Back to basics: el futuro del streaming

Vanessa Puga
5 min readAug 8, 2022

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Foto de freestocks en Unsplash

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Tener un hijo adolescente en esta época de la vida es bastante interesante por diferentes motivos. Creo que el más importante es: mi hijo es un geek, como yo. Ahora, creo que existen distintos tipos de acercamiento geek en esta vida. Yo tengo una gran habilidad para conocer gente de diversos fandoms y entenderles, sin necesariamente ser clavada de uno en particular. Mi hijo, en cambio, es gamer hardcore. Su cabeza guarda una cantidad de información sobre videojuegos que no deja de asombrarme. Esta información no se limita exclusivamente a de qué van los juegos, sino las historias de los estudios que los producen, quién hace la música, cómo se diseñó, etcétera.

Encima de todo, tener una pareja geek alimenta las conversaciones. H tiene una cantidad de datos sobre películas y sobre música en su cabeza que no deja de sorprenderme. Es muy común que nos pueda dar fun facts mientras estamos viendo alguna película o serie.

Esta combinación nos llevó a platicar mucho ayer que estábamos desayunando. Vivimos en una época de sobre saturación de información. Hace poco leí la noticia de que HBO se va a fusionar con Discovery +, justo ante la caída constante de suscriptores de Netflix. Pareciera que la era dorada del streaming está llegando a su final. Existen tantos canales que es muy complicado tenerlos todos, porque de poco en poquito, se convierte en una renta alta poseer cada canal disponible. Si bien el modelo de negocio del stream no me queda claro, es cierto que generar ganancias con sólo suscripciones no debe ser sencillo. Netflix lo demuestra con su anuncio de que ahora tendrá publicidad dentro de su plataforma. ¿Es el regreso a la televisión de paga, sólo que on demand?

A mí me queda claro que para Neflix desde hace tiempo cantidad es más importante que calidad. Si bien en sus inicios, el sello de producción original de la plataforma equivalía a que estaba bien pensado y que era calidad, hoy por hoy no me dice nada. La verdad es que estar al corriente con todo lo que está en tendencia ya es materialmente imposible. Y muchas veces hay que tomar los productos de las plataformas de streaming con pincitas, ya que nunca sabremos si van a seguir o no. Un ejemplo muy reciente es la cancelación de la serie First Kill, basada en un cuento de V. E. Schwab. Si bien la primera temporada de 10 episodios tuvo millones de vistas en su fin de semana de estreno y fue parte del top 10 en varios países, se anunció que no habrá segunda temporada. No es la primera vez que aunque pareciera ser una serie con un fandom fuerte, es cancelada (se me ocurre de inicio Sense 8, aunque también podemos pensar en Cowboy Bebop que si bien no me emocionaba al menos nos trajo nueva música de Yoko Kanno o la serie de El Cristal Encantado que era una belleza visual).

No es tema nuevo entre mi novio, mi hijo y yo que la cantidad de contenido actual me satura y tal vez por eso prefiero ir lento con ponerme al corriente con las cosas que hay o, mejor aún, ver cosas que ya terminaron. El boom del contenido del MCU por ejemplo, es algo que me rebasa. Cuando salía una o dos películas por año, me emocionaba porque poco a poco estaban construyendo un gran rompecabezas. Hoy que simplemente en 2022 hay proyectas más de 70 horas de contenido entre series y películas, la verdad me da mucha pereza invertir mi tiempo en un mundo que ya está un tanto de cabeza (porque el multiverso de Wanda no tiene nada que ver con el multiverso que nos plantea Loki, por ejemplo). Tengo demasiados libros en mi TBR y poco tiempo para canalizarlo en ello.

Encima de todo lidiamos también con las licencias. Hay que andar muy al pendiente de qué plataforma (si es que alguna) tiene los permisos para transmitir alguna serie o película. Este año lo he aprendido a la mala. Al dirigir un club de lectura que al mismo tiempo es cineclub, debo estar revisando con frecuencia en qué plataforma está la peli que vamos a ver. Me pasó por ejemplo que cuando leímos a Shakespeare para ver después 10 cosas que odio de ti descubrí que ya no estaba en Netflix, sino en Disney+. Ha habido películas que debo rentar en YouTube porque si bien cuando hice mi ruta de lectura a inicios de año encontré que las películas estaban en tal o cual plataforma, al momento de tener que transmitirla ya no estaba.

El llamado infierno de las licencias, como le dice G, es tremendo. El universo de Marvel lo ha vivido con Spiderman por ejemplo. Ahora que Paramount+ liberó una nueva serie de Star Trek, los contenidos de la franquicia que estaban en Netflix migraron a Paramount+. Yo lo he vivido mucho con el anime. Cowboy Bebop estuvo en el infierno de las licencias, donde parecía que estaba destinado a vivir hasta que Netflix sacó el (fallido) live action el año pasado. Antes de eso, era imposible ver (de forma legal) el legendario anime de veintipocos episodios.

Este infierno no respeta. Los videojuegos también lo padecen: el videojuego PT, que poco después de revelar que era un playable teaser de un Silent Hill resultó que no vería la luz a pesar de ser un proyecto con grandes nombres involucrados como Hideo Kojima y Guillermo del Toro, puesto que Kojima tuvo diferencias con Konami y abandonó el proyecto. Poco después de eso se anunció que el teaser no entraría en el catálogo retrocompatible de Playstation y desapareció de la tienda. Ahora pareciera más una leyenda urbana que una demo que en serio existió.

Con todo este panorama me cuestiono si no será momento de retomar la tradición de comprar nuestros productos culturales. Música, películas y series que se han volcado al streaming podrían desaparecer de internet en cualquier momento, sea por la quiebra de la plataforma, por pleitos de licencia o simplemente por no poder costear tener todas las plataformas a la mano. Si uno de verdad ama el producto ¿debe poseerlo físicamente? Volver a comprar CD’s, DVD’s y demás, retornar a los videoclubes ¿es acaso el futuro real? No lo sé, pero de menos es cada vez más antojable para mí Ustedes, ¿qué opinan?

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Vanessa Puga

“Hummingbird girl, running on caffeine.” | Vivo del lenguaje, la redacción y las redes sociales | social media manager y profesora | bruja bibliófila | geek