Crítica — Arte contemporáneo

‘Infantería’: Los niños de la guerra

En su doble acepción de pobreza, el infante es el que no habla o el que está a pie, valido de los limitados recursos que fronterizan con su piel. Así, en evolución hacia un estilo brut, salvaje Basquiat -pero sórdido-, militarizado, institucionalizado (piense el lector en el Borda, en el Moyano, y tendrá una idea), Infantería es el lenguaje apenas articulado de un cuerpo de obra aterrado de mortalidad: en sus pasillos se murmura como en los pasillos de los hospitales, donde la corrosión y la enfermedad, el proceso del hueso al carbón, se siente en el aire como el azúcar impalpable, hacia el fondo de la garganta, en la boca del estómago; la angustia.

Pintura, arte digital que simulan crayones, espontaneidad infantil, los trabajos de Gustavo Schwartz fascinan con su aterradora, descarnada honestidad.

Dice la sabiduría que el arte puede ser una red donde dejarse caer, a precio de ir tejiendo la propia malla a medida que se cae. Entonces, dependerá del artista salvar su propia vida. Agregaría Kierkenietzsche que quien cree ya está cayendo, que arrojarse es una prueba a nadie, en última instancia a Dios, de su propia fe. Así, todos cayendo, irremediablemente, vivos. Así, creyentes implícitos, caigamos.

> En Galería Arcimboldo — Arte contemporáneo. Desde el 6 al 28 de Julio del 2016, de lunes a viernes de 16 a 19 hs.