Crítica | Teatro → En el columpio
La vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad
Empezar por notar que se ha producido una inversión del sentido común en la producción material de la pieza de teatro como objeto real del mundo: que allí donde la sospecha hubiera colocado, por economía u oficio, unos trazos denotativos hay, en cambio, una gigante estructura metálica al modo de las esculturas site specific. Y contra los recursos de la costumbre hay toda una reelaboración estética sobre los objetos cotidianos: dogvillizados, vueltos textura de tierra y aspereza, muebles y cosas y casas, ventanas y paisajes, se construyen a la vista en un hipo de artificio y satisfacción por la innovación. Este juego entre lo obvio y su contrario es también un espejo de la situación que atraviesa el trío protagonista (o, mejor: la situación por la que los personajes son atravesados): como la canción de la chiva y la inercia de la hamaca, que pueden continuar mientras se mantenga una ligera disposición, la vida de pueblo de tres chicos de treinti se encuentra en una encrucijada en la que tienen que elegir entre continuar o cambiar de rumbo.
Hay una paleta de tonos tristes en la literatura de Fariña que, sin el regodeo emo ni la obvia y explosiva militancia revolucionaria de los discrepantes, lleva de la mano una tonelada de depresión y la coloca sobre el escenario para ponerle cara y nombre a un accidente que no termina: un segmento de la montaña rusa se ha salido y los personajes descarrillados flotan en una nada de incomprensión y tristeza: “el tiempo me escupió en la cara y se fue”, se les oye decir, con razón.
A pesar de lo que parece, la obra tiene la ligereza y agilidad de una construcción perfecta: sus 70 minutos transcurren con la necesidad de una narración convocante, en la que las acciones no se pueden prever, y logra contestar las preguntas que plantea. Collardin, Filgueira Oria y Ghizzoni componen criaturas sólidas en su unidad, de una sensibilidad profunda y contagiosa. Todo está ahí servido y acomodado para acercarse y dejarse levantar y hamacar por el columpio. Pero, atención: si se va distraído puede que también golpee con fuerza.
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En El Estepario, los jueves a las 21 hs. Entradas $ 160/180. Hasta el 28/07/2017.
