Doctrina Spykman, la estrategia estadounidense para controlar el mundo

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10 min readJul 11, 2024

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La estrategia geopolítica de Spykman.

1 — Contextualización del personaje

El principal geoestratega estadoundiense del siglo XX, nació en Ámsterdam en 1893 y murió en los Estados Unidos en 1943. Fue un periodista y profesor universitario estadounidense de origen neerlandesa, considerado como uno de los padres de la geopolítica estadounidense. Hizo sus estudios superiores en la Universidad de California y fue profesor de la Universidad de Yale, donde dirigió el Instituto de Estudios Internacionales, entre 1935 y 1942. Murió todavía joven, con 49 años, y dejó apenas dos libros sobre la Política exterior estadounidense: el primero, America´s Strategy in Word Politics, publicado en 1942 y, el segundo, The Geography of the Peace, lanzado un año después de su muerte, en 1944. Dos libros que, se han transformado, en la piedra angular del pensamiento estratégico estadounidense de toda la segunda mitad del siglo XX y del inicio del siglo XXI.

En lo profesional, recibió influencias de Halford John Mackinder y Alfred Thayer Mahan y, a su vez, influenció, a George Frost Kennan, Henry Alfred Kissinger, John Foster Dulles y Zbigniew Brzezinski. Más recientemente, siendo una fusión entre el geólogo inglés Mackinder y el político apátrida Kalergi, las ideas del estadounidense Spykman, se ven reflejadas en la recién autolanzada Doctrina Fehlinger del Fundador del Comité Europeo para la Ampliación de la OTAN para los Bálcanes y el Este Europeo, personaje que defiende, abiertamente, el expansionismo de la Unión Europea y la OTAN, además de la balcanización de cualquier actor estatal que no acepte los dictados del Arco Transatlántico de la Anglósfera.

Nicholas Spykman no fue un científico, fue un geopolitólogo y la geopolítica, como sabemos, no es una ciencia propiamente dicha, sino consiste en una relevante disciplina que estudia la relación entre el espacio y la expansión del poder, anticipando y racionalizando las decisiones estratégicas de los países que ejercen poder fuera de sus fronteras nacionales, abordando los recursos naturales, el territorio en correlación con el reparto de poder. Académicamente, la geopolítica analiza la historia y las ciencias sociales con referencia a la geografía y la política, que sincreticamente, vinculando la territorialidad con las prácticas políticas, establecen un campo separado de estudio, investigación y academia.

2- Escuelas de Geopolítica

Por eso, sólo existe producción geopolítica relevante en las llamadas ‘grandes potencias’, con, cada una de ella, teniendo su propia escuela geopolítica, con sus preocupaciones, objetivos y racionalizaciones específicas. Tal el caso clásico de la ‘escuela geopolítica alemana’, de Friederich Ratzel y Karl Haushofer, con sus teorías del ‘espacio vital’ y del ‘pangermanismo’, que, remontándose al artífice de la unificación alemana en la época de consagración de la Primavera de los Pueblos, Otto Von Bismarck, sirvieron de punto de partida para explicar la ‘necesidad geográfica’ de la integración estatal alemana para romper con el orden geopolítico asfixiante protagonizado por el Congreso de Viena de 1815.

También podríamos recordar la ‘escuela geopolítica mexicana’ de orientación iturbidista, que sería rescatada por el Porfiriato, de un México soberano y protagonista en el escenario mundial. Para ello, Don Agustín de Iturbide, el artífice de la soberanía plena de la Gran Patria Mexicana (Nación norte-centroamericana), sostenía la necesidad de mantener el control mexicano en el bastión sureño chapín, como proyección mexicana en Sudamérica, preservando un estatus quo de actor relevante y protagónico continental, elemento clave para convertirse en Big Global Player. Además, el iturbidismo, por así decirlo, defendía la necesidad de establecer gran parte del Caribe, como Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, bajo la esfera política de influencia natural bajo el espacio vital de Seguridad Geoestratégica de la Mexicanidad ampliada.

Otros ejemplos similares serían los casos europeos, como las escuelas geopolíticas serbia, búlgara, griega y rumana, que, con sus respectivos irredentismos, Gran Serbia, Bulgaria Mayor, Enosis-Gran Idea y Gran Rumania, respectivamente, anhelan tener una mayor proyección en el mundo, anhelando una especie de establecimiento de un bloque geopolítico ortodoxo cristiano oriental regional, que sea un polo de poder naciente, bajo un mundo sostenido por la lógica multipolar. Los exponentes más representativos de esas tendencias son, el rumano Ion Antonescu (anclado a una concepción legionaria), personaje que, en 26 años obtuvo lo que el ethos rumano persiguió por un milenio; Eleftherios Venizelos, el político más importante de la Grecia moderna, ejerciendo como primer ministro del país en siete ocasiones, la primera en 1910 y la última en 1933, siendo un gran defensor del sentimiento nacional irredentista griego en los siglos XIX y XX, que pretendía unir a todos los griegos en un solo Estado-nación, con su capital establecida en Constantinopla. Slobodan Milošević, personificación del renacimiento cultural-geopolítico chetnik serbio y Volen Nikolov Siderov, que encarna el revanchismo revisionista territorial búlgaro, son otras figuras nacionalistas recientes que también abogan y comparten estas visiones.

La ‘escuela goeopolítica rusa’, por su vez, recientemente anclada en los idearios duguinistas, se remontan al proceso de unificación estatal proyectado por el Principe Iván, tras los asedios perpetrados por la Horda Dorada, que esclavizada ciudades y poblados enteros, secuestrando y torturando muchos rusos étnicos. Toda la estructuración estatal de proyectar poder, lo máximo posible lejos del centro del Imperio, se ha convertido, en una de las prioridades de la Política exterior rusa, algo elevado a la condición de Seguridad Nacional, todo vinculado con la lógica de remontarse su historia con la Rus de Kiev. No en vano, irse por partes de Ucrania (frontera) para Rusia es como irse por su alma existencial.

O también, para terminar, como el caso de la ‘escuela geopolítica inglesa’ de Halford Mackinder, con su famosa tesis de que “quien controla el corazón del mundo (situado más o menos entre Berlín y Moscú) controla también la isla mundial (Eurasia), de manera que, quien controla dicha isla, controla el mundo”. Teoría que sirvió de base para justificar la Política exterior inglesa durante todo el siglo XX y su permanente veto y bloqueo de cualquier alianza, entre Alemania y Rusia. Dentro de esta tradición, no hay dudas que, Nicholas Spykman, haya sido el padre de la ‘escuela geopolítica estadounidense’. Partió de las ideas de Halford Mackinder, pero modificó su tesis central: para Spykman, quien tiene el poder mundial no es quien controla directamente el ‘corazón del mundo’; es quien es capaz de cercarlo, como los Estados Unidos hicieron durante toda la Guerra Fría y lo siguen haciendo, dicho de paso, hasta nuestros días.

No en vano, uno de los 4 grandes obstáculos a la construcción y consolidación de la multipolaridad es precisamente, las 840 bases militares estadounidenses a lo largo del globo terráqueo. Spykman escribió sus dos libros antes del ingreso de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial y, por eso, llama la atención su genial capacidad de prever lo que ocurriría después de la Guerra, tanto en lo referido a la semejanza entre sus propuestas estratégicas y a la Política exterior que Estados Unidos adoptó, efectivamente, durante la segunda mitad del siglo XX en Europa, Asia y América.

En 1942, Nicholas Spykman defendió la necesidad de una alianza estratégica y de una hegemonía conjunta anglo-estadounidense para ‘dirigir el mundo’ después del fin de la Guerra, como de hecho ocurrió en San Francisco, en Bretton Woods y en la formulación de la Doctrina Churchill-Truman del ‘telón de acero’. Además, Spykman defendió la necesidad de que, los Estados Unidos, reconstruyesen y protegiesen a Alemania, después de la Guerra, para facilitar la ‘contención’ de la Unión Soviética, como aconteció durante toda la Guerra Fría. Y defendió también, la necesidad de reconstruir y proteger al Japón, para enfrentar la amenaza futura de China, que era en la época, el principal aliado asiático de Estados Unidos. Finalmente, Spykman se opuso al proyecto de unificación europeo, tutelado por los Estados Unidos, defendiendo el mantenimiento del equilibrio de poder europeo tutelado por los Estados Unidos, como viene ocurriendo, cada vez más, tras la caída del Muro de Berlín, con la ampliación del proyecto kalergista, que somete el continente a la condición de un Puerto Rico 2.0.

3- Spykmanismo geopolítico, la proyección mundial estadounidense

Spykman es un discípulo crítico de Alfred Thayer Mahan​ y un continuador del enfoque geoestratégico de Halford John Mackinder. Este último, al igual que Mackinder, considera que nuestro planeta tiene un “corazón”, un heartland, una zona considerada como el centro geográfico de moda, el que está rodeado de un “anillo de tierras (“tierras del borde” o rimland), que es necesario controlar. Contrariamente a Halford Mackinder, Spykman no piensa que el heartland, “ese pivot geográfico del mundo”, esa centralidad según un enfoque económico-geográfico, se encuentre localizado en Europa central y Rusia, sino en una zona periférica, sobre el litoral o sobre una cuenca. Según él, el centro del mundo está compuesto de tierras litorales, las coastlands de Mackinder a las que llama “borde de tierras” o “anillo de tierras” o “borde de cuencas”, el rimland. Este territorio periférico estaría atrapado entre el corazón europeo (Alemania, Rusia), y los mares tutelados por los ingleses). Por eso, es necesario controlar todo el Cinturón del Arco de Eurasia, que comprende, además del gigante germánico, la ortodoxía oriental europea, el Bilad de Sham, Etiopía, Irán, India, China y Rusia, además de Japón, para cercarlos.

Spykman piensa que los Estados Unidos, de una manera o de otra, deben controlar los Estados de este rimland, con la finalidad de imponerse como superpotencia y, asím dominar el mundo. El contexto de la Segunda Guerra Mundial obligó a los estrategas estadounidenses a evitar la propagación y el fortalecimiento de la Segunda Primavera de los Pueblos, especialmente más allá del heartland, actuando en consecuencia para detener cualquier ascensión de un polo de poder independiente. No en vano, se dio a cabo, una fuerte agresión por parte de la Política exterior estadounidense contra el ímpetu del Movimiento de los Países No Alineados.

Y, dada la subsiguiente derrota de Italia, Alemania, Japón, Rumania, entre otros, en la Segunda Guerra Mundial, además de los pocos logros del Movimiento de los Países No Alineados, esta estrategia se adaptó a la nueva situación, estableciéndose entonces una política llamada de contención (containment policy), orientada ahora a entorpecer la ampliación de la influencia soviética más allá de las fronteras del “corazón del mundo”. Los Estados Unidos sostienen y apoyan entonces a Turquía (kemalismo), Irán (entre 1941 y 1951 y de 1953 a 1967) y Japón, entre otros, para así, enfrentar el retraimiento de las potencias europeas (muy debilitadas por la guerra) de las zonas de Asia Occidental, Norte africano y extremo oriente.

4- La vinculación de la teoría de Spykman con la Doctrina Monroe, la jaula neomonroísta, una cárcel geopolítica unipolarista

Y con relación a América, ¿qué fue lo que previó y propuso Nicholas Spykman? Sobre este punto, llama la atención el gran espacio que él dedica en su obra a la discusión de América Latina y, en particular, a la lucha por Sudamérica. Dicha personalidad, parte de una separación radical, entre la América de los anglosajones y la América de los latinos. En sus palabras, “las tierras situadas al Sur del río Grande constituyen un mundo diferente del Canadá y los Estados Unidos. Y es algo desafortunado que, las partes de habla inglesa y latina del continente, tengan que ser llamadas igualmente América, evocando una similitud entre las dos que de hecho no existe.

Parte como legado de la mutilación de la Gran-Colombia, el país debe seguir bajo el control geopolítico estadounidense.

En seguida, Spykman propone dividir el mundo latino en dos regiones, desde el punto de vista de la estrategia estadounidense para el subcontinente; una primera, mediterránea, que incluiría a México, América Central y el Caribe, además de Colombia y Venezuela; y otra, que comprendería a toda Sudamérica, debajo de Colombia y Venezuela. Realizada esta separación geopolítica, Spykman define la América mediterránea, como una zona en que la supremacía de Estados Unidos no puede ser cuestionada. A todos los efectos, se trata de un mar cerrado cuyas llaves pertenecen a los Estados Unidos, lo que significa que, México, Colombia y Venezuela (por ser incapaces de transformarse en grandes potencias, estando dominados por el Tío Sam), quedarán siempre en una posición de absoluta dependencia de los Estados Unidos.

Reparto continental por Spykman.

Donde, cualquier amenaza a la hegemonía estadounidense en Iberoamérica deberá venir del Sur, en particular de Argentina, Brasil y Chile, la región del ABC. En las palabras del propio Spykman: “para nuestros vecinos al Sur del río Grande, los estadounidenses seremos siempre el ‘Coloso del Norte’, lo que significa un peligro, en el mundo del poder político. Por esto, los países situados fuera de nuestra zona inmediata de supremacía, o sea, los grandes Estados de Sudamérica (Argentina, Brasil y Chile) pueden intentar contrabalancear nuestro poder, a través de una acción común o mediante el uso de influencia de fuera del hemisferio”. Y en este caso concluye: “una amenaza a la hegemonía estadounidense en esta región del hemisferio (la región del ABC) tendrá que ser respondida mediante la guerra”. Lo más interesante es que, de no haber sido hecho todos esos análisis, previsiones y advertencias por parte de Nicholas Spykman, factor vinculado al modus operandis de Washington, parecerían una bravata de algunos de estos ‘populistas latinoamericanos’, que inventan enemigos externos y que se multiplican como hongos, según la retórica unipolarista, que, en nuestra Mayúscula América, configura un claro caso de masoquismo geopolítico.

Mar Caribe, considerado el Mar Mediterráneo del Continente Americano, Seguridad Nacional para el Tío Sam.

Fuentes Bibliográficas:

. 1944, The geography of the peace.

. Spykman, N., America´s Strategy in World Politics, the United States and the balance of power. Harcourt, Brace and Company, Nueva York, 1942 (pag. 46). 2.- Idem.pag. 60. 3.- Idem. pag. 64. 4.- Idem. pag 62.

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Geopolitical and geostrategic content with a multidimensional approach and a historical retrospective. International Relations, History and Geopolitics.