Quiero llenar tus zapatos

Mi hija me mira como un modelo a seguir. Es una enorme responsabilidad lograr que esos zapatos sean algo que vale la pena llenar.

Hace unos días mi hija, como cualquier niña, se probó algunos de mis zapatos. Traía una muñeca en la mano y jugaba a ser mamá. Me encantó verla jugar así y al mismo tiempo pensé en lo que ese pequeño juego representa para ella y la enorme responsabilidad que significa para mí. Como parte de su aprendizaje y desarrollo como persona, juega a interpretar diferentes papeles. Puede ser princesa, Frau (en su vocabulario equivale a maestra), doctora, pirata, cocinera y también mamá. Jugar es la manera en la que un niño crea su propia entendimiento del mundo y su lugar en él. Desarrolla sus habilidades sociales, emocionales y físicas. Que importantes son entonces los modelos que escogen para imitar.

En ese juego de mamá vi reflejadas muchas actitudes mías hacia ella y su hermano. Jugaba a darle de comer a su muñeca, llevarla a la escuela, a leerle cuentos, a cocinar. Pero también hubo un momento en el que su hermano quiso jugar con ella y le dijo: “ahora no puedo jugar contigo, tengo mucho trabajo que hacer”. El otro se desilusionó y empezó a llorar. Para mí fue un déjà-vu en miniatura, una situación que vivo a diario con ellos.

Su modelo de mamá no parece tan desatinado. Es una mamá presente que les da de comer, los lleva a la escuela, les lee cuentos, hace galletas y pasteles con ellos. También es una mamá que trabaja. Sin embargo no me encantó que tuviera tan presente el “ahora no, estoy ocupada”. Y aún así, es algo que sucede constantemente. Aunque hago todo lo posible para acabar con todos mis pendientes profesionales en el ratito que están en la escuela, me es imposible dejar las tardes libres para mis hijos. Irremediablemente algo sucede. Recibo una llamada, me consultan sobre algo ó hay un problema que resolver. Si quiero seguir siendo la profesional que soy, tengo que contestar, no me puedo dar el lujo de responder a quien me llama que mañana lo resuelvo. Eso es justo lo que uno tiene que decirle a su cliente para que ya no vuelva. Entonces trato de distraerlos con algún dibujo, juguete ó también, lo reconozco, el iPad. Distracciones que me compran cinco ó diez minutos de concentración y en los que puedo sacar alguna que otra cosa adelante.

Cuando me embaracé nunca estuvo en mi cabeza el convertirme en “desperate housewife” o “soccer mom”. Había trabajado mucho tiempo, había terminado dos carreras como para dedicarme solamente a mi casa y a mis hijos. Por lo tanto, lo que estoy intentando lograr, es que mis hijos sientan que estoy con ellos, que hago cosas con ellos, pero que también soy una mujer profesionista que sigue desarrollando su carrera. Trato de demostrarles en cada momento que cuentan conmigo, pero que también hay situaciones en las que necesito unos minutos para terminar algo que es importante para mi carrera. No me quiero sentir mal por decirles “ahora no, estoy ocupada”.

Pienso especialmente en mi hija cuando hago estas reflexiones. Para mi hijo la pregunta sobre si seguir ó no con su carrera después de tener hijos no se presentará tan naturalmente como posiblemente sucederá con mi hija. Si decide tener hijos se enfrentará a esta decisión y espero que en ese momento tenga a su lado un compañero como el que yo tengo en su padre. No podría hacer esto sin él. Una pareja fuerte que me apoya, que no espera que la casa esté reluciente y los niños bien bañaditos y peinados. Creo que lo más importante para él es llegar a casa y encontrarse con esposa e hijos felices. Y para esto necesitamos tiempo juntos, pero también necesitamos cada uno nuestro espacio para nosotros.

Cuando empezó el juego mi hija me dijo que quería llenar mis zapatos.

— Aún tienes mucho tiempo para llegar a eso — le contesté en ese momento. Ella me mira como modelo a seguir, quiere llenar mis zapatos. Para mi es una gran responsabilidad hacer que esos zapatos sean realmente algo que valga la pena llenar.

Originally published at bineku.com on May 14, 2014.