No, antiimperialismo no es socialismo.

Silence एक)))
7 min readDec 20, 2016

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Puede que sea por la “falsa nostalgia” de un bloque que rompa con la hegemonía capitalista bajo el liderazgo de la Unión Soviética socio-imperialista por lo que muchas personas y organizaciones del MCE tienden a aferrarse a ciertos estados como últimos bastiones del comunismo en el mundo. Hablaré de algunos aquí, me gustaría empezar por Corea del Norte.

Para los maoístas, el régimen establecido en el territorio conocido como Corea del Norte nunca ha sido socialista. Procedía de una legítima lucha de liberación nacional que, como muchos otros movimientos que estallaron en la misma época, triunfó en el contexto de la Guerra Fría, cuando de verdad existía un campo socialista que contrapesaba a las antiguas potencias colonialistas e imperialistas y donde había luchas independentistas por doquier en las que no siempre se formaba un estado socialista después de su triunfo, si no, en muchas ocasiones, cualquier estado que sirviese a los intereses socio-imperialistas soviéticos.

Después de la muerte de Stalin, Corea del Norte tomó una posición muy parecida a la de Vietnam o Rumania, negándose a romper su relación con los partidos soviéticos o chinos en el momento del Gran Debate que dividió el movimiento comunista internacional. El Partido de los Trabajadores de Corea se aseguró entonces de mantener relaciones formales y cordiales con ambos protagonistas.

Sin duda alguna el deseo de mantener su independencia por encima de todo siempre ha caracterizado la ideología promovida por el régimen norcoreano. El Primer Ministro, Secretario del Partido y fundador de Corea del Norte, Kim Il Sung, es oficialmente el autor de la ideología Juche (un término que a menudo se traduce como “autosuficiencia”) En palabras de Kim Il Sung, el Juche se reduce a “organizar y movilizar a todo el pueblo en la construcción de un Estado soberano e independiente … sin ser influenciado por teorías establecidas o experiencias extranjeras”. En cuanto a la meta del comunismo, la cual todavía estaba oficialmente en la agenda ideológica norcoreana- el dirigente sugirió que se alcanzaría principalmente “desarrollando las fuerzas productivas” y “revolucionando, clasificando e intelectualizando a todos los miembros de la sociedad y transformando así al hombre mismo en un hombre comunista. Como el revisionismo de Kruschev en la URSS, el Juche afirma el fin de las contradicciones antagónicas entre las clases y, por tanto, el fin de la lucha de clases como motor de la historia. El “pueblo entero” comparte un interés común, si no único, más fundamental que cualquier otro: el de “defender la patria”.

¿De que otro modo se puede ver el Juche si no como una idea absolutamente nacionalista? ¿Es absolutamente carente de un punto de vista proletario? ¿Llevó el constante maltrato imperialista a lo largo de la historia a formar tal idea? ¿Que lógica tiene renegar absolutamente de la lucha de clases?

Sin duda alguna, nace de un sentimiento independentista fuerte, de un sentimiento antiimperialista deseoso de romper cualquier cadena que pudiera atar la independencia del la nación a cualquier otro estado, sobreponiendo este sentimiento a la propia emancipación proletaria.

Tal como lo concibe Juche, la revolución ideológica es totalmente diferente de la Revolución Cultural Maoísta: según Kim Il-sung, “Enseñar a los miembros del partido y a otros trabajadores a disfrutar del trabajo es un objetivo importante” de esta revolución. Aquí estamos muy lejos de lo que podría ser la dictadura del proletariado y el ejercicio concreto del poder por parte de las masas trabajadoras. En este sentido, el Juche es similar a la concepción que Enver Hoxha y el Partido del Trabajo de Albania estaban promoviendo en las décadas de 1960 y 1970 cuando intentaban contrarrestar la Revolución Cultural China (o para evitar tal revolución en Albania)

Con la muerte de Kim Il Sung, las cosas no mejoraron en la teoría revolucionaria norcoreana. Según Kim Jong Il, la dialéctica marxista era limitada e imperfecta porque descuidaba “las cualidades esenciales del hombre: el ser mejor cualificado y más poderoso del mundo … que es el amo de todo y que lo decide todo”. “Una ley universal del movimiento social” que es independiente de la “ley general del desarrollo del mundo material”.

Está idea bien se podría tachar de individualista y liberal. A lo largo de muchos de sus escritos, Kim Jong Il demostró ser un narcisista, puesto que el supo aprovechar las bases que su padre había dejado para reforzar, ante todo, la figura del líder, como pilar inamovible de la unidad nacional. Solo el líder podía mantener unida la nación. Y la nación es lo más importante, es esa liberación por la que tantísimo se ha luchado al fin de al cabo.

Kim Jon Il añadió que “la historia del desarrollo social es la historia del desarrollo de la independencia, la creatividad y la conciencia del hombre”. En resumen, son las ideas y la conciencia las que están guiando al mundo… y estas ideas no deberían ser más que las del partido: “Debemos aceptar la ideología del Partido como la verdad absoluta, defenderla resueltamente y mantenerla como una convicción revolucionaria, y así entender, interpretar y propagar correctamente la filosofía Juche”. Aquí de nuevo estamos muy lejos de la Revolución Cultural y de la llamada de Mao a “atreverse a ir contra la marea”

Kim Jong Un por su parte, no parece estar haciendo mucho más que apoyarse en el legado de su padre, abriendo un poco Corea al mundo pero manteniendo una férrea posición independiente (Dentro de lo que buenamente puede con todas las dificultades por las que pasa)

Podríamos citar al Presidente Eterno (Kim Il Sung), al Secretario General Eterno (Kim Jong Il) o a quien tarde o temprano se convertirá en el “Eterno Comandante Supremo” (Kim Jong Un), pero está bastante claro que el Partido de los Trabajadores de Corea no tiene nada que ver con el auténtico comunismo y que es poco más que un remanente del revisionismo moderno -como todos estos partidos escleróticos que han demostrado caricaturas de un proyecto político y social que debe dedicarse a la emancipación de los oprimidos y explotados. Corea del Norte, es y siempre será, un ejemplo excelente de antiimperialismo y de liberación nacional, pero ningún punto de sus historia debe verse como un ejemplo de socialismo, ni de la aplicación de las teorías marxistas-leninistas.

¿Que otros ejemplos de idealización podemos ver en el MCE? Venezuela, es, por desgracia, un ejemplo terrible, no solo visto desde fuera, si no, desde dentro.

Si lo recalcable sobre Corea del Norte era su independencia como nación, a Venezuela por desgracia no le podemos conceder ni eso. Nicolás Maduro ha demostrado ser un líder incompetente que no ha sabido lidiar contra las agresiones extranjeras y los reaccionarios de manera efectiva y puede que, el y Hugo Chavez, sean dos de los mayores responsables de la confusión de términos. Curiosamente comparte un aspecto con Corea: Ese fuerte sentimiento de independencia y así se muestra cuando ensalzan la figura de Bolivar. En este hecho se podrían ver similitudes (reduccionistas) con la figura de Kim Il Sung

Es increíble ver a las masas chavistas reivindicar que están construyendo el socialismo marxista, no tienen reparo alguno en apoyar toda acción histórica de Lenin, Stalin o incluso Mao aunque por supuesto, sin querer aplicar ninguna de estas ideas realmente. Los chavistas deberían aprender que el socialismo no es entregar unas cuantas viviendas al pueblo, subir el sueldo mínimo de vez en cuando o incluso expropiar alguna vivienda de vez en cuando. El socialismo no puede ser otra cosa que la dictadura del proletariado, es decir, el ejercicio efectivo del poder a través de los consejos (soviets) y otros cuerpos similares controlados de abajo hacia arriba por las masas proletarias. El socialismo es ante todo una sociedad de transición, un período más o menos largo durante el cual el proletariado debe dirigir una lucha consciente y colectiva para destruir los vestigios del capitalismo y preparar las condiciones para la transición al comunismo y una sociedad sin clases.

Siria está resultando ser otro ejemplo en los buenos sentidos y en los negativos. Una increíble resistencia casi solitaria (hasta que Rusia jugó sus cartas) que ha hecho que sus sistema se defienda a capa y espada.

Aquellos para quienes el socialismo está esencialmente definido por la forma jurídica de propiedad -por el hecho de que la propiedad privada de los medios de producción ha sido reemplazada por la propiedad colectiva- puede ciertamente ver a la República Popular Democrática de Corea como un “país socialista” o incluso he visto que muchos individuos defendían a Siria como socialista con una excusa tan pobre como que siria “tiene los recursos nacionalizados” (???)

Sin embargo, esto no presta servicio al proletariado mundial, que necesita la mayor claridad sobre estas cuestiones, y ni hace justicia a la lucha legítima de los pueblos contra el imperialismo estadounidense.

Para ser absolutamente claro: Es posible y necesario oponerse a las provocaciones estadounidenses contra Corea del Norte, Siria, Venezuela o cualquier otra nación a defenderse por todos los medios a su disposición contra las maniobras hostiles de tal o cual poder imperialista sin tener que mentir sobre la realidad del régimen que allí prevalece. Rechazar las mentiras que los medios de comunicación burgueses dicen sobre la RPDC (por ejemplo) no es lo mismo que mentir sobre su naturaleza socialista.

Seamos fieles a la teoría marxista, no nos engañemos a nosotros mismos con falsos ídolos y estados que mucho distan del socialismo. Apoyemos la labor de independencia antiimperialista, apoyemos también la verdadera revolución proletaria allí donde la burguesía siga en el poder.

Siempre será tan correcto como necesario apoyar a toda nación que sufra la opresión del yugo imperialista, pero no por ello su sistema estará exento de crítica.

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