Historias Que Inspiran: Edwin C. Barnes & Thomas Edison
Una historia que marcó mi vida.
¿Conoces la historia de Edwin C. Barnes y Thomas Edison? 💡(Sí, la bombilla queda muy bien en este caso). ¡Pero vamos a lo importante!
Poco se sabe realmente de Edwin C. Barnes. Nació en 1878 en Estados Unidos y se puede decir que a los 30 años:
▪️ No tenía dinero.
▪️ No tenía muchos estudios.
▪️ No tenía apenas influencia.
▪️ No conocía personalmente a T. Edison.
Sin embargo, siendo ya Edison ciertamente conocido, Barnes se obsesionó con una idea: quería ser socio del inventor. Esto que puede parecer una locura para algunos y una idea con la que el 99% de las personas tirarían la toalla, allí estaba Edwin: representando ese 1% dispuesto llevar su idea a cabo.
¿Has visto la película “En busca de la felicidad”? Pues la historia de Barnes con Edison es parecida. Barnes era tan pobre que no tenía dinero ni para pagarse un billete de tren a la oficina de Edison en Orange, Nueva Jersey. Así que viajó en un tren de mercancías (¡estaba dispuesto a darlo todo!).
Cuando se presentó ante Edison con el aspecto de un vagabundo, el inventor vio un brillo especial en sus ojos: era su determinación. Barnes tenía su principal objetivo definido e iba a llevarlo a cabo aunque le costara la vida, ¡y lo decía en serio! Así que Edison cedió y Barnes tuvo la oportunidad de trabajar en su oficina con un salario muy bajo realizando tareas que quizá carecían de importancia para el inventor, pero no para Barnes.
Pasaron los meses y aparentemente no ocurría nada que acercara a Barnes a su deseo de asociación con Edison. Sin embargo, años más tarde, Edison perfeccionó un nuevo dispositivo conocido en aquella época como la Máquina de Dictar de Edison. Sus vendedores no estaban muy entusiasmados con el dispositivo, pero Barnes halló allí la oportunidad perfecta. Le propuso a Edison que él podría vender la máquina. Edison accedió y… ¡Vaya si lo hizo! Y lo hizo con tanto éxito que el inventor le adjudicó un contrato para distribuir la máquina por todo el país.
Barnes por fin lo había conseguido: una asociación comercial con Edison que duró más de 30 años. Pero Barnes había conseguido algo mucho más grande: un impulso intangible del pensamiento que se convirtió en un deseo realizado.
¡Qué importante es tener un propósito definido! Ver la oportunidad que a veces puede disfrazarse de fracaso o mala suerte y cogerla al vuelo.
Confiar en uno mismo a pesar de tenerlo todo en contra. ✨
