Nueve meses después de que la violencia forzara a miles de rohingyas a dejar Myanmar, las condiciones de las mujeres embarazadas de uno de los mayores campamentos de refugiados del mundo siguen siendo duras, sobre todo para las supervivientes de la violencia sexual. — Cuando se desató la violencia en Myanmar en agosto de 2017, más de medio millón de rohingyas huyeron a Bangladesh. Poco después, se dieron a conocer cifras aterradoras de violaciones y violencia sexual contra mujeres y niñas. Hoy, muchas de ellas se enfrentan a la posibilidad de dar a luz…