Una roja a los ocho minutos y la fea lesión de una de las figuras del equipo hicieron que Boca redoble el esfuerzo, que Nicolás Lodeiro corra el triple, que Leonardo Jara se banque el mediocampo, que los centrales rechazaran todo sin dudar nada. El superclásico fue una demostración del renovado temple desde la asunción de Guillermo, y es la confirmación de una grata noticia: a este Boca tenés que matarlo dos veces para ganarle.
El empate agónico ante Bolívar, la remontada de los resultados ante Aldosivi y Deportivo Cali, el triunfo contra Racing en Avellaneda… Pequeños pasos hacia adelante, hacia la consolidación de un equipo con carácter y con inteligencia para afrontar los partidos. Ahora se vendrá un nuevo peldaño: reconstruir a Boca a pesar de las lesiones de Fernando Gago y Andrés Cubas, dos piezas vitales del mediocampo.
Está claro que el Boca de Guilermo todavía sigue moldeándose, que falta en aspectos futbolísticos y que el nivel de algunos jugadores sigue bajo. Pero haber recuperado el alma y las ganas de no entregarse ante la adversidad, eso que el DT llama “rebeldía” en cada conferencia, es algo para valorar. Y más después de verlo en un superclásico.
Las lesiones y los choques de mata-muere de Libertadores serán la próxima muestra de carácter para Boca. Hasta ahora, viene a paso firme hacia adelante, sin regresiones ni tropiezos salvo el anémico 0–2 contra Tigre. A seguir por esta senda.
Por Lucas Guerrero (@lucasg91)
