Mejorando la vida en Cerrito, una comida a la vez

Poverty Stoplight Team
Poverty Stoplight
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4 min readApr 3, 2019

El 16% de las familias en Cerrito viven en extrema pobreza. Esto significa que sobreviven con 102 dólares al mes. Sin embargo, como ya sabemos, la pobreza no es solo la falta de recursos financieros. También involucra muchos tipos de deficiencias, como los hábitos alimenticios de una familia y, en consecuencia, su salud general. Es por eso que la Fundación Paraguaya se unió a Monsanto para lanzar el proyecto Semillero del futuro proyecto en Cerrito, Benjamín Aceval. En diciembre de 2018 y enero de 2019, nutricionistas y voluntarios profesionales visitaron comunidades indígenas en Cerrito para observar más de cerca los hábitos alimenticios de 113 familias que participaron en el proyecto del Semáforo.

Las familias que indicaron en su encuesta del Semáforo que se encontraban en rojo en el indicador “alimentos nutritivos” fueron elegidas para participar durante esta fase del proyecto. Estar en rojo en este indicador significa que durante el transcurso de la semana anterior, al menos un miembro de la familia se fue a dormir con hambre o se vio obligado a saltarse una comida debido a la falta de dinero o comida. Amarillo significa que la dieta de la familia carecía de al menos un alimento saludable como fruta o huevos. El proyecto Semillero del futuro apunta a mejorar las vidas de estas familias afectadas al hacer que los alimentos seguros y nutritivos sean más accesibles, explicando cómo las familias pueden mejorar sus dietas y enseñando a las mujeres y los hombres cómo pueden manejar su propia huerta y/o granja. Esto no sólo proporciona a las familias productos frescos, leche, huevos y carne, sino que también brinda una buena oportunidad para generar más ingresos porque pueden vender sus productos a vecinos y otras familias. Con Monsanto donando 15,500 dólares, la Fundación Paraguaya pudo contratar a un nutricionista y un ingeniero agrícola. Los fondos también permitirán que la Fundación organice capacitaciones sobre nutrición, mantenimiento de huertas y/o granjas, y administración de pequeños negocios.

Un paso muy importante en el proceso fue observar más de cerca los hábitos alimenticios de las familias. Durante cuatro días, la nutricionista Ana Laura Melgarejo Bogado y los voluntarios de la Fundación Paraguaya Ada, Mary y Walter visitaron a cada familia para explicar el proyecto, así como también medir y pesar a las madres y a 40 niños entre 0 y 5 años de edad. Solo el 27.4% de las mujeres demostró tener un peso saludable, y el 37.2% era obeso. Otro 31% tenía sobrepeso y 1,8% tenía un peso menor al ideal. 12 mujeres no estaban en casa durante las visitas.

Para la nutricionista Ana Laura, estas cifras muestran la importancia del proyecto en Cerrito. “Muchas mujeres simplemente no saben lo que deben o no deben comer para mantener una dieta saludable. Solo les falta información y conocimiento. Le expliqué a cada mujer cómo debería ser una comida saludable con la ayuda de una foto que mostraba un plato con verduras, carne y carbohidratos. Distribuimos copias de esas imágenes para que las recuerden cada vez que las miren.” La imagen muestra que el 50% de su comida debe consistir en verduras, 25% de granos y 25% de carne. “Mucha gente consume demasiada grasa, arroz o pasta y casi no come verduras. Por lo general, tampoco viven un estilo de vida muy activo “.

En algunos casos, el problema no es tanto la falta de conocimiento. Algunas familias simplemente no pueden darse el lujo de comer bien. “Creo que es una buena idea que les enseñen a manejar su propia huerta o pequeña granja. Es un ganar-ganar “, dice Ana Laura. Ser dueño de sus propios animales y trabajar en su propia tierra ayudará a las familias a tener acceso a alimentos saludables: pueden comer más frutas, verduras, cereales, huevos y carne de forma fácil y económica. También pueden vender productos y, al hacerlo, generar más ingresos. Las familias que están en rojo o amarillo para el indicador “alimento nutritivo”, a menudo están en rojo o amarillo para el indicador “ingreso” también. Mejorar este indicador será más fácil si las familias tienen sus propios jardines y/o crían animales.

Algunas familias ya sabían que necesitaban cambiar sus hábitos y muchas mujeres también estaban muy ansiosas por aprender de Ana Laura: “Algunas mujeres me dijeron que ya saben que ellas y sus familias deberían comer mejor, por lo que estaban interesadas en aprender más sobre alimentos saludables”. Con solo el 27,4% de las mujeres con un peso saludable, es seguro decir que todavía hay mucho trabajo por hacer. A través de las capacitaciones y ayudando a las familias a poner en marcha sus huertos familiares y pequeñas empresas agrícolas, la Fundación Paraguaya espera que el indicador “Alimento Nutricional” pronto se vuelva verde. En cuanto a la nutricionista Ana Laura, regresará para ver cómo progresa la situación. “En aproximadamente 6 meses, los voluntarios y yo visitaremos a cada familia nuevamente y mediremos y pesaremos a las mujeres y los niños para ver si su situación ha mejorado”.

Escrito por Yolanthe Van Endert, Iniciativa Cerrito.

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