ledo, 2004, p. 2). La cultura cumpliría, entonces, con la multiplicidad que inscribe Deleuze y Guattari en su libro Rizoma, es decir, pone en juego regímenes de signos muy distintos; no está hecho de unidades, sino de dimensiones, no tiene principio ni fin. El pensamiento posmoderno, así, conecta cualquier punto con otro punto cualquiera.

La postmodernidad en la antropología se figura ante la crisis de las grandes teorías como el marxismo, el estructuralismo y el materialismo cultural; teorías que no resultaron del todo satisfactorias para el estudio de ciertos fenómenos de interés antropológico (como también puede presumirse del postmodernismo) y que por ello decayeron ante los postulados postmodernistas. El estructuralismo resultaba insatisfactorio para los interesados en lo histórico. El marxismo no concretar un estudio de tradiciones culturales no europeas, «o se encontraban por doquier con casos en que el conflicto social y político no encaja bien con la división de la sociedad en clases (como ocurre con los conflictos derivados del nacionalismo, el sexismo, la etnicidad o la religión)» (Villarías, 2008, p. 54). El materialismo cultural, por su parte, no logró ser aceptado por condicionar a la complejidad de una sociedad en términos de sus condiciones demográficas y tecnológicas presentes.

Carlos Reynoso en su libro El surgimiento de la antropología posmoderna distingue tres posturas de la antropología postmoderna. En la primera participa James Clifford, Marcus, Strathern y Clifford Geertz; en ésta se buscan alternativas para la escritura etnográfica, se utilizan recursos retóricos por ejemplo. Su objeto de estudio se ha transformado de la cultura a la etnografía como texto literario y sitúa al antropólogo como escritor. La segunda, se puntualiza por la redefinición del trabajo de campo que se plasma en la etnografía; de aquí destaca la etnografía dialógica, es decir, que el estudio sociocultural se asienta en un contexto de intersubjetividad humana. La última postura deja de lado la escritura antropológica y proclama la crisis de la ciencia; es representada por Michael Taussig y Stephen Tyler. Taussig propone una práctica etnográfica que consiste en el uso simbólico del montaje y el collage para encontrar un recurso contra el terror. Reynoso escribe que en la disciplina antropológica existe un sesgo en la implementación del modelo postmodernista: «al negar la naturaleza acumulativa del conocimiento y la compleja linealidad de la historia científica, y al confrontar su propia emergencia como resultante de ese proceso, los posmodernos dejan inexplicado el que ellos surjan precisamente ahora, cuando en apariencia hace mucho que se los necesita» (Reynoso, 1998, p. 148). Otras posiciones se han presentado en el contexto de observar a la cultura estéticamente, donde se vuelve relativista; Marylyn Strathern afirma que la escritura es ficticia y que la antropología es, como las demás ciencias, solo un género literario con fines persuasivos.

Clifford Geertz reivindica al antropólogo como autor. El antropólogo legitima su relato etnográfico con el ‘yo estuve allí’. Pero, eso trae consigo una serie de limitaciones metodológicas, situando al etnógrafo como protagonista de la historia: ‘el individuo nos salvará’. No obstante, el valor del documento etnográfico se deposita solo en su creación. El ejercicio de tal antropología se opondría a las ideas de la escuela estructural-funcionalista ya que en ella se postulaba que el método científico salvaría a la disciplina, tal método permitiría la superación de los prejuicios personales y las mistificaciones que se hallarán en la sociedad. El pensamiento postmoderno, por su parte, permite hacer una autorreflexión a la disciplina sobre las condiciones sociales y políticas en la que se produce y, por supuesto, sus efectos, destacando lo particular y subjetivo.

El postmodernismo figura tan ambiguo que pocos de los que usan el concepto precisan su significado. Tal ambigüedad ha resultado en una amplitud exuberante, tal modelo de pensamiento se ha depositado en el mundo, dando explicación a diferentes fenómenos desde las transformaciones sociales y políticas, el desenfrenado crecimiento demográfico, las oleadas migratorias, el desarrollo tecnológico, las instituciones, los atentados terroristas, el muro de Berlín y el deterioro del medio ambiente. Dichos escenarios han depositado al hombre en una aparente pérdida de identidad, de identidades, al formular la existencia de hechos universales. El ser humano no se produce en aislamiento, sino es construido en sociedad. Es aquí donde reside un conflicto denso: el estudio del otro en un contexto donde identidad y cultura tienen pocas diferencias, donde la primera de ellas se piensa ausente. El belicismo contemporáneo ha matado las pluralidades y dejan sueltos los fundamentalismos, la exaltación de las verdades; donde cualquiera puede accionar el botón nuclear o donde cualquiera puede estudiar la cultura (incluyendo al participante). El postmodernismo queda muy suelto para unos casos y, para otros, resulta una herramienta acertada.

El debate de la postmodernidad, en la disciplina antropológica y en otras tantas, seguirá vigente, así como se dio en su momento los debates entre otros modelos de pensamiento. Por un lado se posicionan los antropólogos que defienden los métodos científicos y, por el otro, aquellos que revindican la sensibilidad personal en el arte. En el entendimiento o interpretación de la cultura no se puede guiar del todo por la racionalidad que señala un sistema positivista de la antropología porque obedece estrictamente a cánones occidentales, en la existencia de una racionalidad única; sin duda serán necesarios modelos más flexibles que permita analizar cualquier información y quizá el postmodernismo represente un indicio de esa búsqueda en la que existen varias cosas por precisar.

Notas

[1] La modernidad es el resultado de profundas transformaciones socio históricas que abarcan procesos como la urbanización, la secularización, la formación de los estados-nación, el auge de las ciencias experimentales y de la individualización. En la modernidad se inscribe el proyecto de la ilustración y las grandes narrativas coo el relato marxista, el de la ilustración y el de dios. Véase: La posmodernidad en la ciencia y en la filosofía

[2] Así es como se clasifican a autores como Nietzsche, Heidegger, Gehlen, Giddens, Deleuze, Foucault, Derrida, Lyotard y Vattimo.

Fuentes

Deleuze, G y Guattari, F. (2009) Rizoma. México: Fontamara.

Iriat, C. (1985). Dos visiones de Europa Jean-François Lyotard: “El posmodernismo es acostumbrarse a pensar sin moldes ni criterios”. El país, p. 23.

Lagunas, D. (2011). Sobre antropología, posmodernidad y teoría crítica. Recuperado el 24/11/16, de Desacatos n.35, pp.97–114. Sitio web: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405 92742011000100008

Ledo, J. (Octubre 2004). El posmodernismo en antropología. Revista de ciencias sociales, 11, pp. 1–15.

Reynoso, C. (1998). El surgimiento de la antropología posmoderna. Barcelona: Gedisa.

Villarías, J. (2008, enero- junio). La antropología posmoderna: Una reflexión desde la etnohistoria peruanista. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, vol. LXIII, núm. 1, pp. 37–74.

Yu, T. (1998). La posmodernidad en la ciencia y en la filosofía. Recuperado el: 25/11/16, de Universidad Nacional Autónoma de México. Sitio web: http://computo.ceiich.unam.mx/webceiich/docs/libro/La_posmodernidad_en_la_ciencia_y_la_filosofia.pdf

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