Crítica | Teatro
El último y más hermoso beso del mundo
Sobre ‘En La Pampa esta noche’
Quiero ensayar una semiótica de la geografía de En La Pampa esta noche (digo ‘quiero’, digo ‘digo’, este exceso de primera persona, este atrevimiento, serán disculpados). Quiero señalar estos dos deícticos que denuncian su condición de ser indicaciones cinematográficas (dónde: en La Pampa; cuándo: esta noche). Quiero señalar que hay un monólogo que rompe la fantasía de la cuarta pared. Decir que En La Pampa… es mucho más compleja de lo que aparenta.
Empezar por lo obvio: que hay tres espacios que son el dormitorio de la intimidad, el pasillo del trabajo proveedor (un hospital), y una zona de transición entre ambos que es también el paño donde se proyecta la interioridad de los deseos, y es un poco la zona franca de todos los baños públicos donde viven, en forma de versos, los poemas visuales del protagonista.
Un juego de luces recorre la hora y minutos de la pieza, va sombreando y subrayando con paciente eficacia. Hay detrás o, mejor, arriba de todo esto, una historia que es sobre el amor y el tiempo. Sobre la resistencia, sobre los sueños, sobre el desgaste. Hay, en general, un cuadro enorme, un tríptico medieval sobrecargado, que suplica mirar con detalle de lupa cada uno de los mínimos personajes: que son los dos que están en escena, y son también todos los pequeñísimos relatos que se van dejando caer como frutas maduras, los sutiles gestos en los ojos, en las bocas.
En La Pampa… es una obra para estar atentos, pero se gana esa atención requerida con la fuerza del interés que despierta. Si tuviese que -si se pudiera- resumirla con un solo término, podría ser ‘sutil’. Es un trabajo sutil que va armando, con la fuerza de una musicalización cuidadosamente potente y el hilo de un texto que tiene mucho de literatura, una ficción estremecedoramente realista en la que, justamente, la realidad es lo menos importante. Chapeau!
En La Pampa esta noche, de Luis Loyola Cano. Dirección de Lorena Ballestrero. Con Pablo Kusnetzoff y Ale Ojeda. Escenografía de Pia Drugueri y luces de Ricardo Sica. En El Extranjero, los viernes a las 20.30 hs. Entradas de $ 250 a $ 400. Hasta el 23/08/2019.
