Preservemos nuestro legado de asociación hemisférica

por Mari Carmen Aponte, Subsecretaria de Estado Interina para la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado de los Estados Unidos

USA en Español
6 min readJan 12, 2017
La embajadora Mari Carmen Aponte habla con niños en San Salvador. [ Foto de la Embajada de EE.UU. en San Salvador]

Una de las tradiciones consagradas de nuestra gran democracia es la transición pacífica del poder. Al reflexionar sobre mi mandato como Subsecretaria Interina para Asuntos del Hemisferio Occidental, me siento orgullosa de entregar un legado de mayor cooperación, integración y amistad con nuestros socios en las Américas.

Fui nombrada Subsecretaria Interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental el 5 de mayo de 2016. Algunos pueden decir que ocho meses es un período relativamente corto de tiempo, pero los que me conocen bien entienden que soy una mujer con objetivos bien definidos. Ciertamente me mantuve ocupada. Fui testigo de la historia que se desarrolló durante la firma del acuerdo de paz en Colombia; vi de primera mano los esfuerzos coordinados de ayuda humanitaria después del huracán Matthew en Haití y el Caribe; me reuní con jóvenes inspiradores de la región y experimenté el impacto positivo y duradero de las iniciativas hemisféricas tales como La Fuerza de 100.000 en las Américas y la Iniciativa de Jóvenes Líderes de las Américas; y mucho, mucho más.

Los logros del Gobierno del Presidente Obama en la región son verdaderamente históricos en que hemos cambiado no solo el discurso sino el tono de ese discurso. Este Gobierno forjó alianzas equitativas basadas en el respeto mutuo, valores compartidos y objetivos comunes y creó oportunidades que no teníamos hace ocho años.

En 2016, presencié eventos que muchos pensaban imposibles en sus vidas. También he consolidado mi larga convicción de que en ningún otro lugar el Departamento de Estado tiene el privilegio de practicar la política exterior en una región en la que los intereses están tan directamente ligados a los nuestros.

Esta comprensión se hizo cada vez más clara al presenciar este año el desarrollo de la historia en nuestro compromiso en toda la región. Por ejemplo, el viaje del Presidente Obama a La Habana marcó un hito en el largo camino hacia la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba hace 18 meses, Estados Unidos y Cuba han establecido diálogos sobre la aplicación de la ley y la lucha contra el narcotráfico, los derechos humanos, la cooperación en materia de salud y cuestiones económicas y reglamentarias. También hemos concluido 13 acuerdos no vinculantes sobre asuntos que van desde la investigación del cáncer hasta la aviación civil y coordinamos las visitas de alto nivel del Presidente y siete funcionarios del Gabinete junto con las visitas de más de 80 miembros del Congreso. Cada día, más y más ciudadanos estadounidenses se aprovechan de vuelos regulares y cruceros para visitar Cuba y les debemos el mantener las relaciones con Cuba.

El Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, mira un automóvil antiguo durante su paseo por la Plaza de San Francisco en La Habana Vieja durante su viaje histórico a Cuba el 14 de agosto de 2015.

A principios del mes pasado, presidí la quinta reunión de la Comisión Bilateral EE.UU.-Cuba, en la que confirmé nuestra voluntad mutua para conversar a fin de encontrar un terreno común donde podamos debatir las diferencias, incluyendo las cuestiones de derechos humanos, cuando debamos hacerlo.

Este enfoque también ha tenido éxito en otras naciones de la región. Gracias a la valentía y la determinación del pueblo colombiano -respaldado por un sostenido apoyo bipartidista de Estados Unidos a través de múltiples Gobiernos- Colombia está en el camino hacia un futuro más estable, seguro y próspero Me sentí orgullosa de acompañar al Vicepresidente Biden a Colombia para felicitar al presidente Santos por llevar el proceso de paz colombiano a una conclusión exitosa. Apoyamos a Colombia en tiempos de conflicto y seguiremos apoyando a Colombia en tiempos de paz.

Comenzando con mi servicio como Embajadora en El Salvador, he visto de primera mano los desafíos del desarrollo que impulsan la migración irregular de esa región, así como he sido testigo de la determinación de los gobiernos locales para abordar las causas subyacentes de esta salida. Durante el Gobierno del Presidente Obama, Estados Unidos trabajó junto a socios regionales para apoyar la Alianza para la Prosperidad en el Triángulo del Norte a fin de mejorar las oportunidades económicas, mejorar la seguridad ciudadana y fortalecer las instituciones gubernamentales; y hemos demostrado nuestro compromiso con Centroamérica con una inversión de más de $1.300 millones en los últimos dos años. Tenemos una oportunidad única de apoyar a los países del Triángulo del Norte en sus esfuerzos por implementar su propio programa de reformas, un programa desarrollado y financiado en gran parte con sus propios recursos.

Como destacó la participación del Vicepresidente Biden en la Cumbre Energética de Estados Unidos-Caribe-Centroamérica en mayo de 2016, la seguridad energética es una prioridad en la integración de estas economías regionales. La perspectiva de una energía segura y eficiente reducirá el costo de hacer negocios en Centroamérica y el Caribe, estimulando la inversión y estableciendo las condiciones para una mayor prosperidad económica.

También está claro que las relaciones comerciales son vitales y necesitan seguir expandiéndose. Casi la mitad de todos los productos y servicios exportados anualmente de Estados Unidos -$669 mil millones de dólares- van al Hemisferio Occidental. Eso es tres veces más de lo que exportamos a China, Japón e India combinados. Estados Unidos tiene 12 acuerdos comerciales con países del Hemisferio, más que en cualquier otra región. Aquí en América del Norte, la integración regional entre México, Canadá y nuesto país apoya millones de empleos y mejora la vida de las personas en los tres países, puesto que más de un billón de dólares en productos y servicios se intercambian a través de nuestras fronteras cada año.

Durante este gobierno hemos disfrutado de una sólida asociación con Canadá y México en la que trabajamos mano a mano con nuestros vecinos en materia de medio ambiente, seguridad nacional y comercio. Estados Unidos no tiene ninguna otra relación diplomática en el mundo que afecte diariamente la vida de tantos estadounidenses.

Los acontecimientos y logros de los últimos ocho años muestran que la región está en el camino correcto. Estados Unidos ha trabajado estrechamente con la Organización de los Estados Americanos y otros en la región para hacer avanzar nuestra agenda compartida.

Sin embargo, existen desafíos. En Venezuela, el deterioro de las condiciones socioeconómicas y el fracaso del gobierno en atender las necesidades básicas del pueblo venezolano siguen siendo profundamente preocupante. Un diálogo efectivo entre los venezolanos de todo el espectro político es un paso necesario para encontrar un remedio a los desafíos políticos, económicos y humanitarios que enfrenta el país. Esto comienza con el respeto a los derechos humanos, incluyendo la libertad de reunión y la libertad de prensa, y las instituciones y procesos democráticos.

El secretario de Estados, John Kerry, se reunió con la ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, el 14 de junio de 2016, en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Santo Domingo, República Dominicana, antes de celebrar una reunión bilateral en el marco de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos.

A medida que los países de la región buscan consolidar los avances económicos, la corrupción es una amenaza que no podemos subestimar. Y, lamentablemente, muchos en nuestro hemisferio todavía ven el crimen y la inseguridad como su principal preocupación. Es esencial un enfoque integrado de la seguridad ciudadana.

Abordar estos desafíos es fundamental para consolidar el progreso regional. Tanto en Estados Unidos como en toda la región, he tenido el honor de comprometerme con muchos defensores del futuro compartido de este Hemisferio. Estos incluyen representantes locales, nacionales e intergubernamentales, jóvenes líderes, miembros de la sociedad civil, las diásporas latinas y caribeñas y el sector privado. Ahora es más importante que nunca seguir trabajando por el progreso social y económico, defender los principios que son el núcleo de las sociedades democráticas, basadas en la ley e inclusivas, para abordar los desafíos interrelacionados de la seguridad energética, las economías con bajas emisiones de carbono y el cambio climático; y, para mejorar la seguridad ciudadana. Espero seguir trabajando así después concluir humildemente mi servicio. Ha sido un honor servir al país. ¡Un abrazo Boricua a todos!

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