Tenemos cómo solucionar si hay algún problema

PEQUEÑAS DONACIONES GEF
6 min readJul 10, 2018

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Mujeres piangüeras del río Naya

El grupo de mujeres piangüeras del río Naya presentaron su propuesta al PPD a través de la Institución Educativa Técnico Agropecuaria Raúl Orejuela Bueno. Contaron en esa propuesta que se venía adelantando un proceso con la CVC, la autoridad ambiental del Valle del Cauca: Las piangüeras del rio Naya se han organizado en alianza con la CVC para el cuidado y protección del ecosistema manglar, para así conservar la piangua como recurso asociado, ya que este es base fundamental para la seguridad alimentaria[1]. Dos años después, Elfrida contó que:

Con este proyecto es la primera vez que implementamos los acuerdos de descansos voluntarios y ahora tenemos más unidad en el proceso de la piangua y estamos más empoderadas como mujeres. Antes lo hacíamos solo por las aguas, pianguábamos en la puja y dejábamos descanso en la quiebra. Hicimos una reunión aquí en Santa Cruz, con el apoyo de la CVC, para planear los descanso voluntarios. Tuvimos bastantes discusiones. Eso fue un día entero de taller y llegamos a un acuerdo que sí había que hacer los descansos y quedamos en que no íbamos a pianguar y durante ese tiempo íbamos con las otras actividades. Iniciamos con descansos de un mes y después de dos meses. Ahora el descanso es según el tiempo; descansamos mes de por medio, pero hay gente que no se acoge a los descansos y bajan los forasteros, son pocos pero la CVC debería hablar con ellos”.

Comunidad de Santacruz, río Naya

Contó también que han tenido que enfrentar violaciones de los descansos voluntarios o vedas tanto de externos como de personas de la misma comunidad:

“Las que no estaban en el momento que se tomo la decisión igual se les ha informado, pero no quieren colaborar. Ellas nos dicen “ustedes son las que están comiendo del gobierno, yo me voy a pianguar”.

Estos acuerdos de descanso voluntario han mostrado o nos han permitido darnos cuenta que por más que hagamos acuerdos internos, no funcionan si los de las otras comunidades no cumplen o no quieren participar en los compromisos. Nosotras habíamos establecido unas sanciones para las mujeres de la comunidad que no cumplen los acuerdos, pero no hay un mecanismo para hacer cumplir con los de fuera de la comunidad. Han discutido en múltiples ocasiones sobre las posibles alternativas para la conservación y extracción de la piangua; la gobernanza y control territorial; el papel de la CVC y del consejo comunitario y sus reglamentos internos. Han discutido sobre quién es o quién debería ser la autoridad ambiental en el territorio. Han contemplado la posible implementación de iniciativas de monitoreo o de cría en semi cautiverio en zonas con mallas.

Marciana Panameño, integrante del grupo de mujeres piangüeras del río Naya

Si bien toda la problemática del manejo sostenible del manglar y la piangua sigue vigente en su territorio y el de otros consejos comunitarios, la implementación del proyecto les ha permitido avanzar como organización tanto en el “pianguar sostenible” como en el establecimiento de actividades productivas alternas que les permitan implementar los descansos voluntarios sin sufrir apuros económicos. Esos avances se lograron basados en unos cambios profundos que estas mujeres han tenido en los últimos dos años.

Evaliceth mencionó que:

“Como personas ahora estamos más unidas. Estamos más luchadoras, echadas para adelante. Por ejemplo, decimos que vamos a vender y vendemos todas. Ahora las mujeres ya están como despiertas, como activas. Ellas mismas proponen. Algunas casi no proponían, todo era lo que las demás digan, lo que las demás hagan. Ahora no; ahora dicen “no hagamos tal cosa y tal otra”, tienen ánimos de seguir adelante. Ana Francisca reflexionó sobre su comportamiento en periodos anteriores: Este proyecto a uno le ha dado más animo, le ha dado más a la mente. En lo anterior éramos como unas niñas infantiles, nos comportábamos como unas niñas infantiles y ahora ya no somos así más. Si una compañera dice una idea, todas nos vamos a apoyarla. Lo que cambió es que nosotras éramos una gente, digamos, incomprensible porque si una compañera ponía una idea, la otra no se la iba a apoyar. Por eso es que uno tenia diferencias. Pero ahora si la compañera dice una cosa, la otra lo apoya, todo el grupo nos apoyamos. Hay mas compañerismo, antes nos tratábamos como niñas”.

Río Naya

Zenaida considera que el cambio fue por las capacitaciones, las charlas de convivencia. Don Cuervo aclaró que la profesora Lorna les daba muchas charlas en relaciones humanas y convivencia (Profesora el SENA que apoyó al grupo en trabajo con mariscos y panadería).

“También tuvimos capacitación en resolución de conflictos que vinieron con este proyecto y allí la gente se fue concientizando”.

Elfrida resaltó el aprendizaje adquirido como una forma de lograr mayor autoconfianza.

“Con este proyecto hemos adquirido más conocimiento; durante las salidas y los talleres que se hacen vamos adquiriendo más conocimiento. Vamos perdiendo el miedo. Hemos aprendido mucho y hemos hecho amistad con los otros de los 23 grupos. Nos hemos fortalecido mucho con este proyecto. En mi comunidad uno ve que ahora tenemos el congelador y podemos guardar pescado allí. Ahora tenemos un fondo de imprevistos, un fondo de ahorro. Antes teníamos la organización de mujeres pero no teníamos nada de eso”.

Elfrida Celorio, Integrante del grupo de mujeres piangüeras del río Naya

Don Cuervo compartió sus observaciones del grupo:

“Yo observo que entre ellas se reúnen y empiezan a hablar sobre sus microempresas y cuando uno se reúne con ellas es como una capacitación. En general se sienten más empoderadas y capacitadas, pero en esas capacitaciones no les ha dado certificados o diplomas y los necesitan para que las tengan en cuenta en proyectos”.

Aún hay retos, muchos, por enfrentar, tanto internos como externos. Evaliceth reconoce que:

“Este es el mejor proyecto que hemos tenido como en 9 años que hemos venido trabajando. Este es el único proyecto en el que hemos manejado informes, presupuesto, manejo de cuentas. En todos los proyectos la transparencia económica hace una gran diferencia. Hemos aprendido mucho, pero si no hay acompañamiento es difícil cumplir. Necesitamos capacitación para el tema de sistemas y administración de proyectos, porque todavía tenemos una dependencia alta de los acompañamientos. No obstante el reconocimiento a las limitaciones, ella también reconoce que haber constituido los fondos de ahorros e imprevistos fue un paso muy acertado: Ahora tenemos los fondos; hasta ahora no hemos tenido que usar el fondo de ahorro e imprevistos. Si alguna cosa, tenemos como solucionar si hay algún problema. Pero principalmente el cambio se refleja en su fortalecimiento como grupo: Somos de la misma comunidad, casi todas somos sobrinas, tías y tenemos lazos familiares, y eso facilita que nos podamos comunicar. Ahora también tenemos cámara de comercio. Ahora somos grupo con pie firme”.

Evaliceth Garcés, Integrante del grupo de mujeres piangüeras del río Naya

Los autores de esta historia participaron en el taller de historia de cambio más significativo realizado en la Vereda Santa Cruz del Naya, el 17 de marzo de 2018.

Autores: Ana Francisca Medina, , Danny Mina, Elfrida Celorio , Evaliceth Garcés Garcia , Felicidad Mina, Ilda María Zamora, Lucia Mina, Luciana Mina, Luz Mery Medina, Luz Mery Mosquera, Luz Nelly Medina, Ruby Mosquera, Soraida Angulo, Zenaida Angulo. (Mujeres recolectoras de piangua del Consejo comunitario río Naya) y Nolberto Rodriguerz (Don Cuervo).

María Elfi Chaves, Constanza Ríos y Rafael Arroyo. ( Consultores proyecto PPD -FUNDAPAV).

[1] Propuesta presentada al PPD convocatoria para el Paisaje de Pacífico Centro en 2015.

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El PPD GEF/PNUD Colombia, da apoyo técnico y financiero a proyectos ambientales que fortalecen capacidad local y modos de vida sostenibles.