Crítica | Teatro → Parrandera’s
La milagrosa
Otro rapto de otra diosa que desata otra guerra. Hoy, miles de años después, una guerra de clases y de “clase”: lo alto contra lo bajo, la ciencia contra la magia. Obsesionados todos los hombres-perro, los hombres cazadores, pasan por alto, ignoran, el Deseo de la protagonista, la tironeada, la tratada como una cosa que se lleva y se trae. Será así que se vaya preparando el futuro mito, el relato de cómo una chica bien de la Capital acabó convirtiéndose en Santa.
La mise-en-scène se desarrolla sobre un fondo rural, en el interior de una humilde casita donde habitan tres hombres tan rudos como bobos que forman, como proyecto paralelo, una banda de música que a veces parece una iglesia evangélica. Hasta aquí es que llega el hermano de la (presunta) víctima para realizar un rescate que nadie quiere.
El conflicto civilización/barbarie puede rastrearse hasta los cimientos mismos de este matadero que llamamos país (¿el equivalente hoy a populismo/republicanismo?) y Parrandera’s lo aborda con gratificante humor y sólidas composiciones que toman cuerpo en personajes grotescos y queribles, sobre un fondo (dentro de una atmósfera) de composiciones plásticas globales que envuelven completamente a la platea y la hacen sumergir en un mundo de fantasía musical y baile de pueblo.
Cierto prejuicio generalizo sobre las motivaciones que empujan la ética de los personajes se ve complejizado hacia el final, cuando ve la luz un brote de sacrificio, misterio sagrado y posible redención. Lo que apunta a una deontología que paga el obrar por obligación con la libertad. Pero, así como romper un átomo genera una explosión atómica, intentar quebrar ciertos lazos, separar ciertos vínculos, puede ser también la chispa que encienda la vorágine de una pueblada, el fuego de una revolución.
En Espacio Polonia, los sábados a las 20.30 hs. Entradas a $ 150. Hasta el 28/06/2017.
